Alquilar en Israel

Requisitos y consejos para alquilar un inmueble en Israel

Alquilar en Israel

Alquilar en Israel

 

El alquiler de una vivienda suele ser la opción de la mayoría de los Olim que no inician su aliá en un centro de absorción, o luego de su estadía en ellos.

La mayoría de los inmigrantes no cuenta con el dinero para adquirir una propiedad de inmediato y, aunque lo hiciera, se recomienda, de todos modos, al estar en un nuevo país, pasar un tiempo alquilando hasta aclimatarse, acostumbrarse y poder tomar una decisión acerca del entorno en el cual vivir,  elegir la ciudad, el barrio, el tipo de vivienda.

En primer lugar, es requisito, para firmar un contrato de alquiler, contratar un abogado. Sus honorarios contarán por cuenta del inquilino. Además, si no dominamos aún la lengua, será importante disponer de alguien que pueda leer el contrato por completo, comprenderlo en forma exhaustiva y explicarnos todas sus cláusulas, obrando a favor de nuestros derechos.

Es indispensable corroborar que el contrato no incluya la leyenda “acuerdo de alquiler no protegido” ¿Qué implica esto? Esta aclaración permitiría al dueño del inmueble aumentar el alquiler en cualquier momento del contrato, sin previo aviso, o rescindirlo antes del tiempo pactado.

Si este texto no está escrito, por ley (desde 1972),  se debe respetar el tiempo de contrato y el monto de alquiler prefijado en él. Generalmente, los contratos de alquiler en Israel son establecidos por un año y en shekels (se recomienda no alquilar en dólares, para tener una mayor previsibilidad).

Si el dueño de la vivienda desea finalizar el contrato, por un caso excepcional, antes de cumplido el tiempo pactado, debe dar un aviso mínimo de 60 días al inquilino.

A su vez, si el inquilino desea abandonar la vivienda antes de cumplirse el plazo del contrato, deberá pagar los meses restantes. Sin embargo, tiene otra opción: vender o traspasar su tiempo de alquiler a otro arrendatario, con consentimiento del dueño del inmueble.

Para firmar el contrato de alquiler, el dueño puede pedir al inquilino (y suele hacerlo en la mayoría de los casos) hasta dos garantes. Se suele establecer por escrito un listado del mobiliario y equipamiento que se alquila junto a la vivienda, por cuya rotura, robo o perjuicio deberá responder el inquilino.

Los daños del inmueble como problemas de humedad, ascensores, filtraciones o de techos, serán responsabilidad del dueño. Los impuestos de todo tipo, generalmente, son abonados por el inquilino.

Antes de firmar cualquier contrato, en especial, si es la primera vez que lo hacemos en Israel, se recomienda, además de concurrir con un abogado, hacerse asesorar por alguien que domine perfectamente el hebreo (si es que no es nuestro caso) y por alguien que ya haya pasado por la experiencia.

No está de más aclarar que debemos leerlo enteramente, aclarar toda duda y no firmar el texto hasta que éste no sea comprendido y acordado por completo.

 
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