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Una familia judía ortodoxa denunció "cierto ensañamiento" de parte de un inspector de Faltas de la municipalidad de Miramar, en la provincia de Buenos Aires, que le decomisó la comida kosher que llevaba para pasar el fin de semana en esa ciudad balnearia.
En declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJN), Salomón Barzani, relató que cuando la familia le advirtió al funcionario municipal que lo único que podían comer era comida kosher, el inspector les respondió que "no le importaba que podíamos comer o no".
Todo ocurrió esta mañana, pasadas las 9, cuando una familia judía observante, vestida con su ropa tradicional, fue detenida por un control municipal en una de las calles principales de la ciudad de Miramar, que recién comenzaba a tomar ritmo.
"En el auto, un Ford Escort, iban mi consuegro, mi hijo de 13 años y un amigo, y como no siempre conseguimos carne kosher decidimos llevar fiambres, empanadas y carne kosher para pasar el fin de semana y hacer una fiesta en el templo", contó Salomón.
Hasta ahí todo se desarrollaba con normalidad hasta que el inspector de Faltas, de nombre David, le pidió al conductor que abriera el baúl del automóvil.
"Llevábamos un par de bolsos, carne, fiambre, pollo, todo kosher. En ese momento, el inspector nos dijo que estaba todo decomisado, e incluso querían decomisar el bolso de mi hijo de 13 años, nos trataron muy mal", relató Salomón, quien desde hace 14 años veranea en las costas de Miramar y es la primera vez que atraviesa un hecho de esta naturaleza.
Pero el mal momento no se cerró con la decisión del inspector de decomisar todo lo que había en el baúl del auto, sino que el funcionario municipal envió al conductor ante el juez de Faltas para ver qué medidas tomaba y si le devolvía la comida.
"Mi consuegro sufre de diabetes y lo único que puede comer es esa comida kosher que llevaba, pero a nadie le importaba. Incluso, el inspector decía que no le importaba que podía comer y que no", comentó Salomón.
Lo cierto es que el consuegro de Barzani tuvo que presentarse ante la jueza de turno, que luego de recibir los papeles le dijo al hombre que no se podía hacer nada porque la comida había sido decomisada.
"Mi consuegro volvió a hablar con el inspector, pero no lo quisieron atender. Todo se hizo de una manera discriminatoria y con cierto ensañamiento con la comunidad", aseguró Salomón.
Desde el municipio se le informó a la familia judía que la comida decomisada iba a ser quemada. "Mi consuegro pidió estar presente en ese acto, pero no le respondieron nada. Claro si había un costillar entero para hacer un asado", dijo Salomón, quien desde Buenos Aires trato sin éxito comunicarse con las autoridades del municipio.
El consuegro de Salomón, el chico de 13 años y el resto de los pasajeros estuvieron retenidos hasta las 13 horas, sin conseguir ninguna solución a su reclamo.
GB