El comité Constitucional y Legislativo de la Knéset (Parlamento),  aprobó el pago de un abono de 600 shekels (165 dólares) para la  certificación del matrimonio civil, allanando el camino para el  establecimiento de este tipo de casamientos en los próximos días.
Una vez que las directrices oficiales sean publicadas, los israelíes no  judíos, o los ciudadanos definidos por el Estado como carentes de  confesión religiosa, podrán contraer matrimonio civil, -sin intervención  del Gran Rabinato- y sus bodas serán reconocidas por el Estado.
El presidente de la comisión, e impulsor del proyecto de ley, el  diputado David Rotem (Israel Beiteinu), dijo sentirse "regocijado" por  la decisión, ya que permitirá a miles de ciudadanos israelíes casarse en  el país; cuando, hasta ahora los ciudadanos no judíos tenían que viajar  al extranjero para casarse.
  
Rotem agregó que planea impulsar un proyecto de ley más amplio, que  permitirá el matrimonio civil para otros casos. Rotem se negó a comentar  sobre la repercusión de que este proyecto de ley pueda tener en el  sector judío ultra-ortodoxo.
No obstante, el asesor legal de los tribunales rabínicos, el rabino  fiscal Shimón Iacobi, dijo que las cortes religiosas lucharan para  asegurarse de que sólo no-judíos puedan acceder a esta la nueva ley.  Iacobi explicó que se comprobarán los nombres de los aplicantes en el  registro para asegurarse que no estén catalogados como judíos.
Actualmente, en Israel existen 60.000 personas definidas como "sin  denominación" en cuanto a confesión religiosa y por lo tanto no pueden  casarse a través del Rabinato.