La Voz Judía


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El Beit Hajaim de Varsovia

¿Qué tiene de misterioso el Beit Hajaim de Varsovia? ¿Qué se puede descubrir allí?
Muchos libros de historia, así como películas y fotos de la Segunda Guerra Mundial, muestran con claridad la terrible destrucción sufrida por la ciudad de Varsovia. Además de los edificios en ruinas, muchas otras cosas desaparecieron, entre ellos numerosos documentos entre los que se incluye documentación sobre el cementerio judío de Varsovia.
Durante muchos años, las numerosas familias que estaban buscando las tumbas de sus ancestros, no encontraban la manera de conseguir ayuda. Esta situación duró hasta 2003, cuando el director del cementerio Isroel Szpilman, decidió que todas esas familias merecían recibir ayuda. Durante el primer año desde que fue nombrado para ese cargo recibió constantemente a miembros de familias de personas que estaban enterradas en Varsovia. Posteriormente comenzó con la difícil tarea de caminar entre las tumbas registrando los nombres, fechas de defunción y cualquier otro detalle inscripto en las matzevot.
Desde ese momento se registraron 81.000 tumbas. Se estableció un sistema y en la actualidad cualquier tumba que esté registrada puede ser hallada con facilidad. Diariamente concurren personas para visitar las tumbas de sus familiares.
Entre las muchas anécdotas interesantes que el trabajo de identificar las tumbas perdidas produjo, está la historia de Alexander Rebe de Nueva York, Rabino Iosef Singer shlita, quien durante 27 años había estado buscando el sitio donde se encontraba enterrado su ancestro, Rabino Tzvi Hirsh Dantziger, zt”l, abuelo del primer Alexander Rebe, Rabino Iejiel Dantziger, zt”l. El Rabino Tzvi Hirsh Dantziger, zt”l, fue el padre del Rabino Shraga Feivel de Grojec, zt”l, quien fue el padre del primer Alexander Rebe.
Un día miércoles por la noche, en los comienzos de la primavera de 2005, dos días antes del iortzait del Rabino Dantziger, el Alexander Rebe shlita, llamó al Sr. Szpliman y le dijo: “El iortzait del Rabino Tzvi Hirsh Dantziger, zt”l, es dentro de dos días. Yo he estado buscando su tumba durante más de 20 años y estoy listo para ir directamente a Polonia. Sólo necesitaría que me ayude a encontrar la tumba”.
A la mañana siguiente, el Sr. Szpilman se puso en contacto con su amigo del Jewish Historical Institute, Sr. Iejiel Reisner, preguntándole si tenía alguna información sobre esa tumba. El Instituto es la única institución que tiene documentación de la guerra y de la preguerra de todo el distrito de Varsovia. En efecto, existía en los archivos del Instituto documentación fotográfica sobre una cantidad de secciones del cementerio que supuestamente habían sido destruidos en 1970 y transformados en una calle. En realidad nada de esto había pasado, pero la documentación había sobrevivido así como la información sobre esa tumba en particular.
Desde la muerte del Rabino Dantziger ocurrida en la primera mitad del siglo 19, se creía que la tumba sólo podía estar ubicada en un área determinada del cementerio. Basándose en la información que tenía y en la foto hallada en el Jewish Historical Institute, el Sr. Szpilman fue a buscar la tumba. El encontró una matzevá que, según la foto, estaba al lado de la que estaba buscando. Comenzó a excavar en el terreno circundante a la tumba y encontró una matzevá, una lápida rota con la parte escrita hacia abajo. La levantó y descubrió que esa era sin duda la tumba del Rabino Tzvi Hirsh Dantziger.
Todo esto ocurrió un día jueves por la mañana temprano, un día ntes del iortzáit.
Inmediatamente el Sr. Szpilman llamó al Alexander Rebe que estaba en Nueva York. El viernes por la mañana, el Rebe acompañado con un numeroso grupo de jasidim llegaron a Varsovia. El conmemoró el iortzáit de su ancestro junto a su kever en el Beit Hajaim de Varsovia, y después celebró el Shabat en la ciudad; ese fue uno de los Shabatot más memorables que hubiera experimentado cualquier miembro de la comunidad judía de Varsovia.
Otro hecho igualmente memorable sucedió en el invierno de 2006. El Sr. Szpilman, en el transcurso de su trabajo de rutina registrando tumbas, encontró un agujero en el piso. El comenzó a cavar y descubrió un bunker.
Luego de descubrirlo, él se dio cuenta de que debió haber sido un lugar secreto usado por los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Un día, mientras hablaba con un anciano sobreviviente que viajaba a menudo a ese lugar junto con grupos de israelíes, el Sr. Szpilman le contó la historia del bunker. Al escuchar sobre ese descubrimiento, el hombre se puso pálido y se emocionó mucho, y le confesó que él había sido uno de los que habían estado escondidos en ese lugar durante la guerra. En ese momento él no quiso ver el lugar y sólo pudo hacerlo en su siguiente visita a Polonia.
Hace algunas semanas, con la ayuda de expertos del Museo de Aushcwitz-Birkenau, el bunker fue salvado de derrumbarse, y en lo sucesivo servirá como lugar memorial.
Gracias a estos esfuerzos cada vez más gente está en condiciones de encontrar el lugar donde están enterrados sus familiares en Varsovia y podrán rezar y leer Tehilim y decir Kadish frente a sus sagradas tumbas.

 

La tribuna Judia 21

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