La Voz Judía


La Voz Judía
Yahtzeit 19 Nisan
Harav Menajem Zemba Z’L

El padre de Rav Menajem Zemba, Reb Elazar, y su abuelo Reb Avraham fueron tzadikim y gaonim nistarim que vivieron en Praga, un suburbio de Varsovia, como silenciosos jasidim del Kotzker Rebbe, el Jidushei Harim y sus sucesores en Gur. Fueron extremadamente pobres y apenas puedieron mandar al jeder a Reb Menajem, nacido un 13 de elul 5643/1883.
De niño, a pesar de la desnutrición que sufrió, la mente de Reb Menajem fue increíblemente brillante. Tenía una fabulosa comprensión y gran memoria; tenía una tremenda sed por los estudios, y asombraba a sus maestros con sus preguntas y deseo de comprender cada punto hasta su último detalle. Estas características lo acompañaron a lo largo de toda su vida.
A los seis o siete años, Reb Menajem ha memorizado de manera fluida varias masejot de Shas. Seguía avanzando a pasos agigantados, dos o tres años después, cuando su padre que andaba debilitado, falleció. La madre de Reb Menajem se quedó sin dinero y no pudo seguir pagando sus estudios, por lo que dejó de mandarlo al jeder.
Su abuelo paterno, Reb Avraham lo rescató. No podía pagar sus estudios pero pudo enseñarle él mismo. Se llevó al pequeño genio a su humilde casa y lo llenó con Torá. Para su decimoprimer cumpleaños Reb Menajem sabía de memoria la mayoría del Shas y del Rosh, y estaba componiendo jidushim propios.
Desde aquella temprana edad Reb Menajem demostró desinterés en el estilo de pilpul común en los batei midrash polacos. Tampoco se concentró en desarrollar sus jidushim. Lo que hizo fue pasar días enteros concentrado en suguiot individuales para comprenderlas con perfecta claridad. Regularmente no buscaba la profundización pero con su persistente forma de estudiar adquiría la bekiut de igual manera.
Reb Abraham llevó a su nieto a ver tzadikim, especialmente al Sfat Emet, pero también a Reb Abraham de Sochotchov, Reb Meir Iejiel de Ostrovtza y Reb Itzjak Feigenbaum y Reb Pesajia Hornblass de Varsovia. Después de su asombrosa drasha de Bar Mitzva, la fama de Reb Menajem lo precedía en cada lugar al que iba, y los guedolim se deleitaban en tener discusiones sobre la Torá con él. Pero cuando lo conocían también se dejaban maravillar por su carácter y por su genio, ya que era distinguido por los siete rasgos que caracterizan un talmid jajam (según Pirkei Avot), especialmente la modestia e Irat Shamaim.
Aún siendo adolescente los bajurim comenzaron a acudir a Reb Menajem para que los aconseje y enriquezca sus estudios. No tenía aires de Rav o Rosh Ieshiva, sino el de un talmid ansioso por ayudar a resolver cualquier cuestión de cualquier índole. Pero esta modestía sólo atrajo más a los otros talmidim.
Reb Menajem ya era un talmid jajam cuando se comprometió a los dieciocho con Rebetzin Mindel, la única hija de Reb Jaim Ieshaia Cederbaum un metalúrgico de Praga. Reb Jaim Ieshaia, jasid y tomej Torá, se comprometió con alegría a mantener a su yerno durante veinte años.
Reb Jaim Ieshaia mantuvo su promesa y gracias a él Reb Menajem se convirtió en un gadol al correr de los años con grandes conocimientos del Shas Bavli y Ierushalmi, midrashim y braisos, Rishonim y Ajronim, y compuso una gran cantidad de jidushim. Reb Menajem mencionó una vez, en 5699/1938, que había acumulado unas diez mil páginas de jidushim en un manuscrito.
El estudio de Reb Menajem estaba en el segundo piso de la casa de sus suegros en la calle Brokoby 34 en Praga. Abajo, la fábrica metalúrgica llenaba el lugar con ruidos de los clientes que acudían al negocio y de los trabajos que se realizaban. Como tenía la exclusividad del gobierno polaco para proveer el acero para los trabajos ferroviarios que se estaban realizando, el negocio prosperó. Pero nada de esto llegó a los oídos de Reb Menajem. Como si estuviera en otro mundo, el joven gaon estudiaba alrededor del reloj, apenas dejando la habitación, no comía salvo que le llevaban la comida al estudio, dormía sólo unos minutos cuando sus ojos se cerraban por su cuenta.
Mientras Reb Menajem no salía, los talmidim venían a verlo. Sin tener título o posición alguna, se convirtió en iman para todos los estudiosos que estaban en la zona de Varsovia. Incluso los grandes rabanim y roshei ieshivot se desvíaban a Praga para consultarle sobre temas complicados de Shas o halaja. Eventualmente cada figura rabinica en Praga se dirigía a la calle Brokoby 34 y esto sucedía cuando Reb Menajem tenía apenas treinta años.
Durante este período Reb Menajem comenzó a corresponderse con guedolim y talmidei jajamim de toda Europa y de todo el mundo. Recibió decenas de ofertas para ser rabino de grandes comunidades, pero rechazó a todas. Prefirió quedarse en el refugio de su suegro, donde podía estudiar Torá sin ser interrumpido por otras obligaciones. Como jasid leal que fue, ahora ya del Imrei Emet, viajó a Gur, donde evadía cualquier señal que le otorgaba distinción mundial. Se ubicaba en el beit midrash al lado del jasid más simple.
Estos viajes a Gur, que eran frecuentes, eran lo único que lograba arrancarlo de sus estudios. A pesar de los talmidei jajamim viajeros que lo buscaban, se esforzaba por esperarlos. Viajaba a Varsovia cuando podía para reunirse con algún Rav que estaba de visita y aprender de él. Estaba particularmente interesado en absorber las distintas formas de estudio que caracterizaban a las comunidades judías lejanas. Como nunca tuvo un Rav muvhak, exploró con entusiasmo las diferentes distinciones de lomdus de Lituania, Galicia, Hungría y Rusia, para incorporarlas a su propio estudio.
Con el tiempo, Reb Menajem descubrió que la actitud del Gaon de Vilna coincidía perfectamente con su propio temperamento, y buscó gaonim de Lituania y Rusia para aprender de ellos. Se acercó mucho a Ohr Sameaj, Rav Meir Simja Hakohen de Dvinsk, y al Rogatchover Gaon, Rav Iosef Rozen, también de Dvinsk. Después de la primer visita de Reb Menajem al Ohr Sameaj, cuando el último estaba visitando Varsovia, Reb Meir Simja declaró “¡Varsovia! ¡No sabes qué clase de gaon vive contigo!”
De ahí en más Reb Menajem y Reb Simja fueron extremadamente cercanos e intercambiaron correspondencia de manera fluida. Esto se dio a conocer tanto que una vez el Imrei Emet comentó a Reb Menajem, “le pregunté sobre una cuestión de halaja a algunos guedolim, pero sólo ´tu´ Reb Meir Simja pudo darme una respuesta satisfactoria.” El Ohr Sameaj también envió a su yerno Reb Avreimele Luftbir a estudiar junto con Reb Menajem, y ellos también se acercaron mucho. Cuando Reb Avreimele falleció joven, Reb Menajem publicó un sefer en su memoria, Zera Avraham, basado en su correspondencia. El sefer se convirtió en una rareza – un gaon polaco que domina la lomdus de Lituania – y fue estudiado con deleite en ieshivot de todo el mundo.
El 11 de Kislev 5680/1919 cuando Reb Menajem tenía treinta y seis años, su suegro falleció. Como homenaje Reb Menajem publicó Totzaot Jaim, un volumen de leyes que hay que cumplir en Shabat, con una introducción que glorifica a Reb Jaim Ieshaia, “mi querido suegro, quien amó la Torá y a sus estudiantes con todo su corazón y alma.” Pero ahora Reb Menajem tenía que ver cómo sustentarse, él y su familia. Llegaban muchas ofertas de puestos rabínicos, pero Reb Menajem las rechazó. Decidió seguir con el negocio de su suegro.
Esto fue aún más asombroso que el sefer Zera Avraham. Durante generaciones no hubo un estudiante de su envergadura que se haya arremangado de una manera tan concreta. Pero Reb Menajem insistió que se sentía mejor en un negocio de acero que en cualquier rabanut. Con el negocio podía proporcionar ayuda a su mujer e hijos, a diferencia del rabinato, y además evitar largas horas de bitul Torá.
Con el correr de los años Reb Menajem se involucró más en asuntos comunitarios, según la necesidad. Dio shiurim de Midrash Rabbah en la comunidad de Praga todos los viernes por las noches. Se unió a la junta del jeder local, y fundó la ieshiva ketana para graduados del jeder. Cuando la famosa Mesivta se abrió en Varsovia, contribuyó de manera regular con shiurim para talmidim avanzados y dio semija en horaa para los graduados.
Aún así, siguió siendo una persona privada hasta 5695/1935 cuando Agudat Israel ganó las elecciones en la kehila de Varsovia y finalmente tuvo la oportunidad de tomar los asuntos religiosos de la ciudad en sus manos. Para tal esfuerzo Agudah necesitaba líderes capaces y de gran estatura, y la organización se dirigió a Reb Menajem, Reb Iaakov Meir Biderman (yerno del Sfat Emet) y Reb Avreimele Weinberg (Reishit Bikurim) para que ayuden en la tarea. Reb Menajem no pudo rechazar la oferta.
Así comenzó un nuevo período en la vida de Reb Menajem. Se mudó a Varsovia y comenzó a manejar asuntos comunitarios la mayor parte del día. Le quedaban sólo dos horas diarias para dar un shiur a un grupo selecto de talmidim. El resto del día, toda la semana, la dedicaba a lo demás. Su hogar se convirtió en una casa abierta para rabanim, askanim, parnasim y líderes de Agudah provenientes de todos los rincones de Polonia y de la región, que venían a aconsejar sobre halaja y asuntos de dirección comunitaria. Escribió teshuvot y jiburim sobre asuntos prácticos y dejó sus jidushim de lado. Probó ser un genio en este nuevo ámbito al igual que en el anterior.
Durante cuatro años Reb Menajem mantuvo su cargo en paz, hasta la invasión nazi el 17 de elul 5699/1939. Varsovia fue una de las primeras ciudades que cayeron bajo el dominio nazi, y Reb Menajem sufrió todo el peso de la devastación de la guerra, desde sus horribles comienzos, pasando lentamente por cada uno de sus pasos de brutalidad y hasta su amargo final. Fue uno de los últimos judíos que dejaron el ghetto de Varsovia, después de haber presenciado la destrucción de sus quinientos mil judíos, mediante todos los tormentos existentes.
En Shabat jol hamoed Pesaj 5703/1943 el ghetto estaba ardiendo. Reb Menajem, su familia y otros se acurrucaron en un refugio subterráneo debajo de un edificio que estaba en llamas, y el humo y calor estaban convirtiendo el refugio en una trampa mortal. Los nazis estaban aguardando afuera, esperando que los judíos escapen para matarlos. Reb Menajem comenzó a arrojar agua a las llamas que estaban bajando por la escalera que llevaba al refugio, pero la gente del refugio se asustó. Pronto muchos de ellos salieron, esperando algún milagro. Para no abandonarlos, Reb Menajem salió también.
Su esperanza fue llegar al refugio del edifico vecino, donde estaba escondido el consuegro de Reb Menajem, Reb Dovid Ber de Ozerkov. La hija de Reb Menajem, Rebbetzin Reiza Miriam Weidenfeld (nuera del Chebiner Rav) fue la primera en salir corriendo con aparente éxito. No se veían nazis en la zona entonces volvió al edificio para que el resto del grupo la siga. Reb Menajem salió primero, llevando en brazos a su nieto de cinco años, Yankele Ber.
Ni bien salió Reb Menajem los nazis salieron de su escondite y abrieron fuego. Reb Menajem cayó y los que estaban detrás se apuraron en volver al refugio. Los acompañó el fuego pesado de los nazis y la familia no se atrevió a salir hasta que oscureció. Durante horas no supieron si Reb Menajem sólo se había tropezado y de alguna manera logrado escapar o si no estaba más entre los vivos.
Cuando cayó la noche, la familia Zemba se reunió alrededor de su miembro más ilustre y lo llevaron a su tumba, cavada en el jardín de uno de los edificios vecinos. A pesar del peligro, decenas de judíos que se estaban escondiendo en el ghetto acudieron a la levaia. Bajo la luz de los edificios ardientes, su hijo Reb Aharon Naftali, zt”l, pronunció el kaddish, mientras sus hijas, Rebbetzins Raiza Miriam, zt”l, y Jana, zt”l, su yerno Reb Shmuel Leib Ber, zt”l, y su pariente, Reb Avraham Zemba, z”l, acompañaban en silencio. Se decidió que ni bien sea posible el gaon sería enterrado en un cementerio judío.
Pero este segundo entierro no se hizo posible en el futuro inmediato. La guerra siguió. La mayoría de los presentes en la levaia fueron asesinados, y el resto se dispersó. De toda su familia, que incluía a su hijo mayor Reb Shimon Elazar, zt”l, su nuera Pesiah Iojeved (nieta del Piltzer Rebbe), zt”l, y sus hijos, ninguno sobrevivió. La mayoría murieron en Maidanek. Todos los manuscritos de Reb Menajem se quemaron.
Sólo después de la guerra los hermanos de Reb Menajem, Reb Avraham y Reb Itzjak Meir Zemba, z”l, pudieron darle su último honor. En 5718/1958, cuando el gobierno polaco estaba a punto de destruir el resto del ghetto, la presión diplomática le permitió a un grupo de askanim buscar entre las ruinas la tumba. el grupo trabajó durante semanas enteras, usando planos reconstruídos hasta que encontraron el lugar y entonces la jevra kadisha se llevó el aron, primero al antiguo cementerio de Genesha en Varsovia y luego a Eretz Israel, donde se llevó a cabo la última levaia.
Toda Ierushalaim se conmovió el rosh jodesh tamuz 5618/1958. Beis Israel de Gur, zt”l, Harav Dov Ber Weidenfeld de Chebin, zt“l, el Brisker Rav, zt“l, Harav Zalman Sorotzkin, zt“l, y Rav Itzjak Meir Levin, Presidente de Agudat Israel, z“l dijeron hespedim. Era como si Reb Menajem hubiera fallecido nuevamente y todos los corazones lloraron. La inmensa perdida del Holocausto volvió con toda su intensidad. Tantos habían perecido. Tan pocos habían quedado. El rosh ieshiva de Kojav MiIaakov, Chebin, Harav Baruj Shimon Shneerson, cuñado del yerno de Reb Menajem, fue el pariente más cercano que sobrevivió. Él fue quien dijo el kaddish.

 

Nro 365 Adar II del 5765 / Abril de 2005

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