La Voz Judía


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Peligro de división en el Likud
Por Ben Moshe

Mientras escribo esta columna durante las primeras horas después del fuerte cachetazo que Sharon recibió en la reunión de su propio partido. Fue la segunda vez en varios meses que intentó obtener la adhesión de su partido para realizar un paso grande, y obtuvo muy malos resultados. En la historia de la política israelí, nunca antes sucedió que el jefe de un partido político haya sido rechazado por los miembros de su propio partido. Este cachetazo que Ariel Sharon recibió debe dar como resultado un cambio de actitud en él, pero no podemos estar seguros de que cambiará.
Recordemos que anteriormente Sharon aceptó hacer un referendo entre los miembros del Likud respecto a su plan de retirada de Gaza, y anunció que se acataría a los resultados de dicho referendo. Pero después de haber perdido por una gran mayoría, ignoró los resultados y aun sigue con el plan.
Por eso, no podemos estar seguros de que Sharon aceptará el mensaje después de este segundo rechazo de parte de su propio partido. Parecería ser que cuando él decide hacer algo, lo lleva a votación porque cree que ganará. Él y sus consejeros ejercen mucha presión sobre los miembros del partido para que lo apoyen, y hasta hacen amenazas y falsas promesas. Pero cuando Sharon pierde la votación, sigue con sus planes.
Esta vez el voto en el Likud fue sobre el ingreso del Partido Laboral a la coalición y de esta manera crear un Gobierno de Unidad Nacional. Aquellos en el partido que estaban en contra, saben que si el voto sería abierto, muchos tendrían miedo de votar según sus voluntades. Sabían que Sharon castigaría a aquellos que votarían en su contra. Por eso, se contentaron al enterarse que los organizadores aceptaron tener una votación secreta, para que aquellos que están en contra de las negociaciones con el Partido Laboral tengan miedo de las repercusiones.
En las últimas elecciones de la Knesset el Likud recibió 40 bancas de parlamento, mientras que el Partido Laboral tuvo sólo la mitad. Sharon y su propio partido ganaron las elecciones con una gran mayoría porque la gente lo veía como un fuerte líder de derecha que no haría concesiones a los árabes.
Pero después de haber ganado las elecciones, formó la coalición con el partido izquierdista de Shinui y comenzó a tener puntos de vistas más cercanos a ellos. Esto podría ser también por la presión de parte de los Estados Unidos. Cada vez que los miembros de su partido salían en contra de su política, él los llamaba extremistas que están intentando dividir el partido. Por otro lado ellos reclamaban que eran el verdadero partido, que quería seguir los pasos de Menajem Beguin. Decían que Sharon está contradiciendo todo lo que creyó a lo largo de los años, y que está yendo en contra de los principios del partido. También dijeron que se asemeja a una dictadura porque Sharon no sigue la plataforma del partido y no acepta las opiniones de los miembros de su propio partido.
Ahora tienen miedo de que si el Partido Laboral ingresa a la coalición el gobierno aceptará retirarse de toda Iehuda, Shomron y Gaza, y que se funde el estado palestino.
El Partido Laboral tiene puntos de vista de izquierda. A pesar de que no es un partido religioso, atravesó más de 50 años de la historia del estado, y comprendió que hay que llegar a un entendimiento y cumplir el deseo de la judería ortodoxa. Muchos en el Likud también quieren tener a los partidos religiosos en la coalición.
Arik Sharon está sufriendo por la manera en la que trató a los partidos religiosos. Después de las últimas elecciones de la Knesset, comenzó a negociar con los partidos religiosos, pero los dejó de lado y cumplió las demandas del partido antirreligioso de Shinui. Ahora que Sharon tiene problemas con su coalición, comenzó a negociar nuevamente con los partidos religiosos. Pero está claro que Agudat Israel y Deguel HaTorá no compartirán la coalición con Shinui. No serán parte de una coalición que sigue cumpliendo amargos decretos en contra del Yiddishkeit, como lo viene haciendo hasta ahora.
El cambio drástico en las actitudes políticas de Sharon lo llevaron a esta complicada situación. Está en peligro de que su propio partido se divida. El Likud está atravesando una situación difícil, que puede resultar en una ruptura del partido. La situación puede llevar a un adelanto de las elecciones. ¡Sólo el tiempo lo dirá!

 

Nro 353 Elul del 5764 / Agosto de 2004

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