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Causa AMIA - Mentiras de acá y de allá
La Plata que te Pagó

Por Daniel Schnitman
Costumbres argentinas
A sólo horas de que un espía revelara por primera vez que la SIDE participó del operativo en el que Carlos Telleldín recibió una gran cantidad de dinero antes de acusar a policías bonaerenses en el atentado contra la AMIA, un ex prosecretario de la causa ratificó que el juez federal Juan José Galeano fue quien "dio la orden" para que se concretara ese pago. Claudio Lifschitz, el ex prosecretario de la causa AMIA y principal denunciante de las irregularidades cometidas en la investigación, declaró ante el juez federal Claudio Bonadío, que investiga esos episodios. "Expliqué claramente que la orden fue dada por Galeano y que los fondos salieron de la SIDE", le dijo Lifschitz, quien también durante la audiencia acusó al juez de haber extorsionado a un abogado de Telleldín para que se convirtiera en testigo de identidad reservada en la causa. Esta es la quinta vez que Lifschitz declara en el expediente que investiga las anomalías, pero sus dichos vuelven a cobrar relevancia luego de que, un espía llamado Isaac García, revelara ante la Justicia que participó del operativo en el que miembros de la SIDE le entregaron a mediados de 1996 a la esposa de Telleldín y su abogado un maletín con dinero, justo antes de que el ex reducidor de autos acusara al ex comisario Juan José Ribelli y a otros tres policías de haberse llevado la camioneta Renault Trafic. "Esperé siete años para escuchar eso", dijo Ribelli a las dos de la mañana, cuando el Tribunal Oral Federal 3 que lo juzga terminó de interrogar al sorpresivo testigo, mientras su abogado, José Ubeira, dijo que "esto demuestra que los que se van a tener que sentar en el banquillo son otros". Según opinó, "los otros agentes que están citados no sólo van a tener que confirmar lo que dijo García, sino que ahora se genera un problema enorme porque si lo que pasó fue a sabiendas y por directivas del juez, debió haber existido una cuestión muy importante vinculada al conocimiento de qué pasó en el atentado". Frente al juez Bonadío, el ex prosecretario cargó las tintas contra Galeano, al sostener que fue el juez quien "ordenó el pago a Telleldín sin constatar si lo que decía era verdad o mentira". "Incluso, cuando no le pagaban la segunda parte, Galeano increpó a la SIDE porque tenía miedo de que Telleldín hiciera algún problema y cambiara su declaración. Además, el día del pago, el secretario Javier De Gamas salió de una audiencia con Telleldín eufórico diciendo que (la pareja de Telleldín, Ana) Boragni ya había cobrado", añadió Lifchitz al recordar sus dichos frente a Bonadío. También relató que la persona que concretó el pago usó el nombre de fantasía "Comandante David", con el fin de "hacer creer que era un agente del exterior, por si había algún problema". El agente García aseguró que esa tarea fue llevada a cabo por Juan Carlos Legascue, "un colaborador del organismo" que debía hacerse pasar como interesado en publicar un libro sobre el tema, según describió. "Yo a Legascue no lo conozco por ese nombre, pero sí vi a muchos agentes que desfilaron por el juzgado. Y le dije a Bonadío que, con verlos, podía reconocerlos", reveló Lifschitz. El ex prosecretario también contó que Galeano "utilizó las filmaciones que él hacía en su juzgado para extorsionar a un testigo y que, bajo identidad protegida, declarara en la causa". Se trata de Gustavo Semorile, un abogado que representaba al "Enano" Telleldín y en cuyas manos apareció una de las motos que el ex reducidor de autos habría entregado a policías durante las extorsiones que sufría para que lo dejaran "trabajar". Según contó el testigo, "Galeano ya había filmado a Semorile cuando éste en forma confidencial decía que Ana Boragni quería entregar a Telleldín porque andaba con otra mujer". "Días después -añadió-, Galeano le pide a uno de sus secretario que prepare el video en el juzgado y luego se reunió a solas con él. Luego, me llama a mí para que le tome declaración bajo identidad reservada. En ese momento, Semorile me dijo que estaba preocupado por tener que declarar contra los policías. 'No me queda otra, si no voy en cana', me dijo".

Las pistas Irán a Siria
Hay una corriente de opinión favorable a hacer de Irán el único responsable del ataque, deslindando a Siria de toda vinculación con el mismo. La preservación de Siria tenía fundamentos de variado calibre:
• La publicación de sospechas sobre la eventual participación de Siria en el ataque a la AMIA, hubiese dificultado las negociaciones de paz que se llevaban a cabo en Estados Unidos.
Desde la Guerra del Golfo, los Estados Unidos encuentran en el régimen de Damasco un aliado de significación en su enfrentamiento con Irak.
• Israel mantiene una dura disputa con Siria por las Alturas del Golán, estratégica posición que conquistó en la Guerra de los Seis Días. Siria reclama la devolución de ese territorio, clave para la seguridad de Israel en su frontera norte. La resistencia de Israel a resignarlo genera cíclicamente un estado de tensión. A juzgar por las fuentes consultadas, "muy mal negocio haría Israel si acredita a Siria responsabilidades en los atentados a la Embajada y AMIA".
• La propia trama de relaciones que el ex presidente Carlos Menem tejió con el régimen del presidente sirio Haffez Al Assad habría condicionado el avance de la investigación hacia la "pista siria".
Los siguientes datos seguramente nos acercarán a entender una trama siniestra de promesas y negocios que causaron enojos, y porque no, la muerte de muchas personas.
El gobierno militar de Argentina, había desarrollado un prototipo de misil llamado Condor II. Dos años después de asumir como presidente, Raúl Ricardo Alfonsín sucumbió a las negociaciones iniciadas por estamentos técnicos y firmó (en 1985) un acuerdo secreto con Egipto para el desarrollo y producción conjunta de ese misil, también conocido como Badr 2000 en Egipto. El proyecto, llamado "395" en los países árabes, se basaba en el diseño argentino, iba a utilizar tecnología alemana y sería financiado por Iraq. Su internacionalización molestó seriamente a los Estados Unidos.
Egipto era reconocido como productor de armas químicas, y ya las había utilizado además durante la guerra civil del Yemen (1963- 1967). Los misiles eran ideales para transportar cargas químicas, biológicas e incluso nucleares de pequeño peso.
¿Sabía el gobierno argentino que hacia 1987-1988 Iraq estaba muy molesta por la lentitud del proyecto Condor II-Badr 2000, y con el destino de los fondos utilizados?
Entre 1987 y 1990 varios expertos egipcios habían estado trabajando en Iraq con el Cóndor II. Era obvio que se asociara el misil con su uso bélico.
Las ventajas del Condor II o Badr 2000 eran 1.000 Km. de alcance, 500 Kg.
De carga útil y precisión de 100 metros. El 5 de mayo de 1987 INVAP y la Organización de Energía Atómica de Irán firmaron un acuerdo para que Argentina le vendiese un núcleo de uranio enriquecido al 20%. INVAP es la sociedad del Estado con sede en Río Negro que conduce mayoritariamente la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). Ese primer negocio con Irán se cerró por 5,5 millones de dólares.
El mismo año, INVAP acordó con Irán la construcción de dos plantas piloto, una para la molienda de minerales de uranio y otra para la fabricación de elementos combustibles.
Por esa época, la SIDE siguió los pasos del dominicano Nemen Nader.
Unos cuatro millones de dólares procedentes de Libia transitaron por dos cuentas, una abierta en la Banca Sogenal y otra en el Lloyd Bank de Ginebra. El dinero llegaba a Buenos Aires por Paraguay. Siria, Kuwait, Irak, Arabia y la OLP también aportaron fondos.
En julio de 1988, Menem derrotó a Cafiero en las elecciones internas Del PJ. Poco después, el flamante candidato presidencial partió rumbo a Europa.
En Roma, Menem mantuvo una reunión a solas con los libios Said Al Haffiana y Ahmad Al Jarroud.
Durante casi un año, los fondos siguieron llegando a Suiza con periodicidad mensual, a través de transferencias que se ordenaban desde el Lybian Arab Forem Bank, con sede en Trípoli. Una vez que el dinero se ingresaba en las cuentas helvéticas, se retiraban mediante un cheque certificado que se canjeaba en una casa de cambio de Paraguay. Ya en Asunción, un chofer de confianza de Rotundo se encargaba de traer el dinero en efectivo hasta Buenos Aires.
La última remesa de dinero procedente de Libia llegó a la Argentina en agosto de 1989.
En septiembre de 1988 la Agencia Internacional de Energía Atómica le autorizó a INVAP el envío de 115,8 kilogramos de uranio a Irán. Como parte del acuerdo "Argentina transfirió tecnología e información a Irán" y entrenó "técnicos de ese país en el Instituto Balseiro".
Varios trabajos independientes señalaban entonces que uno de sus laboratorios asociados estaba en condiciones de separar plutonio 239 del combustible nuclear agotado. El plutonio 239 grado bomba es utilizado, precisamente, para la fabricación de artefactos nucleares. En setiembre de 1989, el flamante presidente argentino tuvo un encuentro con el coronel Gaddafi. El líder libio le recordó a Menem el "interés que tenía su país por el misil Cóndor".
En 1990 el gobierno de Irán anunció que una planta de molienda se construiría en la mina de Saghand. Algunas de estas operaciones, sin embargo, nunca llegaron a concretarse. El 20 de julio de ese año Carlos Menem cedió ante la presión de los Estados Unidos y disolvió la empresa Intesa S.A. que se había creado en 1987 para desarrollar el misil y exportarlo. Aunque nunca voló oficialmente, la innovadora tecnología del Cóndor II alimentó el desarrollo de otros misiles en el Oriente Medio.
El 13 de diciembre de 1991 el gobierno argentino decidió suspender un embarque de materiales producidos por INVAP, los que iban a ser transportados a Irán por el buque Fathulkhair. Esta nave iraní se hallaba en puerto argentino. La franca apertura hacia Irán se iba cerrando.
Estados Unidos, siempre con sus políticas zigzagueantes y contradictorias en los negocios nucleares, comenzaba a presionar desde afuera.
El 2 de marzo de 1992 el presidente Menem ordenó a INVAP que cancelara el envío de equipos y materiales a Irán. Canceló así un negocio nuclear por 18 millones de dólares que su propio gobierno había alentado. Argentina sostuvo entonces que "Irán no garantizaba el uso con fines pacíficos de esos equipos". Al día siguiente el Vicecanciller Juan Carlos Olima renunciaba, e INVAP entraba en una fuerte crisis financiera. Las exportaciones argentinas que naufragaron incluían una planta piloto para la fabricación de agua pesada.
La masacre de la Embajada de Israel sucedió el 17 de marzo de 1992. Fue Una prueba. La de la AMIA, el 18 de julio de 1994, fue una continuidad.•
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Julio 2010 - Av 5770
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