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AMENAZAS TERRORISTAS A ESCUELAS Y UNIVERSIDADES
A través de la historia, los terroristas usaron la violencia y la destrucción para propagar temor y pánico a toda la sociedad con el objeto de cumplir sus objetivos polifacéticos. Tradicionalmente, las tácticas terroristas como bombardeos y asesinatos tuvieron como blanco funcionarios militares y gubernamentales; en general, civiles como mujeres, niños y ancianos no sufrieron ataques directos pero fueron víctimas de daños colaterales. Sin embargo, las estrategias, las motivaciones, los objetivos, los modos de proceder y los blancos de los terroristas de hoy en día cambiaron, en especial, el uso generalizado de bombardeos suicidas a civiles inocentes sin considerar la aprobación pública ni las consecuencias resultantes.

¿Por qué las escuelas y universidades serían los blancos de los terroristas?
Aunque las instituciones educativas no sean el blanco de los terroristas en la misma proporción con otros posibles objetivos, en particular, blancos trofeo como edificios gubernamentales, rascacielos, importantes centros comerciales, hoteles, puentes o instalaciones nucleares que podrían causar un impacto catastrófico en términos de muertes masivas y daños económicos, los terroristas, ya sea que operen en el extranjero o en los Estados Unidos, aún consideran que los escolares y universitarios son blancos de la oportunidad. En realidad, como lo explica Richard Bloom, profesor y experto en terrorismo de la universidad aeronáutica Embry- Riddle de Arizona, como ya se atacaron escuelas y universidades en el exterior, puede que sea sólo una cuestión de tiempo antes de que las instituciones educativas estadounidenses sean el blanco de los terroristas extranjeros. Tanto las escuelas urbanas como las rurales pueden ser los blancos. Bloom sostiene: "Tener como blanco una escuela alejada de una zona urbana importante podría causar pánico colectivo ya que indicaría que no se está seguro en ningún lado". Entender los objetivos de los terroristas puede ayudar a explicar por qué se podría atentar contra las instituciones educativas. Los terroristas buscan causar temor y ansiedad en toda la sociedad- más allá del impacto físico y directo de un ataque real- ya sea para influir en el cambio de dirección de la política gubernamental o castigar al gobierno y a los ciudadanos por muchas razones. El actuar aleatoria e imprevisiblemente, o, en otros casos, a través del ataque directo a los ciudadanos más vulnerables de la sociedad como los niños y los universitarios, los terroristas buscan socavar la confianza pública en la habilidad del gobierno para proteger al pueblo. Los terroristas esperan que la inseguridad y el pánico resultantes aumenten la demanda pública con respecto a las concesiones gubernamentales a los terroristas para detener sus actos o, como casi siempre sucede en el caso de los terroristas cuyas exigencias son inflexibles, obligan a los gobiernos a incrementar sus acciones coactivas para ganarse la antipatía de la gente y hacer crecer la cantidad de posibles candidatos en las organizaciones terroristas.
En el pasado- y, como es el caso de Irak hoy en día- los terroristas, en especial aquellos que adoptaban una ideología política, solían elegir como blanco a personas importantes como políticos, militares o figuras religiosas para demostrar que los líderes gubernamentales no son inmunes a los ataques. En general, aunque no siempre, se evitaba la elección de espectadores inocentes. Hoy día, los terroristas, a muchos de los cuales los motivan las ideologías religiosas extremistas y radicales, eligen como blanco el mayor número de gente inocente en los lugares públicos más simbólicamente importantes para inspirar el miedo y el pánico más temibles en la sociedad. Sin embargo, mientras que los gobiernos utilizan sus recursos militares para proteger a los grupos más importantes de los ataques, los blancos menos protegidos y más débiles atraen más a los terroristas. Las escuelas, los escolares y universitarios son los representantes más visibles de la inocencia. No obstante, desde el punto de vista perverso de los terroristas, no existe mejor manera de destruir un país que elegir como blanco a los niños que van a la escuela, el lugar en dónde deberían sentirse más seguros y protegidos.

Incidentes de atentados terroristas contra escuelas y universidades
Debido a estas consideraciones sobre estrategias terroristas, las escuelas y universidades son los blancos de oportunidad y elección. En los Estados Unidos, ya hubo varios casos de instituciones educativas elegidas como blancos terroristas:
En agosto de 1999, Buford O. Furrow, hijo, partidario de la supremacía de los blancos, atacó un centro comunitario judío en Los Ángeles e hirió a cinco personas entre las cuales había tres niños.
En otoño de 2002, aunque no se los consideran actos de terrorismo motivados por la política, dos francotiradores aterrorizaron el área metropolitana de Washington, Distrito de Columbia, y, en un ataque, hirieron a un estudiante afuera de la escuela en Bowie, Maryland.
El 21 de mayo de 2003, una bomba explotó en el edificio de la universidad Yale, derribó una pared y causó otros daños.
Afortunadamente, tales incidentes en los Estados Unidos fueron inconexos, poco frecuentes y no formaron parte de una continua campaña terrorista contra los estudiantes del país. Aunque hubo pocas amenazas terroristas específicas a escuelas y universidades en los Estados Unidos, videos obtenidos que muestran el entrenamiento de militantes de la organización Al Qaeda en Afganistán revelan su intención de llevar a cabo semejante guerra en un futuro cercano.
Por otra parte, en otros países como Pakistán e Israel, grupos terroristas eligen como blanco a estudiantes y profesores con frecuencia. En Pakistán, por ejemplo, el 5 de agosto de 2002, militantes islámicos relacionados con al Qaeda atentaron contra la escuela cristiana Murree y mataron a seis personas entre las que se encontraban dos guardias de seguridad y una profesora jubilada. También hirieron a varias personas. Eligieron dicha escuela porque la fundaron misioneros protestantes estadounidenses y enseñaba a los hijos de los misioneros y a trabajadores extranjeros. Al año siguiente, el 5 de julio, pistoleros mataron al padre George Abraham en su casa. Era sacerdote católico romano cuya iglesia se había hecho cargo de una escuela al este de Pakistán. Se creía que dichos hombres estaban vinculados a grupos musulmanes extremistas. La matanza tuvo lugar después de que lo amenazaron de muerte varias veces.
En Israel, en 1974, terroristas palestinos que tomaron una escuela en la ciudad del norte de Ma´alot mataron a 24 escolares y a un soldado. En julio de 2002, una bomba escondida en un bolso explotó en el bar de la Universidad Hebrea de Jerusalén y mató a siete personas entre las cuales había cinco ciudadanos estadounidenses e hirió a más de ochenta. En respuesta a tal ataque, se observan guardas de seguridad armados en todas las instituciones educativas israelíes tanto en los jardines de infantes como en los campus universitarios.
Interesantemente, incluso terroristas judíos de extrema derecha atentaron contra instituciones educativas. En 1983, militantes de la organización Jewish Terrorist Underground atacaron la escuela islámica de Hebrón en Cisjordania con ametralladoras y granadas. Mataron a tres estudiantes árabes e hirieron a otras 33 personas. En marzo de 2002, extremistas judíos pusieron una bomba casera en una escuela en el barrio Sur Baher Arab al este de Jerusalén e hirieron a 11 personas. Entre las víctimas fatales de la explosión se encontraban el encargado del bar de la escuela y 10 alumnos.
Aunque no haya amenazas específicas a escuelas en los Estados Unidos, la continua ola de atentados terroristas llevados a cabo por la organización al Qaeda y sus militantes justifica que las instituciones educativas aumenten la toma de consciencia en cuanto a este tema. Los directivos de las escuelas y universidades, los guardas de seguridad y los docentes necesitan tomar consciencia de estas posibles amenazas y adoptar las medidas preventivas necesarias para asegurar que sus campus y personal estén adecuadamente protegidos. Estar preparado para defenderse de un atentado terrorista es el primer paso para ayudar a prevenirlo. Si los terroristas fueran conscientes de que sus complots para atacar escuelas y universidades van a fracasar, éste sería el primer nudo de la cadena preventiva para solidificar los campus y, de esta manera, frustrar sus planes de ataque.•

Hugo Zuckerberg
Director Gral. del ISSI (Instituto Superior de Seguridad Israelí)
Especialista en: Protección y Planificación VIP para Eventos;
Evacuación, Escape y Rescate de víctimas.
Antiterrorismo y Antisecuestro.
Ref: Joshua Sinai.

Febrero / Marzo 2004 - Adar 5764
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