LA VOZ y la opinión


Periodismos Judeo Argentino Independinte
DE MOIRAS, PARCAS... Y AMORES QUE MATAN
Por Mario Linovesky
Conocidas como Moiras en griego y Parcas en latín, constituyen una trilogía de deidades con las que los antiguos buscaron representar: con la primera el nacimiento de las personas, con la siguiente su desarrollo y transcurrir, y con la última, su inevitable partida del mundo de los vivos. Un destino éste que no pudo torcer siquiera un seudo científico y timador del calibre de Giussepe Balsamo, conde de Cagliostro vendiendo a los incautos cierto “elixir de la eterna juventud” totalmente ineficaz, y que por lo tanto continua signando invariablemente a todos los humanos, Arik Sharón incluido. Porque en su caso particular, Cloto, la querida hilandera mitológica, quedó difuminada en un si que lejano pasado, mientras que Láquesis, empeñosa trabajadora, manifiesta ya cansancio por lo arduo de su labor a través de tantos años; razón por la cual a la siempre agazapada Átropos, la más mala de esas tres hermanas imaginarias y cuya misión consiste en cortar los hilos de la vida, se la supone presta, tijera en mano, para cumplir con su indeseable rol. De cualquier modo, no tiene porqué ser hoy o mañana el desenlace y esperemos que el premier israelí, por el que experimenté no hace mucho una morosa simpatía, logre eludir su final por un largo tiempo. Pero dado el cargo que detenta y la importancia determinante de su personalidad, el reciente aviso (infarto cerebral leve) que le dio la inexorable naturaleza, nos obliga a evaluar el peor de los escenarios. Con todo, aviéntese cualquier tipo de inclinación tanatofóbica en lo antedicho; por el contrario, mi intención es plantear algo parecido a lo que se dio en llamar: una “hipótesis de conflicto”, brete éste que seguramente sobrevendrá a causa de la eventual desaparición física de quien está jugando un papel asaz trascendental para la sobrevivencia del único Estado judío existente.
Es que esta descompensación física de Sharón apareció en el momento menos oportuno, justo cuando el hombre tomaba un protagonismo personal y relevante en lo que al futuro de Israel respecta. Guerrero obligado desde su lejana juventud, tiene registradas en su historial militar un sinfín de hazañas épicas y comprobables, las que lo elevan al dignísimo sitial de estratega cuasi infalible y sin medias tintas a la hora de tomar resoluciones por drásticas que ellas sean. Más tarde, retirado de los campos de batalla e ingresado a la desgastante política, también hizo lo suyo. Y si bien acumuló no pocas críticas por su accionar siempre frontal e hiriente entre aquellos que no comulgaban con su manera de hacer las cosas, no obstante persistió obsesivamente en lo que se había propuesto y se ganó, gracias a los resultados obtenidos, el respeto de muchos que antes lo combatían. Su magistral jugada de retirarse por decisión propia y de manera unilateral de Gaza, principalmente, consiguió allanar el camino hacia una posible paz con los vecinos contiguos y belicosos de su país pertenecientes al Islam arábigo, logro que ninguno de sus antecesores había podido consumar. Del mismo modo que no hesitó en desmantelar hasta donde le fue posible las estructuras de las bandas terroristas por medio de eliminaciones selectivas de sus cabecillas, lo que espació notablemente los hasta entonces frecuentes ataques suicidas. Y como si todo eso hubiese sido poco, tuvo la valentía de tomar más tarde la difícil determinación de renunciar a su propio partido de centro derecha, manifiestamente beligerante y regresivo, y pergeñar una alianza con sectores más progresistas, logrando así encaramarse en las encuestas públicas de popularidad; para con esta acción formar una coalición lo bastante contundente con sus rivales de otrora, que promete desbaratar los sempiternos chantajes de ciertos sectores religiosos y la consecuente dependencia de ellos, así como de otros grupos políticos reaccionarios que se aprovechan de las urgencias del Estado Sionista.
Pero lamentablemente, cuando todo parecía encarrilarse, de pronto el horizonte se oscurece con negrísimos nubarrones. Por un lado ocurre este accidente cerebro vascular del anciano estadista que hace temer por su salud y continuidad y por el otro, ciertamente preocupante, sucede la irrupción en el Irán teocrático y fundamentalista de un desequilibrado mental y moral, al que con malas artes los ayatolás colocaron como primer magistrado. Un Hitler redivivo que incita a hacer desaparecer a Israel del mapa levantino, mediante el uso de cualquier método que les caiga a la mano, inclusive con un “delirante” holocausto nuclear.
Y es en este último punto donde conviene detenerse un momento y hacer algunas consideraciones al respecto, visto que la posible tenencia iraní de bombas atómicas ha sembrado el recelo y el miedo en el seno de las naciones democráticas, fundamentalmente en Israel, al que el orate integrista prometió destruir totalmente. Aun así y desestimando la desidia con la que normalmente se manejan quienes obligatoriamente deberían frenar dicha posibilidad, existen trabas geográficas si se quiere insalvables para que la misma pueda llevarse a cabo. En especial, lo escueto del territorio que ocupa el estado hebreo, donde sus ciudades más populosas están demasiado próximas a las fronteras de aquellos países que Irán pretende representar. Porque de arrojarse, Dios y Tzahal no lo permitan, un artefacto nuclear sobre cualquier punto de Israel, tanto el sur libanés, como Damasco, Amman y gran parte de Egipto, sufrirían también sus funestas consecuencias. Ésto por obra de los efectos secundarios que tal explosión conlleva, situación en la que un viento cualquiera esparciría una lluvia radiactiva en un área de miles de kilómetros a la redonda, sembrando muerte o enfermedades allí donde haga contacto. Sobre todo entre la población llamada hoy “palestina”, por “amor” a la cual el tal Ahmadenijad promete la destrucción de Israel. Por lo tanto y suponiendo que finalmente habrá de imponerse la lógica, las dirigencias de Siria, Líbano, Jordania y Egipto y también los “palestinos” lúcidos si es que los hay, tendrán que abjurar en esta oportunidad de su pertenencia religiosa y aliarse a Israel, para juntos impedir el asesinato indiscriminado de tanta cantidad de gente. Además de que convendría informarse, antes de entrar en pánico, si Irán cuenta con la capacidad necesaria para vulnerar las defensas israelíes, si está en condiciones de contener un contraataque también nuclear por parte del país atacado y de enfrentar una reacción punitiva del resto de las naciones, en especial de la OTAN. Porque si bien el petróleo, su petróleo, resulta una poderosa arma para comprar conciencias y alentar procederes reñidos con la moral más elemental, habrá que ver si en un caso tan extremo, donde peligraría la mismísima existencia de la raza humana, seguiría jugando ese, su ya clásico papel condicionante.
De tal modo, y a los efectos de disipar el inevitable temor por una acción catastrófica de ese tipo, se debería tomar la amenaza nuclear iraní como la “bravata” que en realidad es, basándose en aquello de que “perro que ladra no muerde”, y pensando que quienes dirigen nuestro destino ya estarán actuando para neutralizarla, aunque no nos lo comuniquen ni lo publiciten.
Resumiendo: centrar los esfuerzos en lo verdaderamente peligroso y que afecta el diario transcurrir de las personas. Porque de momento y si se dejan de lado las suposiciones apocalípticas, implican más riesgo para el ciudadano israelí y por extensión para todos los de la vecindad las gavillas terroristas que dejó como herencia el delincuente Arafat, así como también la organización criminal Jizbalá de Líbano, que todos los cacareos del presidente Ahmadenijad y sus bombas; aunque a estos últimos no sería para nada inteligente minimizarlos o ignorarlos por completo. Pero, así y todo, convendría hacer convergir la mayoría de los esfuerzos en, de una buena vez por todas, firmar sólidos acuerdos de paz con el hasta hoy enemigo estableciendo fronteras precisas, para que la tranquilidad y el progreso sean las únicas y excluyentes preocupaciones en la zona.
Para ello justamente, y porque sus antecedentes en ese rubro son impecables vistos los resultados conseguidos hasta el presente, resulta imprescindible la presencia de Sharón y su actual rumbo político. Razón por la cual recemos todos por él, porque su repentina dolencia no haya sido más que un susto pasajero y por su continuidad en el cargo hasta que aparezca un o muchos reemplazantes de su misma dimensión y pareceres. Después de todo y porque su tarea es irremediable, la “parca” Átropos tiene ganada una merecida fama por su paciencia y ya le llegará el día en que podrá cumplir con Arik (así como con todos nosotros, los humanos) su trágico cometido. Pero, eso sí, que sea dentro de muchos años, en lo posible. Amén.

Enero de 2006 / Tevet 5766
Página Principal
Nros. Anteriores
Imprimir Nota

DelaCole.com


www.lavozylaopinion.delacole.com

E-mail: lavozylaopinion@gmail.com

Reg.Prop. intelectual 047343
Los ejemplares del periódico se pueden conseguir en los locales de los comercios anunciantes.

Auspiciado por la Sec. de Cultura de la Ciudad de Bs. As., Registro No 3488/2003 (15-01-04)

Editor y Director: Daniel Schnitman
Socio U.T.P.B.A 14867

Adherido a Sind. Intern. Prensa libre 4339

El contenido de los artículos es de exclusiva responsabilidad de los autores. Su inclusión en esta edición no implica presumir que el editor comparta sus informaciones o juicios de valor. Los artículos publicados pueden ser reproducidos citando la fuente y el autor. La dirección no se hace responsable por el contenido de los avisos publicados.

PRODUCTORA IDEAS DEL KOP S.A.