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"Los libros que muerden! con fotos de Delia. y sergio Wider!
Por Alejandro Haber
Escribo estas líneas a pocas horas de volver de la 33º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, más precisamente de una charla-debate (según la definieron los propios oradores) titulada "AMIA, la otra verdad" brindada por el piquetero Luis D'Elía y por el ex diputado Mario Cafiero, y "moderada" por el clérigo islámico Mohsen Alí.

Eran las 16,30 hs. cuando entré en la sala José Hernández (la más grande de toda la exposición) y noté la presencia de miembros de la comunidad judía, de la comunidad islámica, y de la "comunidad piquetera", además de algunos pocos visitantes casuales. Me senté e inmediatamente comencé a escuchar a Alí deseándonos a todos un "Salaam aleikum, que la paz de dios sea con todos ustedes", esperando que el espacio sea "fraternal, esclarecedor", comentando que "según una encuesta, el 54% [...] del pueblo argentino recibe las noticias sin procesarlas y directamente de la TV" (dato difícil de probar con una simple encuesta, de la cual ni siquiera citó la fuente) y finalmente cediéndole la palabra a D'Elía.
El piquetero comenzó con el relato de su viaje por Irán (que realizó junto a Cafiero y al sacerdote católico Luis Farinello), contando que la avenida y la plaza principal de Teherán se llaman Argentina, como si esto tuviese algo que ver con el caso. Contó que visitó a la comunidad judía de ese país, que consta de "500 mil judíos" (dicho sea de paso, el número total de judíos según Aarón Ishai, presidente de la Comisión de Judíos de Irán, es de 25 mil y de 10 mil según el American Jewish Committee. Esos "judíos" son de clara tendencia ultraortodoxa y, por lo tanto, antisionista, coincidiendo en el mismo objetivo que tiene el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, de borrar al Estado de Israel del mapa) y que allí, un diputado "judío" necesita menos votos que uno "iraní" para entrar al parlamento (tratando a los judíos de extranjeros).
Luego, comenzó a hablar del caso AMIA. Dijo que la acusación a Irán esta basada en "pruebas muy efímeras, que aportan los servicios de inteligencia: el Mossad y la CIA, y que decodifíca [...] la SIDE, de manera muy llamativa" ya que "el fundamento para imputar iraníes es el testimonio de un puñado de terroristas". Aseguró que no quiere que "servicios de inteligencia de otros países, de acuerdo a sus intereses [...], nos quieran decir hoy quiénes son los culpables", aunque el señor D'Elía está convencido de la inocencia de los iraníes gracias a la "abundante" documentación que le aportaron las autoridades iraníes.
Se autodenominó como "un tipo que quiere luz, que quiere verdad" y cambió abruptamente de tema. Comentó que "en el 94 (fue en el 95) se asesinó a un grande de Israel, que es (Itzjak) Rabín" y "a Rabín lo mató la derecha israelí. Yo me pregunto, ¿éstos atentados (a la Embajada de Israel y AMIA) tienen algo que ver con aquel cruel asesinato? Algunos creen que no, y otros creemos que sí", aunque no dio pruebas ni justificaciones al respecto, demostrando que su pensamiento se basa simplemente en la ignorancia y los prejuicios.
Leyó un fragmento de un e-mail del presidente de la DAIA a la organización de la Feria del Libro, que decía que la Feria no se puede convertir en "un púlpito difusor de ideas políticas". D'Elía, según sus declaraciones, cree que la feria es "un formidable foro productor de todas las ideas". Acusó al presidente de la AMIA de querer hacerlo desaparecer y afirmó en varias oportunidades que nunca le faltó el respeto a la comunidad judía ni a las víctimas de los atentados, como si declarar que fue un autoatentado no fuese una ofensa en sí misma.
Cuando le llegó la hora a Cafiero, este no quiso ser menos y justificó la inocencia de Irán contando la simpatía que tenía con Argentina por esa época, como si esto fuese motivo para declarar inocentes a los iraníes. Dijo que el expediente está basado en hechos sin pruebas, que son 800 páginas repetitivas que no dicen nada, y dijo que "las personas por las que se acusa a Irán son terroristas y tienen captura de Interpol" (no es que usted haya entendido mal, sino que la declaración de Cafiero fue inentendible).
A la hora de las preguntas, uno de los asistentes preguntó por qué no quieren debatir si existió o no el Holocausto, lo que causó una fuerte discusión entre los asistentes, provocando la respuesta de Mohsen Alí: "No contestemos, porque ellos vinieron a hacer esto", acusando y diferenciando una vez más a los miembros de la comunidad judía. Y yo me pregunto, ¿a quiénes les hablaba el señor Alí cuando dijo "no contestemos" y quienés eran "ellos"? La discusión entre la concurrencia continuó por varios minutos, entre gritos y algunos pocos empujones, hasta que una señora volvió a reclamar a los gritos la discusión sobre el Holocausto, provocando nuevamente la insólita respuesta del "moderador" Alí: "Yo la quiero escuchar gritar asi cuando matan a los palestinos, cuando maldigan el Corán, cuando matan a mis hijos y me hacen muros de contención que no me permiten comunicarme con los demás. Los quiero escuchar gritar asi cada vez que invaden países por el petróleo, cada vez que desoyen los mandatos de las Naciones Unidas, cada vez que son perseguidas nuestras mujeres".
Tal vez mi pregunta venga desde una posición algo ingenua, pero... ¿Por qué el mencionado clérigo islámico, en el medio de la oración, cambió el destinatario de "LA quiero escuchar gritar asi" a "LOS quiero escuchar gritar asi"? Prosiguió con un "Obviamente no quieren conversar", en obvia alusión a los asistentes judíos, generalizando a todos, y a la hora de dar respuesta por la posición iraní frente al Holocausto, se puso a cantar junto a parte de los oyentes "Argentina, Argentina"... Me pregunto nuevamente: ¿los judíos allí presentes no somos argentinos?... Evidentemente, para esta gente, no. Lo terminé de confirmar cuando uno de los espectadores gritó "¡Que se vayan los del Mossad, que se queden los argentinos!", señalando a los miembros de la comunidad judía.
A pesar de esto, Alí no pudo escapar a la pregunta sobre el Holocausto y afirmó que él no se deja engañar por los medios argentinos, sino que él tiene información de primera mano: navega por internet y nunca se ha negado el Holocausto por parte de Irán y los musulmanes. Evidentemente, yo tenía una idea algo ingenua, pensé que tanto yo como ustedes que estan leyendo este e-mail también navegaban por internet, pero me di cuenta que era todo una gran fantasía, sin tener en cuenta que, como todos sabemos, internet no es una fuente muy confiable con respecto a estos temas.
Ese fue el momento donde nuevamente intervino D'Elía, comentando que cuando él preguntó en Irán "cómo era eso de que había que borrar a Israel del mapa", le respondieron "nosotros no negamos el Holocausto, lo que hicimos fue un seminario de revisión". Evidentemente, el idioma de este señor no es del todo bueno, o los iraníes no lograron comprenderlo, pero la respuesta no fue la acorde a la pregunta. ¡Parece que D'Elía no se dio cuenta!
A la hora de las preguntas, el que se acercó hasta el micrófono fue el presidente del Centro Simon Wiesenthal, Sergio Widder, quien repudió al "energúmeno y nazi que invitó a los del Mossad a retirarse". Afirmó que Cafiero "cree que mi organización es un órgano central del lobby judío internacional (como lo afirmó en un trabajo entregado en la entrada de la sala firmado por el mismo Cafiero, donde además comparaba al sionismo con el racismo) y cree en Los Protocolos de los Sabios de Sión, lo que lo convierte en un personaje que carece de total seriedad y credibilidad". Sobre D'Elía, dijo que "pensé que luchaba por causas sociales argentinas, pero ahora veo que repite lo que dijo el nazi argentino Norberto Ceresole, que la bomba de la AMIA la pusieron los judíos". Concluyó diciendo "y por último, quien coordina esta lista (en obvia alusión a Mohsen Alí) ha dicho que los judíos necesitan su dosis diaria de sangre y carne humana", frase que no pudo ser oída por la totalidad de los concurrentes, ya que el mismo Alí lo interrumpió gritándole "Formule una pregunta", a la vez que Widder se veía rodeado de seis de los más corpulentos "muchachos" de D'Elía, quienes inmediatamente le arrebataron el micrófono a los empujones.
Ante el griterio y el tumulto general, Alí repitió su ya famosa frase "Esto es lo que han venido a lograr, esto es lo que ellos quieren, han venido a boicotear el acto, lo mismo hicieron en Uruguay el año pasado".
Mientras el griterío, el tumulto y los empujones se generalizaban en la sala, apareció el presidente de la fundación El Libro, organizadora de la feria. El hombre "invitó" a desocupar la sala ya que tenía que ser usada en pocos minutos para otro evento. La sala fue desalojada entre gritos por parte de la parcialidad convocada por D'Elía, donde se pudo escuchar cosas como "30 mil compañeros desaparecidos" y otro tipo de cosas que nada tenían que ver con el caso.
Hasta aquí llega mi relato de los hechos, y lo cuento porque estuve. Al llegar a mi casa, leí en el diario La Nación, que D'Elía, al haberse generado el conflicto, ordenó "Jorge, saca a los compañeros" a uno de sus corpulentos seguidores que lo esperaban abajo del escenario. A la noche, leo (y admito que ya no me sorprendió) que el piquetero en un comunicado afirmó que "fue víctima de la intolerancia, el desprecio y la xenofobia". Además, afirmó que "la juventud sionista nos agredió y nos insultó", hecho totalmente falso, ya que, sin contar que nadie de la comunidad judía fue agrupado como institución, el señor d'elia se mantuvo todo el tiempo arriba del escenario sin siquiera haberse acercado al centro del conflicto. Igualmente, y cabe la aclaración, ningun miembro de la comunidad judía intentó (ni lo hizo) agredir de ninguna manera a ninguno de los concurrentes.
Como vemos, nuevamente dividió el conflicto en dos bandos, pero esta vez bien distinguidos: "Nosotros" vs. "Los sionistas".
Tal vez, después de todo el relato, cada uno haya formulado su propia opinión con respecto a lo sucedido. Sin embargo, me gustaría hacerme varias preguntas. ¿Qué pasa en este país, donde los judíos somos tratados de extranjeros tanto por funcionarios, ex funcionarios y público concurrente en general? ¿Por qué, para callar a la comunidad judía, se le canta "Argentina, Argentina" y el himno nacional? ¿Qué fue eso de "que se vayan los del Mossad y se queden los argentinos"? Todavía me pregunto si es justo que miembros de la comunidad judía hayan sido fotografiados en la puerta de salida de la sala, vaya a saber por quién, si es justo que luego de este episodio, al stand de Israel y al de la AMIA hayan sido destinados cuatro policías a cada uno, si es justo que nos hayamos tenido que rebuscar para salir porque nos llegó el rumor de que habían grupos de Quebracho en la puerta de la Feria. ¿Hasta cuándo seguir soportando este tipo de cosas? ¿No es un agravio a la comunidad decir que la AMIA la volaron los propios judíos SIN DAR UN SOLO MOTIVO (ya ni hablemos de pruebas)?
Disculpen si me extendí en demasía en este mail, solo creía que era conveniente expresar lo vivido y sentido en ese momento tan nefasto a la gente que no pudo concurrir.

Jazak Ve'ematz

Mazkir Artzí - Tnuat Noar HEJALUTZ LAMERJAV

Abril- Mayo de 2007. Iyar- Sivan 5767
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