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La DAIA tiene como objetivo la defensa de la dignidad del judaísmo argentino, combatiendo todo acto inspirado en el antisemitismo y en las ideas nazis; luchar contra el antijudaísmo, la discriminación étnica, social o religiosa y la xenofobia. Combate también la amenaza permanente del terrorismo.
Algunas expresiones: el vicepresidente Daniel Scioli expresó gratitud y respeto por la influencia positiva del accionar de la DAIA en la vida argentina, destacando el coraje para enfrentar la discriminación y el nazismo. Agregó que “el antisemitismo en una agresión hacia la Argentina en su conjunto”.
El preside de DAIA, Jorge Kirszembaum: “La DAIA se creó con un objetivo claro y preciso: la lucha contra el antisemitismo en todas sus expresiones, y la defensa de la dignidad y la integridad de la comunidad judía en el país, a través de la protección de sus derechos esenciales como ciudadanos plenos. Desde entonces y hasta la fecha, la DAIA viene bregando por el fortalecimiento de los vínculos de solidaridad entre judíos y no judíos en el seno de la sociedad argentina, desarrollando una tarea que apunta en el plano de la edudación, a disolver las barreras del prejuicio, la intolerencia y la xenofobia que conducen hacia el antisemitismo y la segregación de los grupos minoritarios más débiles de la sociedad”.
El embajador de Israel, Rafael Eldad:
“La conmemoración de los primeros setenta años de existencia de la DAIA es motivo de satisfacción y honda reflexión. Por un lado, ver una Institución que, después de siete décadas, continúa dando muestras de vitalidad no puede, sino, ser motivo de alegría. Pero a la vez si se cala hondo en los motivos de su creación se verá que su razón de ser fue la lucha contra el racismo y el antisemitismo, en los albores de la Alemania hitleriana y esta motivación, que lamentablemente continúa vigente, ya no resulta tan auspiciosa. La DAIA constituyó, durante toda su existencia, el brazo político externo de la comunidad judía en la Argentina y su representación ante el Gobierno nacional. Desde ese lugar enfrentó fenómenos diversos como los de discriminación y xenofobia, antisemitismo y antijudaísmo, constituyendo su accionar una auténtica memoria judía (...). La DAIA, a través de los años, no sólo realizó notables esfuerzos para recoger los retazos de la Europa en llamas, sino que le tocó convivir y luchar con los regímenes autoritarios, enfrentar las diversas crisis económicas, el juicio a Eichmann, además de la llegada de inmigrantes de todos los países, inclusive los limítrofes. Todos momentos que fomentaron, y aún fomentan, incertidumbres y el miedo a lo distinto. Recordemos que el antisemitismo fue un arma política para los grupos que buscaban desestabilizar a los gobiernos constitucionales y derrotar a la democracia (...) La DAIA supo, desde su creación, que sólo se empezaba con los judíos, pero que si no se lograba poner en funcionamiento los frenos adecuados también se terminaría con la democracia.
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