¿Hizo Israel todo lo posible para salvar a judíos argentinos en manos de la dictadura militar?.No es una pregunta nueva pero duelo y necesita respuestas. Hay quienes no quieren oir hablar del tema y hay quienes lo transformaron en un tema de política antisionista para degradar a Israel. También están, la mayoría, que necesita saber la verdad. En aquella terrible época, Israel desarrolló una política silenciosa:Vendió armas a un gobierno ilegítimo que hizo de la tortura una práctica a la vez que transitaba caminos secretos para salvar la mayor cantidad de víctimas posibles. El tema ha recobrado vigencia por el reciente informe del parlamento israelí sobre desaparecidos en la Argentina, la prohibición de entrada a Israel de casi 100 represores argentinos y quizas la posible extradición de varios de los mismos a pedido del estado hebreo.
Abital Afel y Yafat Bajraj son dos jóvenes investigadoras de la Univ. Hebrea de Jerusalem que desarrollaron un trabajo académico titulado "La política del gobierno de Israel respecto de la salvación de los judíos detenidos-desaparecidos durante la dictadura militar argentina entre 1976 y 1983".
En una extensa nota realizada por el diario israelí Maariv las historiadoras expresan: "Que se entienda de lo que hablamos. Nosotros podemos pensar, analizar, criticar la política exterior de Israel con la distancia que dan los años. Esas eran las condiciones y no lo podemos olvidar".
El lacónico título del trabajo hace referencia a uno de los dilemas más trágicos que enfrentó la diplomacia israelí en aquellos años:silenciar lo que sucedia con la barbarie de las juntas ya que las ventas de armas posibilitaban negociar la salvación de manos de los torturadores.En síntesis; armas por judíos.
El tema no estuvo exento de polémicas ya que los familiares de los desaparecidos decían que Israel privilegiaba los negocios mientras los diplomáticos rechazaban con enojo esas apreciaciones. En el trabajo las jóvenes hacen hincapie en dilucidar el tema y por primera vez logran acceder a documentación directa de la cancillería. Hace un mes una comisión del parlamento israelí dio a conoce un extrenso informe sobre los judíós desaparecidos en la Argentina.La comisión Blumenthal( en nombre de la diputada likudista que la presidía) se formó en el 2000 por presión de los familiares. En las conclusiones del informe se expresan que "la embajada de Israel y la Agencia Judía desarrollaron una amplia acción para la salvación de judíos y sus familiares". Sin embargo la comisión, por su conformación oficial, se abstuvo de investigar si los diplomáticos israelíes en aquella época hicieron lo suficiente o no ante el reclamo de los familiares. La comisión dijo que la embajada en Bs. As. "actuó con rapidez y entrega digna de elogio", sin embargo, y es lo que las investigadoras intentan profundizar analizando cartas y telegrámas, es si existió o no una política de estado respecto al tema más allá de los esfuerzos diplomáticos. En sus conclusiones Afel y Bajraj dicen que los embajadores de Israel (Ram Nirgad y Dov Schmorak) actuaron con decisión sin diferenciar sexo, raza, opinión política de las víctimas para salvar a la mayor cantidad posible de ellos.
Esto contradice, por ejmplo, las afirmaciones de Marcel Zohar en su libro "Envía a tu pueblo al diablo", una traición en azul y blanco, en la que se dice que Israel se habría demorado en salvar judíos argentinos porque eran muy izquierdistas y acusaba al gobierno de derecha del premier Menajem Beguín. Según las investigadoras la actitud de Beguín fue contundente:llevar a Israel a todo judío argentino cualquiera sean sus ideas políticas. Algunos sectores de la judeidad argentina se habrían opuesto a ello porque la ultraizquierda judía era antisionista, amabam más al Che que a Ben Gurión y porque una minoría absoluta ponía en peligro a toda la comunidad.
Los israelíes se encontraron con otro problema adicional. Mucho de los judíos a salvar eran tan comunistas o antisionistas que preferían ira a Paris, Madrid o Nueva York a pesar del esfuerzo por liberarlos y llevarlos a Israel. "Se nos ordenó salvar a todos y por eso tratamos de salvar a todos",le dijo a Maariv un ex miembro de la Agencia Judía de aquellos tiempos. "Por supuesto que nos sentiamos defraudados por el hecho que muchos de los que salvabamos no se quedaban en Israel y que incluso llegaban a criticar al país que les dio refugio".dice.
Afel y Bajraj dicen que de los documentos analizados no surgió discriminación a la hora de ayudar pero si hablan de la falta de un plan ordenado y coordinado de ayuda. Los jóvenes sostienen que la embajada y sus diplomáticos hicieron todo lo que pudieron pero nunca hubo una discusión ordenada acerca de que más se podía hacer. La diferencia es sutil y riesgoza."El rescate se hizo de la embajada hacia arriba y no al revés. Cada uno hizo lo que consideraba se podía hacer en ese mismo momento. Paralelamente no hubo en Israel discusiones en el parlamento o en los medios bajo el argumento que ello podría en peligro a los judíos",dicen las jóvenes
"En el material que tuvimos a dispocisión", le explican a Maariv, "se nota que había consenso respecto a la política existente:silenciar toda discusión pública en Israel para no dañar las relaciones entre los dos países basadas en que vender armas era efectivo para crear un mejor canal de comunicación con las juntas que siriviera para salvar a la mayor parte de los judíos. Nadie cuestionó esta política salvo diputados como Iosi Sarid o Meir Pail. Los diplomaticos israelíes en Argentina, a solicitud de los familiares de los detenidos-desaparecidos acercaron listas con nombres a lo militares, pero no lograron ubicar a los desaparecidos fracaso no exclusivo de la embajada israelí ya que en muchos casos, como se supo después, la gente era asesinada al poco tiempo de ser secuestrada. Lass investigadoras, por ejemplo, citan telegramas que expresan la frustración del embajador Ram Nirgad."Teníamos presiones cotidianas de los familiares sin que pudieramos conseguir resultados",dice uno de ellos. Sin embargo no todo fue fracaso. La documentación analizada da cuenta de la visita de diplomaticos israelíes a las cárceles visitas que eran consideradas una poliza de vida para los detenidos ya que cuando alguno de ellos era identificado sus datos eran enviados al Ministerio del Interior lo que posibilitaba que disminuyeran las desapariciones.Sin embargo, no hubo una política clara respecto a que hacer con aquellos que no querían radicarse en Israel. Según cita Maariv había enviados de la Agencia Judía que decían que había que ocuparse algo menos de los judíos que no querían irse a Israel.El entonces sheliaj (emisario) Danny Recannati, expresaba ya en enero de 1978: "Todo el que quiera salir de la cárcel y necesita nuestra ayuda, hay que ayudarlo y al que duda en quedarse en Israel hay que ayudarlo a que lo haga en calidad de turista hasta que se determine su situación". Recannati rechaza las acusaciones que indican que se pudo salvar más gente." En la embajada",le dice hoy al diario Maariv, "había dos concepciones respecto a que hacer en la Argentina. Una, quebrar las relaciones y actuar por fuera; la otra, continuar las relaciones y actura por dentro en silencio. ¿Ud. cree que hubiera sido más fácil cortando relaciones?. Yo no lo creo".
Entre los años 76 y 81 la Knesset recibió sólo 8 pedidos para debatir en el orden del día la relación de la Argentina con sus judíos.Todos los pedidos fueron postergados con argumentos difusos. La causa de esta actitud era la política de silencio, no muy efectiva, basada en que relaciones cercanas con los generales mejoraría las posiblidades de Israel para salvar judíos y en el marco de esa acción se comprendían las transacciones por armas entre Israel y la Argentina. En mayo de 1978 el embajador Ram Nirgad cursó un telegráma a Jerusalem en que decía lo siguiente:"Debemos actuar en forma silenciosa. Tenemos que tener relaciones con el regimen actual, desarrollar compra y venta y posibilitar el accionar legal de la Organización Sionista en todo lo posible. No podemos cumplir con esta misión si caemos en alarmismo". En octubre 1978 el embajador envió a la cancillería un telegrama donde describe su encuentro con el dictador Jorge Rafael Videla. "Le expliqué que la decisión de vender armas era dificil y que lo aceptabamos como una expresión de relaciones amigables. Videla dijo que las transacciones eran positivas. Luego pasé al tema de los detenidos-desaparecidos. Le dije que eso afectaba la imágen Argentina en Israel y que dañaba las relaciones entre los pueblos; le describí los sentimientos de Israel hacia los judíos sentimientos que fluyen de la experiencia traumática de nuestro pueblo y le dije que era muy dificil explicar la situación en Argentina a la opinión pública israelí.Le expresé que la liberación de detenidos era lenta e insatisfactoria. Respecto a los desaparecidos Videla dijo que no había nada para agregar más de lo que conocía y respecto a los detenidos pidió detalles. El prometió una actitud más elástica respecto a los interesados en emigrar hacia Israel". El mismo año Nirgad enviaba otro telegrama: "Debemos utilizar la venta de armas como una estrategia política.No corresponde que los contactos se hagan desde lo técnico y comercial sin aprovecharlos políticamente". En febrero 1979 escribió Nirgad: 'La venta de armas suma una dimensióm positiva en el campo de las relaciones creando relaciones más íntimas. Hasta ahora las transacciones no influenciaron mucho en las relaciones multilaterales. En contraposición por las relaciones íntimas surgidas con el poder se fortaleció nuestra posición en las actividades sionistas y en la situación de la comunidad".
Las investigadoras dicen que hubo muchos intereses entre los dos países y según la concepción de esa época sin venta de armas se les hubiera negado a los israelíes el acceso a los militares.No existió en Israel un debate serio sobre los desaparecidos y para Israel fue fácil suponer que se hizo todo lo posible.
El receptor principal de los mensajes de Nirgad en Israel fue Ieshaiahu Amog, un diplomático de la cancillería. Hoy Anog se molesta con quienes juzgan lo que la cancillería hizo hace 20 años. "Decir hoy que teníamos una fórmula mágica para salvar a todos es por lo menos ingenuo. NIrgad fue un hombre justo nadando entre fieras; hizo lo imposible y con el correr del tiempo tuvo que enfrentarse con quienes lo humillaron, con los que dicen que el torpedeó los intentos de hacer buenas acciones. Yo le digo a ud ,le dijo a Maariv, que Ram Nirgad fue uno de los más exitosos que tuvo Israel. No creo que hubiera otros embajadores que hubiesen tenido éxito en actuar entre asesinos cuya crueldad no tenía límites. Yo no puedo desmentir que hubo en el medio intereses para no poner en peligro la exportación de armas de Israel a Argentina pero eso no fue lo decisivo".
Herzl Inbar dirigió la embajada entre los embajadores Nirgad y Schmorak."No es un secreto",dice hoy Inbar, " que en aquella época, antes de ella y después de ella teníamos con la Argentina relaciones vinculadas al negocio de las armas. Eso posibilitó una mejor llegada a los militares en el poder.Habría que mirar esto bajo dos opciones; una simple por la cual nos hubiesemos prohibido comerciar con un país así y la otra, la pragmática, nada fácil. Cuando tuvimos que localizar shlijim del Hashomer Hatzair que desaparecieron en Córdoba en 1976, logramos hacer esto en horas gracias a nuestros vínculos con el poder. Si; estuve sentado con los asesinos pero pensamos que era la mejor forma de salvar judíos".
Luego de la derrota de las Malvinas la embajada israelí en Bs. As. pidió una política más dura de parte de Israel. "Me parece",decía el embajador Schmorak en noviembre del 82, "que nos comportamos con Argentina con una moderación exagerada mientras que la junta apoyaba a los árabes. No sólo que un aumento de nuestras presiones no dañará nuestros intereses sino que causará que tengamos más importancia. A la luz de la iniciativa italiana yo sugiero elevar los pedidos de israelíes familiares de judíos desaparecidos en Argentina al presidente israelí y dar órdenes el embajador en Bs. As. para que difunda el tema".
Se recibió una respuesta negativa.
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