Está escrito que los judíos somos responsables el uno por el otro. Esta premisa puede tener varias implicancias, desde advertir a nuestro prójimo cuando está incurriendo en un error, hasta asumir el compromiso de participar en las iniciativas tendientes a atender las necesidades de nuestros semejantes. Estas últimas se refieren tanto a las vinculadas con el cuerpo, es decir, las personas carecientes que requieren asistencia en vivienda, salud, comida, como las del alma, o sea, velar por la continuidad judía a través del acercamiento a Di-s. Hay distintas instituciones que se ocupan de guemilut jasadim, de obtener recursos para ayudar a los necesitados, y en general se puede acudir a alguna de ellas para cumplir con esta Mitzvá. Lo importante aquí es asegurarse que los aportes lleguen a quienes los necesitan, y no se pierdan, entre otras cosas, en sostener estructuras administrativas. Quien quiere facilitar al prójimo su acercamiento a la Torá, puede hacerlo a través de regalarle un libro, invitarlo a vivenciar shabat, o directamente instándolo a concurrir a algún curso, seminario o servicio religioso. En este sentido, también algunas instituciones están llevando a cabo proyectos que merecen conocerse y apoyar materialmente. Existe un programa llamado Morashá, a través del cual numerosos jóvenes judíos pertenecientes a hogares alejados de la observancia de nuestros preceptos, están recibiendo educación judía y accediendo a la posibilidad de presenciar y protagonizar momentos de la vida judía cercana a Di-s. El éxito de esta actividad trajo como consecuencia una mayor demanda de educadores especialmente capacitados. Atendiendo a este requerimiento, el Centro Comunitario Sucath David, entidad que el próximo sábado realizará su fiesta anual -en esta oportunidad coincidiendo con los primeros veinticinco a-os de actividad del Rabino Abraham Serruya en la institución-, cuenta con un Centro de Altos Estudios, el Kolel, donde se están preparando treinta docentes, y que a partir de aquella demanda se ha propuesto llegar a los cien. Para cumplir esta importantísima misión, aquellos miembros de la comunidad a quienes Di-s les ha posibilitado tener trabajo y recursos económicos suficientes, se pueden acercar y contribuir a mantener a estos futuros educadores. Muchos judíos, que aún no han podido hacerse un tiempo para el estudio de la Torá, realizan la no menos trascendente tarea de mantener a los que han decidido dedicar su vida al estudio. Esta es una inmejorable iniciativa para concretarlo. Cuando luego de la salida de Egipto, Di-s castigó a los judíos a errar cuarenta a-os en el desierto, con la prohibición a toda esa generación de no poder ingresar a la Tierra de Israel, cada Tishá Be Ab durante esos cuarenta años fallecían mil quinientos de entre ellos. La noche anterior, cada judío debía cavar su tumba y dormir en ella, y al día siguiente mil quinientos no se levantaban. Al principio, los sobrevivientes entendían que quienes había muerto seguramente habrían incurrido en graves inconductas, y así fue a-o tras a-o hasta llegar a los últimos mil quinientos. Cuando llegó el último Tishá Be Ab, sucedió que cavaron sus tumbas, se acostaron en ellas, y al día siguiente se levantaron. Confundidos, repitieron el trámite al día siguiente, y lo mismo. Hasta que a la semana siguiente advirtieron que Tishá Be Ab había pasado, y Di-s los había perdonado. ¿Por qué? Porque en el anterior Tishá Be Ab, cuando había tres mil y luego quedaron estos mil quinientos, estuvieron durante un a-o haciendo teshuvá, es decir, poniendo el mayor esfuerzo en cumplir con la Torá al pie de la letra en una clara se-al de arrepentimiento. Y Di-s, advirtiendo esta sincera conducta de este grupo de judíos, los perdonó. Es decir, nunca es demasiado tarde para retornar al camino correcto, y Di-s castiga a su pueblo como un padre castiga a su hijo, esperando que éste reaccione y se encamine por el sendero del bien. Por ese motivo, debe ser motivo de preocupación y ocupación, que cada uno de nosotros, en tanto la responsabilidad que nos es inherente como judíos, nos interioricemos de las iniciativas positivas como la anteriormente comentada, y participemos de ellas.
|
|
|
|
|
|