El titular del Centro , habló con Comunidades Plus sobre la situación del antisemitismo en la región, la penetración iraní, las posiciones de Brasil, Chile y Venezuela, y el creciente odio en las redes sociales vinculados a la crisis comunitaria.
- ¿Cuál es el balance que haces de tu gestión en el Centro Wiesenthal y cuáles son los puntos más importantes y preocupantes que te tocó encarar?
A pesar de parecer que mi gestión lleva un largo tiempo todavía no cumplí 3 años. Creo que todos los temas tienen su importancia, pero en lo inmediato recalcaría como gran logro las declaraciones de Luis Almagro, Secretario General de la OEA, en las redes sociales a raíz de una entrevista con nosotros en cuanto a catalogar como antisemitismo la deslegitimación del Estado de Israel, el deber de Irán de colaborar con la Justicia argentina en la causa AMIA y el rechazo al negacionismo de la Shoá. Como preocupante, sin duda la creciente hostilidad hacia la comunidad judía en Chile.
- ¿Qué les genera que Chile y Venezuela reciban a Abbas y cuáles son las consecuencias puede generar esta visita a la comunidad judía chilena que viene sufriendo diversos actos de antisemitismo y contra Israel?
Peligro. Lo digo en el sentido de agravarse más la situación. Si tan solo Piñera pudiera ponerse en una posición de ser un llamado a la razón y pedirle públicamente que interceda para que la comunidad palestina baje los decibeles y no transporte el conflicto a Chile sería ideal. Pero lo dudo. Sólo puedo esperar que siga animando a los chilenos a actuar contra todo lo que se relacione de forma alguna con Israel y por asociación, con los judíos. La comunidad palestina ya se sacó la careta y a la comunidad judía la llama comunidad sionista. Ya no utiliza la corrección política de decir que no tiene nada contra los judíos pero sí contra Israel.
- ¿Hay preocupación por la penetración iraní en América Latina y la visita de funcionarios a la región?
Desde ya. Su presencia es innegable a través de las visitas de sus políticos y diplomáticos así como los vínculos de Hezbollah en la región. Nosotros denunciamos la maniobra del vicepresidente de Venezuela, Tarek El Assaimi, otorgando más de 100 pasaportes venezolanos a agentes de Hezbollah que les permite moverse libremente por la región. Son ampliamente conocidos los vínculos con negocios ilegítimos en la Triple Frontera que tienen destino directo al financiamiento de actividades terroristas. Hace unos días, el virtual sucesor latinoamericano de Mohsen Rabbani, que tuvo que huir por maniobras ilegales en Paraguay hacia Brasil, fue recibido por el gobernador del Estado de San Pablo, donde hoy desarrolla sus actividades en una mezquita local, mezclado con miembros de la comunidad libanesa. Brasil está en un momento político donde parecería no importarle nada. Tiene relaciones incongruentes, recibe a todos, y de todos esperan obtener algo. En ese contexto, donde además las fronteras son porosas, no hay políticas coordinadas entre los países vecinos y la única previsión regional frente al terrorismo es esperar que no aparezca. Todo puede suceder.
- ¿Cuál es la posición del Centro con respecto a lo que sucede en Venezuela, al exilio de la comunidad judía local y a las constantes declaraciones de Maduro contra Israel?
El Centro ha sido uno de los principales denunciantes del antisemitismo chavista. El exilio y reducción de la comunidad judía son la consecuencia de tal accionar correspondiente con el creciente exilio de venezolanos en toda la región. Con respecto de las declaraciones de Maduro, cada vez que ha correspondido manifestamos lo que teníamos que decir.
- En los últimos tiempos en nuestro país se ha banalizado el Holocausto en manifestaciones políticas, en medios, y hasta en el debate por el aborto ¿por qué pensás que eso sucede y cómo se trabaja para que no se repita?
El Holocausto es la máxima expresión del mal en el Siglo XX. Como bien puntualizó Generaciones de la Shoá, es el “MAL” con mayúscula. Por lo tanto, la tentación de comparar cualquier cosa con ello a veces es irresistible. Pero el tema es que no existe comparación posible. La Shoá tiene sus propias características y ahí debemos trazar una línea en la arena. El trabajo para que esto no suceda es justamente informar, hacer saber, que la voz de los sobrevivientes se escuche aún cuando ya no estén, y que sepamos marcar la diferencia.
- ¿Ha crecido el antisemitismo en Argentina? ¿Y en la región?
Hay oscilaciones. Cada agravamiento del conflicto en Medio Oriente implica un aumento de actividad antisemita. Hay un crecimiento de antisemitismo “políticamente correcto” en no mostrar odio al judío pero sí a Israel. Pero a la larga, la máscara se cae. La situación más grave está sin duda en Chile. Pero no debemos dejar de lado que hay algunos sitios de la región donde hay manifestaciones crecientes, por ejemplo, en Uruguay.
- ¿Por qué las redes sociales hoy son un fenómeno en el que el antisemitismo se viraliza casi sin control?
Las redes sociales permiten la viralización del odio con mayor impunidad. Es un tema complejo en el que el Centro tiene gran experiencia y requiere un mayor desarrollo, pero para adelantar algo, en el mundo virtual existe una impunidad que no está en la comunicación frontal. La intolerancia es extrema. Basta mirar los comentarios a las notas periodísticas, y no se trata solamente de antisemitismo, pero a éste, le cae muy bien. El tema con la prevención tiene que ver con la promoción de políticas concretas y posturas firmes de las empresas proveedoras de redes sociales, y con los conceptos de balance entre libertad de expresión y daño directo.
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