En el mes transcurrido ,desde mi nota publicada en la edición anterior de COMUNIDADES PLUS ,se produjo una situación inusitada que modifica por completo lo que expresé respecto a quien, hasta hace pocos días, presidía la DAIA. Lo acaecido con Ariel Cohen Sabban ha sido ampliamente difundido tanto por los medios nacionales como por las redes sociales, por lo tanto considero que me corresponde es intentar plantear como esta anómala situación influye en el acontecer comunitario.
Que el resto de los miembros del Consejo Directivo de la DAIA le exigiera la renuncia a su presidente; que el Consejo Federal de la DAIA, que integran las filiales del Interior del país, solicitara que renunciaran todos los miembros del Consejo Directivo, postura identificada con “que se vayan todos” que se planeó en el país luego en el 2001, a la que se sumaron varias instituciones; que miembros de la comunidad criticaran el accionar de la institución, llegando a decir que está dominada por el Gobierno argentino y la derecha israelí; que los conocidos judeofóbicos, antisionistas, propalestinos y admiradores de Irán opinaran al respecto fueron tan solo algunas de las reacciones, al igual que la decisión de la mayoría de las instituciones que conforman la DAIA de apoyar la continuidad de las actuales autoridades de la institución, bajo la presidencia de Alberto Indij, el vicepresidente primero.
Debemos reconocer, aunque sea injusto y por eso nos disguste, que situaciones como la ocurrida desprestigian tanto a las instituciones que las padecen como a sus miembros, por más que quien la haya generado sea una sola persona. Quienes hoy han quedado al frente de la institución deben ser concientes que hasta la culminación de su mandato serán observados muy atentamente no solo por las dirigencias de las instituciones que conforman la DAIA sino también por todos los miembros de la comunidad judía comprometidos con su continuidad.
En la actualidad se están produciendo hechos que ameritan el rápido accionar de la DAIA, por ejemplo: las opiniones del periodista Santiago Cúneo durante un programa emitido por Crónica TV que incluyeron expresiones judeofobicas por más que se las quiera denominar antisionistas o antiisraelíes. No solo no se arrepintió sino que las profundizó. Otro caso es el de la profesora de historia Denise Yannete Evequoz, quien en un video justifica el régimen nazi, asegurando que a “Hitler lo demonizaron, pero no fue tan así”, que los judíos en Europa "se aprovechaban de la gente que necesitaba plata" entre otros conceptos (mayor información en la página web de COMUNIDADES PLUS).
En ambos casos las autoridades de la DAIA informaron, mediante dos comunicados, que les iniciarán acciones judiciales “por haber infringido la Ley Antidiscriminatoria, y esperamos que así lo continúe haciendo en el futuro, pues situaciones similares desgraciadamente seguirán produciéndose.
Desde que en las redes transcendió el acto del ex presidente, se inició un debate sobre el accionar de la DAIA que supera lo acontecido y que no culminó con la Asamblea que rechazó el pedido “de que se vayan todos”. Sin duda que ese debate ira acrecentándose al acercarse la fecha de la elección en la que se elegirán los miembros del próximo Consejo Directivo, y no deberá extrañar que las diferencias existentes entre las autoridades de Consejo Federal y de la DAIA se agudicen como tampoco que uno o más dirigentes que deseen acceder a su conducción intenten utilizar lo ocurrido para beneficiar su candidatura o perjudicar la de un ocasional adversario.
Evitar que estas situaciones internas perjudiquen el accionar de la DAIA y lograr que los judeofóbicos y los banalizadores de la Shoá sean llevados a la justicia si sus dichos así lo ameritan, son los desafíos que enfrentarán Alberto Indij, Alberto Hammerschlag, Mario Tannembaum y Mario Ruschin, presidente, vicepresidente primero, secretario y tesorero respectivamente de la DAIA y del resto de los miembros de Consejo Directivo hasta que asuma la próxima conducción, prevista en noviembre venidero.
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