La resolución 181 de la Asamblea General de la ONU del 29-11-1947 estaba prevista para ser votada tres días antes. Sin embargo, paradojicamente, esto no era conveniente para los intereses de la comunidad judía de Israel dado que aún no se contaba con los 2/3 de los países necesarios para aprobar la resolución. De acuerdo a lo previsto ya había 15 países que votarían en contra del Plan de Partición lo que implicaba conseguir por lo menos 30 países que lo hicieran a favor. Los países más dubitativos eran Haití, Liberia, Etiopía y Filipinas. Para ganar tiempo en convencer a los presidentes o delegados se pidió pedir a representantes de países que votaran a favor, extender al máximo los discursos. Se logró así convencer a representantes de Uruguay, Venezuela y Guatemala para " estirar " sus palabras lo más posible. "Lean Salmos, citen la Biblia;lo importante es que hablen. Esa era la consigna. La propuesta contó con el apoyo del presidente de la Asamblea General, el brasilero Osvaldo Arnie, que dirigiría la dramática cesión. Dado que el 27-11 fue Día de Acción de Gracias en EE.UU., no se sesionó y se ganó así un día más. Se fijo la sesión para el 28-11 pero finalmente quedó para el 29-11 por la noche. En esas decisivas horas ganadas, dirigentes del naciente estado, EE.UU. y otros lugares del mundo , presionaron a diplomáticos de países de votos dudosos para así volcarlos a favor. Un dirigente judeo-auropeo, Julius Edelstein, había trabajado en Filipinas y era amigo del presidente filipino, Manuel Rojas. El filipino se comprometió a cambiar el voto a favor pero el delegado filipino en la ONU no fue notificado del cambio por una cuestión horaria.Hubo que llamar al presidente Rojas a las tres de la mañana para pedirle que instruya a su delegado. De hecho Filipinas fue el único país asiático que apoyó el plan de partición. El otro país sobre el que se presionó fue Liberia. Miembros de la Agencia Judía lograron influir sobre el poderoso hombre de negocios vinculado a los neumáticos, Harvel Firestone, que tenía muchos intereses en Liberia respecto a la elaboración de caucho. Firestone cumplió con las expectativas y le advirtió al presidente africano que no ampliara sus plantas en el país si Liberia se oponía a la resolución. El país africano también cambio su voto. La histórica votación del 29-11-1947 fue transmitida en vivo por radio mientras millones de personas en el mundo, en especial judíos y árabes, contenían el aliento al ser leídos los nombres y votos de cada país. Finalmente 33 países votaron a favor Australia, Ucrania, Uruguay, Islandia, Ecuador, EE.UU., Bolivia, Bélgica, Brasil, URSS, Guatemala, República Dominicana, Dinamarca, Sudáfrica, Haiti, Holanda, Venezuela, Luxemburgo, Liberia, Noruega, Nueva Zelanda, Nicaragua, Polonia, Filipinas, Panamá, Paraguay, Perú, Checoeslovaquia, Costa Rica, Canadá y Suecia.. 13 estados se opusieron : Irán, Afghanistan, India, Turquía, Grecia, El Líbano, Egipto, Siria, Iraq, Arabia Saudita, Pakistán, Cuba, Yemen. 10 países se abstuvieron: Argentina, Etiopía, Gran Bretaña, Honduras, Yugoeslavia, México, Chile, China, El Salvador y Colombia. Este resultado volcaría a miles de judíos a bailar en las calles del flamante y pronto naciente estado hebreo. Sin embargo, no todos manifestaron su alegría incontrolable. El líder del grupo clandestino antibritánico, Etzel, Menajem Beguín ( luego premier de Israel y premio Nobel de la Paz), dijo ante la radio de su organización que "la partición del país es ilegal y que no sería nunca reconocida. Esto no compromete al pueblo judío ",manifestó. David Ben Gurión, que vivió ese día trascendental cerca del Mar Muerto, dijo al conocerse la histórica votación. " En esta noche miles bailan en las calles pero yo no podía bailar. Se que estamos frente a una guerra y en ella podemos perder a lo mejor de nuestra juventud ". El 30-11 los árabes palestinos llevaron a cabo una ofensiva contra los ejes camineros que conducían a Jerusalem y otros poblados judíos aislados. La guerra de la Independencia estallaba antes que se consagrara la independencia y meses antes que el último soldado de su Majestad abandonara el suelo en litigio.
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