Una muy amplia nota publicada en el matutino Clarín hace poco tiempo atrás en relación a las drogas en las denominadas fiestas electrónicas, dejo en claro que la frecuencia de comidas familiares es inversamente proporcional al consumo de los dañinos tabaco, alcohol o cualquier otra droga sintética.Es más, un estudio complementario hecho en EE.UU. demostró que comer en familia también ayuda a evitar la bulimia y anorexia. En nuestro país uno de de cada 25 chicos sufre desordenes alimentarios. Priorizar la estructura familiar y generar comidas en un ambiente positivo protege a niños y adolescentes de destructivos hábitos alimentarios. En la Argentina sólo uno de cada cuatro adolescentes come los siete días con la familia.La comida familiar bien puede ser un desayuno compartido.Lo importante es que la familia tenga ese momento emocional para estrechar lazos y comunicarse. La investigación norteamericana también devela que comer en familia no sólo equilibra la dieta sino también ayuda a la adquisición del lenguaje, el rendimiento académico y las relaciones sociales. La comida debe ser un momento sacro sin la intrusión de la televisión,celular ,computadora o tablet. Comer en familia implica un papel decisivo en la transmisión de hábitos y costumbres.Da seguridad y sentido de pertenencia social. Es muy interesante saber que todo esto que devela ahora la investigación y el diario, ya lo aplicaba, y lo aplica, desde hace 3.000 años el judaísmo. La tradición mishnaico-talmúdica, desarrollada por 3.000 sabios en un milenio,estableció que días festivos como Shabat, Pesaj, Sucot, Rosh Hashana, Purim, Simjat Torá y otros eventos como Brit Milá, Bar Mitzva o casamientos sean hechos no sólo sacros desde lo religioso sino que lo religioso pueda servir para amalgamar a la familia alrededor de una mesa. Es más la ley judía le asigna un valor sagrado a las comidas al punto tal que no sólo se anteceden de bendiciones ( y aún después de comer), sino que hasta se recomienda decir palabras de Torá al comer ya que la mesa familiar es comparada a un altar y a una escuela. La comida casher también incrementa esa sensación ya que la misma es más una dieta para el alma que para el cuerpo.Bienvenidos estos "descubrimientos" modernos que no hacen más que ratificar la vigencia de una tradición milenaria y demostrar que el judaísmo es una forma de vida que busca elevar la vida cotidiana en cada aspecto: en el comer,en el beber; en el trabajar, en el amar, etc. Ejercitar este encuentro familiar indicado por el judaísmo y "descubierto" ahora puede ser un ejercicio sano y útil para luchar contra uno de los fenómenos más corrosivos que enfrenta el hombre contemporáneo como lo es la destrucción de su familia, elemento indispensable para la formación de un buen judío y un mejor ser humano.
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