Pesaj es llamada también "la fiesta de la libertad".
El motivo es evidente. Fuimos liberados de la esclavitud en Egipto y de ahí el nombre.
Sin embargo, viene la Hagadá de Pesaj y nos dice: en cada generación debe verse la persona a sí misma como si ella misma hubiera salido de Egipto. Y si bien ello se debe a que, de no haber sido liberados de Egipto, todavía seguiríamos esclavizados allí nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, lo que la Hagadá realmente está haciendo, es invitándonos a vivir por nosotros mismos dicho proceso de liberación. Y como Egipto - en hebreo Mitzraím - representa a todo aquello que nos contrae y nos limita, salir de Egipto representa romper con las barreras mentales, físicas y emocionales que eventualmente pensamos o sentimos que tenemos, revelando que podemos ser personas mucho más sanas físicamente, personas mucho más abiertas mentalmente y personas mucho más armoniosas emocionalmente.
Empero, para que pueda haber libertad, es imprescindible que primero haya conciencia, y para haya conciencia es imprescindible no tener miedo a poner las cartas sobre la mesa, venir y cuestionar. Y en este sentido, contrariamente a lo que mucha gente piensa, no sólo que el Judaísmo no es dogmático y no nos insta a creer o a hacer ciegamente, sino que por el contrario, el Judaísmo nos insta constantemente a hacer preguntas, pues esa es la única y verdadera forma de crecer y de celebrar nuestra libertad. De hecho, todo el estudio tradicional en nuestro pueblo, está basado en un devenir constante de preguntas y respuestas, en un análisis de textos estudiados en pareja - "jevrutot" - donde cada uno puede cuestionar y discutir todo lo que está escrito en el texto y todo lo que argumenta su "contrincante", respondiendo, argumentando y volviendo a argumentar ...
Este concepto de preguntar para aprender, lo extraemos justamente del "seder" de Pesaj, momento en el cual se realizan intencionalmente todo tipo de cambios en relación a los días comunes, para así inducir a los niños pequeños –y al niño que se encuentra dentro de cada uno de nosotros- a animarse, venir y preguntar ... No obstante, es importante comprender, que de no buscar personas sabias que nos orienten y nos brinden herramientas para ayudarnos a encontrar las respuestas que buscamos, es muy probable que nuestra búsqueda sea desordenada, caótica y finalmente estéril, no recibiendo más que tristeza y frustración por no saber como acceder a las respuestas que tanto buscamos ...
Como la vida no es un juego, y el encontrar respuestas es algo de importancia muchas veces cardinal, la noche del Seder nos llama a sentarnos a estudiar y cuestionar nuestros textos sagrados también durante el resto del año, en la mesa mientras comemos, padres con sus hijos, en familia y también en comunidad. Recordemos: la peor de las esclavitudes es la ignorancia. Es el momento de ser libres, ¡sentémonos a estudiar!
Pesaj Kasher Vesameaj desde Yerushalaim y luz y bendición para todo Am Israel!
Rabino Richard Kaufmann.
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