El avance del consumo de drogas, alcohol y otras sustancias adictivas entre los jóvenes adolescentes es un fenómeno preocupante del que poco se habla.La Argentina ya no es un país de tránsito de la droga sino que la misma avanza y se radica a pasos agigantados.
Durante mucho tiempo la comunidad judía pudo sustraerse, en líneas generales,a este tema pero hoy ya no puede hacerse la distraída. La problematica del consumo de drogas es un tema tabú por su dificultad para encararlo. Si se habla del tema a los adolescentes pareciera que se incitara al consumo o para atemorizarlos o retarlos.
En nuestra sociedad la droga y otras adicciones es presentada en los dos extremos. Por un lado, como lo fijó una conocidada publicidad, la droga es un viaje de ida; por el otro, el de los traficantes, vendedores y los "héroes" de la noche que estimulan el consumo, como si fuera un viaje a un paraíso inocuo y sin consecuencias.Los dos enfoques no alcanzan a dimensionar los temores que angustian hoy a una familia ante la amenaza de la droga en un mundo perverso que parece haber quebrado todo límite y valor; donde no hay mal ni bien sino que todo vale. Advertir a los jóvenes hoy sobre algunas de la drogas adictivas tiene que ver en confiar en su potencial madurez a la vez que debería hacerse mediante el trabajo conjunto de padres, hijos, psicólogos,docentes, rabinos y especialistas en adicciones para poder advertir a los chicos en todos los planos del libertinaje negativo de la droga.
A diferencias de otras épocas en donde el consumo de estas sustancias era propio de jóvenes de clase alta, hoy las drogas "baratas" como la marihuana, la cocaína y el extasis amenazan a cada joven en los boliches bailables, muy al alcance de sus manos. Hasta hace algunos años el joven que se drogaba era visto como una oveja descarriada. Hoy es a la inversa. Hoy en los boliches bailables tomar droga , extasis, algún energizante no es considerado algo malo, que lo es, sino como "lo mas". La cultura de la transgresión instalada en la sociedad contemporánea empuja a los jóvenes a vulnerar los límites ya que hoy la droga y el alcohol en adolescentes responde a un fenómeno imitativo más que adictivo.
No miremos como padres para otro lado ni los que son dirigentes institucionales piensen que "eso" no pasa en nuestras instituciones. El fenómeno se extiende por muchas razones muy complejas y requiere de nuestra urgente atención sin temores.
Sin duda que tanto a nivel familiar e institucional reforzar los valores familiares de la tradición judía puede ser un freno a esta tendencia. Hogares judíos ordenados en una escala de valores; modelos claros de padres que los hijos tiendan a imitar con confianza; padres como ejemplos de conducta y formación y no como "amigos" permisivos de sus hijos, podrían servir de necesario freno para evitar los desbordes impulsivos de adolescentes sanos que en verdad manifiestan a gritos querer límites y conductas. Modelos educativos y coherentes claros en el hogar y la institución serán una valla afectiva contra este mal que se extiende en silencio o sepultado por nuestros temores. "Ubajarta Bajaim",dice la Torá en el Deuteronomio, "elegirás la vida",lo dice indicando, ordenando al hombre a limitarse y controlarse estableciendo pautas de observancia para que la expresión no quede en la retórica filosófica sino se transforme en Torat Jaim, forma de vida.
Sin duda el Elegirás la Vida es un ejercicio de anticipación ante las complejidades de un mundo que se cierne amenazador sobre aquellos a quienes más queremos.
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