El Papa parece haber decidido realizar azarosas apuestas en el campo de las relaciones internacionales que pretenden, no caben dudas, colaborar con los esfuerzos de paz entre los EE.UU. y Cuba, por un lado, y por el otro entre el Estado de Israel y la Autoridad Palestina (AP).
Para analizar el posible resultado de estas esperanzadas jugadas sería necesario recordar que Cuba es un vieja dictadura comunista que no ha dejado de violar todos los principios éticos y morales correspondientes a los mínimos derechos humanos reconocidos como tales.
En relación al planteado escenario oriental el Papa recibió al Presidente de la AP, Mahmoud Abbas, con un noble halago cuando le dice "eres un ángel de la paz", preparando así el camino para el inminente reconocimiento de un Estado Palestino todavía inexistente.
Palestina está dividida en dos fracciones: Cisjordania y Gaza, siendo la primera de ellas gobernada por Abbas desde 2005, sin nuevas elecciones democráticas a la vista, y la segunda regida desde 2007, mediante un golpe de estado, por la Organización terrorista Hamas.
El Presidente Abbas recibió, en 1982, un doctorado en la Universidad de Moscú cuya tesis desarrolla la falacia de que el Sionismo fué cómplice de la Alemania Nazi en la 2a. Guerra Mundial negando, contra toda verdad histórica, el Holocausto judío.
Actualmente, continuando con su tesis negacionista, no acepta reconocer al Estado de Israel como el único Estado Judío del mundo, provocando con ello y otros artilugios adicionales la suspensión de las negociaciones de paz con Israel.
El reconocimiento de un Estado Palestino debería ser útil para lograr un Estado de Israel seguro coexistiendo con una Palesina viable.
Los elogios y reconocimientos deberían otorgarse después de la firma de un Tratado de Paz reconocido internacionalmente.
Victor Zajdenberg
LE 04269823
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