David Nillni, superviviente de la Dictadura Militar
“Israel me contuvo, me permitió reorganizarme y darle una nueva mirada a mi vida”
En una entrevista exclusiva con Comunidades, David Nillni, autor de “Guerrillero y soldado”, el libro que cuenta su historia de vida tras huir de Argentina hacia Israel durante la última dictadura militar, nos relata los difíciles momentos que pasó en la década del ‘70, cómo fue acogido en territorio israelí y la pérdida de su mujer quien fue desaparecida.
Por Luciano Stilman, especial para Comunidades
“De entre las historias de América Latina, ninguna como la de estos jóvenes me resulta tan apasionante, y de entre todas ellas, la de David la considero la más ilustrativa. En sus páginas, encontraremos revelaciones que nos erizarán aún más los sentidos de los que ya su mera historia logra”, escribe Marcelo Birmajer en el prólogo de “Guerrillero y soldado”, el testimonio de David Nillni quien puso en letras su vida con un claro objetivo: recordar, motorizar y poder aportarle a las nuevas generaciones los hechos del pasado.
En el año 1968, David, un joven judío, decide dar una vuelta de tuerca a su vida en la búsqueda de sus sueños e ideales de juventud. Deja atrás un proyecto donde se enlazan la cultura y la tradición familiar, en un pasar acomodado, para instalarse en la ciudad de La Plata. En su nuevo escenario, ingresa en la facultad de Medicina, comienza a activar en las filas de un movimiento estudiantil y encuentra el amor. En 1976, ante la desaparición de su compañera (María Inés Pedemonte, detenida y desaparecida el 08-10-1976) y la consecuente persecución de la que es víctima, abandona el país junto al pequeño hijo de ambos. Se refugia en Israel, donde descubre nuevos horizontes y logra rehacer su vida, sin abandonar la lucha por el esclarecimiento de los hechos que lo separaran de su mujer.
- Acabas de publicar tu primer libro, ¿cómo surge la idea de escribirlo?
“Guerrillero y soldado. Desde La Plata a Beer Sheva” es un libro que nace para dar testimonio de la década de 1970, donde Argentina vivió desde el 76 al 83 un régimen cívico militar. Por ese entonces yo vivía con Maria, quien fue secuestrada y desaparecida por el Ejército, pero lo más importante que tenía ideológicamente el Ejército no era solamente la desaparición de la persona, sino hacerla desaparecer por completo: además de físicamente, hacerlo como trabajadora, como estudiante, como esposa. Trató por todos los medios eliminar a mi mujer. Por suerte, a través del tiempo, pudimos restituir su legajo en el Instituto Asistencial Médico de La Plata, donde ella trabajaba, el cual había sido secuestrado por el Ejército, y además hicimos en la sede central de IOMA La Plata lo que se llama “baldosas blancas” que es para que perdure su memoria. También lo escribí porque hubo una responsabilidad muy grande de la Agencia Judía a través de Dany Recanatti ( Z’L) que pudo salvar a mucha gente que estaba en contra del régimen militar de la época. Danny en forma personal y a través de su trabajo gubernamental pudo sacar gente de la cárcel y a personas comprometidas que estaban en peligro. Nunca en todo este tiempo vi que se le haya hecho mención, por eso esta referencia que hago. También destaco a Israel que fue quien me cobijó junto a mi hijo, y me permitió rehacer mi vida, tener otra oportunidad. Yo estaba muy mal, muy golpeado, con mucho miedo, deprimido. Israel me contuvo, me permitió reorganizarme y darle una nueva mirada a mi vida.
- ¿Cómo fueron esos primeros tiempos en Israel tras tu partida de Argentina?
En 48 horas Israel me sacó del país, y a muchas personas las sacaban el mismo día: las llevaban a Montevideo y de allí salían rumbo a Israel con escala en Roma. Cuando llegué era un mundo nuevo: palabras nuevas, forma de vivir, comidas y clima distinto, pero con el tiempo me pude acomodar a esta nueva situación.
- ¿Con qué se va a encontrar el lector?
Yo creo que en lugar de leerme a mí lo tienen que leer a quien hizo el prólogo del libro que es Marcelo Birmajer. Él explica bastante bien qué es lo que él ve y lo que yo digo en el libro: todas las situaciones, muchas de ellas muy difíciles, que yo he vivido y como siempre pude ir superando cada una de ellas. Mi intención en poder dejar un legado con un testimonio muy auténtico escrito en forma novelesca.
- ¿Cómo fue tu vida en Beer Sheva?
Es haber nacido de vuelta. Empezar a aprender una cultura distinta, un nuevo idioma, una forma de vivir distinta. Uno en ese momento tiene dos opciones, y esto a mí me pasó: o quedarte pensando en el Obelisco, el tango y la calle Corrientes; o tener eso y empezar a aprovechar una nueva vida. Cuando uno aprovecha esa nueva vida es como volver a nacer, son oportunidades que te dan de poder seguir creciendo.
- ¿Cuándo llegaste a Israel, podías imaginarte un futuro?
En un primer momento no podía pensar nada, estaba muy mal, no sabía que iba a pasar, no tenía idea de nada, estaba obnubilado.
- ¿Al irte de Argentina y llegar a suelo israelí continuaba el miedo por tu vida?
No, ya no temía por mi vida. El trato que me dieron y las primeras palmadas en el hombre hicieron que me sintiera protegido.
- ¿Cuál es tu visión de la actuación de las instituciones judías en Argentina durante la última dictadura militar?
Yo no puedo hablar por otras personas porque cada uno sabe lo que le pasó, y yo solamente puedo contar lo que me sucedió a mí, y es que en 48 horas me solucionaron el problema; me sacaron del país.
- ¿Qué era ser judío durante la última dictadura militar?
Yo trabajé en el Servicio Correccional de la Provincia de Buenos Aires y ahí estuve en contacto con muchos oficiales y pienso que la estructura fue en ese entonces fascista, tenía rasgos viscerales hacia el judío. Yo no puedo decir que a mí me lo dijeron, pero sé que a mucha gente le decían “judío de m…”, y a que a muchos compañeros cuando eran detenidos, la primera patada que les daban era por ser judíos.
- ¿Hubo una crueldad mayor por la condición de judíos?
Esto es como un partido de fútbol, yo no lo estaba viendo, lo estaba “jugando”. Uno después que pasa el tiempo y lo analiza, ve que los judíos padecimos más cruelmente.
- Para el lector, ¿qué le va a reflejar tu libro?
Yo pretendo ser motorizador. Para aquel vivió que en la época del ‘70 que le motorice y le traiga los recuerdos de aquello vivido. Para quienes no estuvieron, que son los más jóvenes, que sepan lo que pasó y dónde están parados. Este es mi caso, yo me fui al Estado de Israel, pero seguramente habrá gente que fue a otras partes del mundo. A mí me interesa que libro motorice y conmueva.
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