En una entrevista exclusiva con Comunidades, el analista internacional Claudio Fantini hizo referencia a la situación que se vive en Ucrania por la anexión de Crimea a Rusia, las repercusiones a nivel internacional, las posibilidades de intervención y el crecimiento de la ultraderecha.
- ¿Cómo analizas la situación de la anexión de Crimea a Rusia?
Creo que Rusia tiene la razón histórica, pero Ucrania tiene la razón jurídica. Desde los tiempos de Catalina II, Rusia ocupa ese territorio, que antes había sido parte del imperio otomano, o Estado vinculado al imperio turco-otomano, y fue ruso antes que ucraniano. Además, por ese territorio se dio la guerra de mediados del siglo XIX, conocida como la guerra de Crimea, que fue importantísima en Europa. La península es de Ucrania desde la era soviética, ya que al presidente de Ucrania era ruso y lo había puesto Stalin ya que fue comisario político en Kiev, y allí fue donde construyó sus bases de poder y Rusia se la pasó a Ucrania en 1954, apenas muerto Stalin. En ese momento, en los tiempos soviéticos, la jefa de la URSS era Rusia, equivalía a una forma de imperio, por lo tanto, si Crimea pasaba a Ucrania no importaba tanto porque el país estaba sometido a Rusia. Cuando la URSS se disolvió Ucrania se llevó la península de Crimea. No obstante, el traspaso territorial fue reforzado por hechos posteriores como los tratados que se firmaron cuando se disuelve la URSS y Ucrania le traspasa su arsenal nuclear a Rusia por pedidos de todas las potencias. De la misma manera, en los '90 hace firmar un tratado de reconocimiento a su integridad territorial antes de entregarle las 2000 bombas atómicas que estaban en su territorio a la Federación Rusa. Este es otro hecho jurídico contundente, además de lo que firmaron Boris Yeltsin, Leonid Kravchuk (presidente de Ucrania) y Aleksandr Grigórievich Lukashenko (presidente de Bielorrusia) cuando decidieron ellos tres disolver la URSS.
- ¿Esta situación tiene alguna semejanza con lo que sucedió con la Alemania nazi?
Lo que está pasando desde la anexión de Crimea a Rusia se parece peligrosamente a lo que ocurrió a partir de 1938 en el centro de Europa cuando Chamberlain y Daladier, le concedieron a Hitler el derecho de anexar los Sudestes de Checoslovaquia y el corredor polaco de Danzig, porque eran territorios con población alemana. Hoy Rusia está pidiendo para su contorno, su vecindario, la misma interpretación que el nazismo hacía del pangermanismo: que todo territorio donde hay población alemana, es Alemania. Hoy, al parecer, a partir de Putin, el mensaje a todos los países que rodean a Rusia es que los territorios con población rusa es Rusia, salvo que los gobiernos sean pro-rusos, no se hagan pro-europeos y no se metan en la OTAN. En el 2008 fue la primera muestra y el mundo miró a otro lado cuando en Georgia cayó el presidente pro-ruso y subió un presidente anti-ruso Automáticamente el ejército ruso movilizó sus tanques y le quitó a Georgia Abjasia y Osetia del Sur. Lo que el mundo está presenciando es una expansión territorial y esto siembra una importante preocupación porque el proceso puede seguir con el resto del este ucraniano donde ya en ciudades como Donetsk, que es un importantísimo polo industrial y minero, o Járkov, ya ha habido rebeliones pro-rusas que intentan hacer sus respectivos referéndum para, igual que Crimea, anexarse a la Federación Rusa. El fantasma de una guerra está sobrevolando esa zona.
- ¿Puede haber una acción real contra Rusia o Europa y EE.UU. no van a incidir en estas situaciones más allá de manifestaciones diplomáticas?
Rusia tiene una característica paradójica. Es económicamente débil, ya que su economía no es más grande que la del estado norteamericano de California, que es el equivalente a Italia, pero lo que tiene es un gran poderío militar, heredado de la Unión Soviética, y un gran poderío estratégico, ya que Europa funciona con el gas de Rusia y ese es un poder muy importante. También tiene su influencia sobre Irán. Que las negociaciones por el programa nuclear iraní continúen sucede en gran medida por la voluntad de Rusia, que está en condiciones de amenazar a Europa y EE.UU. con hacer que Irán se levante de la mesa de conversaciones. Este es un poder importante. Yo creo que las medidas económicas no van a hacer retroceder a Rusia que tiene mucho por ganar con esta expansión territorial, además, tiene que ver mucho con una visión imperial rusa. Hay imperialismos globales como podrían ser el de EE.UU. o como lo fue en su momento el británico, y hay regionales. El de Rusia siempre ha sido de esta forma.
Putin es un exponente de la cultura política rusa, del nacionalismo ruso, y del imperialismo euroasiático. Es un verdadero zar, un autócrata con el espíritu de los zares, y está decido a que Rusia tenga una fortaleza territorial rodeada de estados aliados y el que no quiera serlo perderá sus tierras con habitantes rusos, como Ucrania y Georgia. Eso le puede pasar a Moldavia que en Transnistria tiene mucha población rusa, le puede pasar a Bielorrusia si cayera el pro-ruso presidente Lukashenko y subiera un presidente anti-ruso, que hoy por hoy es muy poco probable, o le podría pasar a varios países bálticos empezando por Lituania que tienen mucha población rusa. En esos términos está planteada la amenaza más importante que genera tensión mundial por estas horas.
- ¿Cuáles son las medidas que sí podrían llegar a tener éxito en caso que se quisiera detener esta expansión territorial?
Creo que medidas geopolíticas podrían dolerle mucho, como por ejemplo que Turquía, como miembro de la OTAN, le cierre el paso del Bósforo o de los Dardanelos a los barcos rusos que vengan del Mar Negro, o el paso con el Mar de Mármara. Si uno de estos dos estrechos son clausurados para los barcos rusos, no podrán llegar del Mar Negro al Mar Mediterráneo y queda muy lejos de los puertos del sur de Europa y del norte de África, incluso de su estratégica base en la costa siria del Mediterráneo. Este cerco geopolítico sí sería una medida dura que se podría aplicar, y además tendría relación directa con la anexión de Crimea. La cuestión es si se animarán las potencias de Occidente, o si la OTAN dará un paso de esa magnitud, o si logrará que Turquía, que es la dueña de los Dardanelos y del Bósforo sea la que tome esa medida. Allí sí el pico de tensión se elevaría a los de fines de la década del '30 del siglo pasado en el centro de Europa.
Hay una creciente ola de la ultraderecha y de antisemitismo en esta crisis ucraniana y las ciudades que pueden ser anexadas a Rusia…
Yo creo que el problema del crecimiento de la ultraderecha y la xenofobia en Europa es independiente a la cuestión rusa-ucraniana. En todo caso, en Ucrania se ve una de las cosas comunes que suceden en Europa que es la crisis económica catastrófica en el cual se hacen fuertes los partidos ultraderechistas, ultranacionalistas con una muy fuerte xenofobia. En Europa el crecimiento de la ultraderecha como el Frente Nacional (Francia) antes conducido por Jean-Marie Le Pen y hoy por su hija, Marine Le Pen, o lo que fue en su momento en Austria un partido neonazi que llegó a ser parte de un gobierno austríaco de coalición, o en Bélgica, Grecia, Hungra, también. Todas esas expresiones extremistas tienen que ver con la crisis económica y la desorientación, la incertidumbre que va avanzando sobre la población europea de su nivel de vida de acá a unos años, que siente que lo está perdiendo velozmente
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