Las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes parecen algo surrealistas en un Medio Oriente en llamas.
Mientras que ambas partes parecen encontrar coincidencias en las grandes diferencias y se registran aparentes lentos avances en las negociaciones, encubriendo el tema a la prensa para no aguar los logros,el clima territorial parece bastante enrarecido.
Hace meses fue el asesinato de dos soldados israelíes, luego el ataque a una niña de 9 años, el extraño asesinato de un ex coronel de la reserva, apedreamientos a vehículos de israelíes en los alrededores de Jerusalem, incidentes con militares en Jenin y por parte del Hamas Islamico el retorno a los intentos de infiltración a través de túneles para secuestrar soldados o generar atentados, disparos de morteros y uso de un avión no tripulado derribado por Israel.
En especial estos intentos provenientes de Gaza son movilizados por el Hamas y la Jihad Islámica y potenciados por la difusión desmedida del canal árabe Al Jazira.
Tres son los factores que impulsarían a los palestinos a una tercera intifada ( la primera fue de 1987 a 1988 y la segunda empezó a fines del 2.000 y se diluyó en el 2004).
El primer motivo sería la competencia entre la Autoridad Nacional Palestina y el Hamas por obtener legitimidad en la calle palestina. Cuanto más se vislumbran avances en negociaciones más se irritan los extremistas ( y también los moderados palestinos que quieren más y más y más) intentando generar contrareacciones israelíes. Así, en forma paradójica, al igual que en Oslo en 1993, todos los intentos de marchar por la senda de la paz vienen acompañados de aumentos de la violencia antiisraelí. Ni siquiera la liberación escandalosa de terroristas palestinos con las manos manchadas de sangre por parte de Israel, atemperó las provocaciones palestinas. De hecho, pareciera que Israel es el único país del que todo el mundo espera que libere terroristas con total naturalidad. Ni EE.UU., Francia, Gran Bretaña u otros países democráticos han liberado asesinos a cambio de promesas.
El Hamas en Gaza parece encontrarse hoy en un callejón sin salida. Ha perdido el apoyo de Egipto que bloquea los túneles de contrabando perdiendo el Hamas casi u$s 230 millones en armas y otros productos. Esto también sería un aliciente para provocar disturbios antiisraelíes como excusa de sus propios fracasos.
El otro factor que impulsaría a una Intifada es la situación general de la Primavera Arabe, en especial Siria. Un país así, quebrado en una guerra civil le demostraría a los extremistas islámicos y palestinos los potenciales medios y logros de una guerra constante y fatigosa contra un regimen, que en el caso de Siria, utilizó armas químicas en la represión popular.
La intromisión de grupos jihadistas provenientes de todo el mundo, en especial de Siria, mostrarían el caracter pan-islámico del conflicto. Hay muchos que ven en estas acciones algo a imitar pero orientado hacia Israel y no solo para poner fin a las conquistas de Israel de 1967 sino al estado judío nacido en 1948.
La situación en el desierto del Sinaí, donde el ejército egipcio se apunta victorias y derrotas frente a Al Qaeda y extremistas palestinos, también puso presión sobre los palestinos que hablan del " genocidio masivo cometido por los egipcios ". El hecho que Israel apoye al actual regimen egipcio en su lucha contra los terroristas palestinos aumenta la fogosidad de las protestas contra Israel siendo asi utilizadas de acicate.
El tercer factor, muy asociado al segundo, es la ola de violencia terrorista de corte islamista que se ve en diversos lugares del mundo y no solo en el caldeado Medio Oriente. La presencia de Al Qaeda en Somalía y Kenia, los secesionistas islámicos en Nigeria, Niger, Malí; los atentados reiterados en Irak y Pakistán; el fracaso de Obama en sacar del poder a Assad en Siria; la fragmentación de Libia, el avance ruso en Medio Oriente ( los rusos asesinaron desde 1993 a miles de musulmanes chechenos; todo esto influye en aumentar la desestabilización sobre Israel, país que justamente aparece estabilizado y en crecimiento constante irritando así a los detractores. Justamente el caracter democratico e igualitario de Israel molesta a los extremistas palestinos que intentan sublevar a los árabes israelíes.
Entre marzo y abril, cuando el plazo de nueve meses establecido para las conversaciones esté por finalizar, queremos estar listos para todo”, señaló un importante funcionario del ejército de Israel que afirmó, sin embargo, que “no identifica ningún impulso real de los palestinos”.
En la actualidad, el ejército israelí tiene menos de 20 escuadrones de seguridad en Cisjordania, aunque ese número podría aumentar en caso de un posible incremento de la violencia palestina.
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