Frases “desafortunadas”, cartas que buscan “aliados” en vez de buscar justicia, propaganda exclusivamente política para buscar “rédito” con el sufrimiento de otros. La política de nuestro país cada vez supera más esa fina línea que se llama antisemitismo.
Por Luciano Stilman, especial para C omunidades Medio Oriente, el judaísmo y la Shoá cada vez parecen ser temas más frecuentes en la Argentina, y especialmente en la política, pero no para poder comprender lo que sucede, recordar el Holocausto para poder enseñarlo, sino todo lo contrario: cada vez hay más “voceros” de un régimen teocrático que llama a la destrucción de Israel y que amenaza (sin hacerlo públicamente) con la bomba nuclear; se utilizan términos del más bajo grado del antisemitismo como “judíos-argentinos”; y se rememora el nombre de Adolf Hitler, uno de los mayores responsables de la muerte de 6.000.000 de judíos durante la Segunda Guerra Los últimos hechos llaman la atención, y a pesar de las repercusiones mediáticas, parece que no hay un mea culpa, sino al revés, impunemente se habla y se ataca.
Durante su eufórica defensa del “memorándum de entendimiento” entre Argentina e Irán por la causa AMIA (que todavía sigue impune) en febrero de este año, el presidente del bloque oficialista en la Cámara de Senadores, Miguel Ángel Pichetto, no tuvo ningún problema en marcar dos clases de ciudadanos: los “argentinos” y los “judíos-argentinos”. Esto, sin lugar a dudas no es la única expresión que se escucha desde el oficialismo, ya que Luis D’Elia, quien
continúa hoy en día en el escenario de actos oficiales, y del Frente para la Victoria (como en las últimas elecciones legislativas) es un ferviente vocero y defensor del régimen de Irán, un negador de los crímenes contra los judíos, ataca constantemente al “sionismo” y tilda a Israel como un “estado terrorista”.
Tras el fuerte comunicado de la DAIA, que expresó que las declaraciones de Pichetto tienden "a propagar una visión que divide a los argentinos en distintas categorías, afirmando que los judíos nacidos en la Argentina, no serían suficientemente argentinos", el legislador pidió disculpas a través de una carta al titular de la entidad política de la comunidad judía: "Cometí un error, en virtud del calor del debate. Es mi deseo pedir disculpas a usted, y
por su intermedio a toda la colectividad judía, por esta desafortunada frase".
Pero en el oficialismo no es el único lugar donde han aparecido acercamientos hacia Irán y “frases desafortunadas” para con la comunidad judía de nuestro país. El senador nacional Fernando “Pino” Solanas, quien fue electo nuevamente en las últimas elecciones legislativas, tiene varios antecedentes “amistosos” con Irán.
Durante el debate pre electoral, Daniel Filmus (quien votó a favor del memorándum con Irán) sacó una carta que en 2007 “Pino” Solanas junto a Luis D’Elía, Hebe de Bonafini, y Nora de Cortiñas, entre otros, le escribieron al entonces presidente del régimen iraní, Mahmoud Ahmadinejad, en el cual dicen: “Como ciudadanos argentinos, rechazamos enfáticamente el dictamen judicial que insiste en involucrar a la República Islámica de Irán en el atentado a la mutual judía AMIA, ocurrido en Bs. As.Rechazamos en términos absolutos el intento de avasallar nuestra soberanía por parte del belicista presidente norteamericano George Bush y de Israel, que han contamina la investigación judicial en nuestro país… Por eso no podemos callar ante las masacres cometidas por las fuerzas de ocupaciones contra los pueblos afgano, iraquí, libanés y palestino, que ven avasallados todos sus derechos. EE.UU. e Israel están moralmente inhabilitados para liberar cualquier lucha contra el terrorismo”.
Tras la aparición pública de este escrito, la DAIA salió a pedirle explicaciones, y Solanas en vez de rectificarse se hundió más en su postura: “Somos profundamente solidarios con las víctimas, familiares y amigos de la AMIA y nos indigna la manipulación de esta tragedia con fines políticos, mientras se ejerce una complicidad de hecho con los asesinos locales, al
negar sistemáticamente la posibilidad de realizar una investigación seria y profunda sobre el atentado más grande de la historia de nuestro país". ¿No será suficientemente seria la investigación del Fiscal Alberto Nisman? ¿No serán suficientemente contundentes las pruebas presentadas en el último dictamen?
Pero como si la recriminación de la DAIA no fuera suficiente, el barrio de Once amaneció pocos días antes de las elecciones con carteles que mostraban la carta y remarcaban la frase “PINO = IRÁN”. Cabe destacar que uno de los afiches no tenía ninguna agrupación que se hiciera cargo de la frase, mientras que otro que expresaba “SI VOTAS A PINO VOTAS POR IRÁN”, estaba firmado por una agrupación desconocida denominada “Juventud Judaica Argentina”.
Además de las críticas de la comunidad,¿ la política se habrá metido nuevamente con el tema únicamente con fines eleccionarios?
La última gota que rebalso el vaso fueron las declaraciones de Jaime Durán Barba, publicista, consultor de imagen y asesor político ecuatoriano, quien no tuvo mejor idea que hablar de Hitler, Stalin y Hugo Chávez.
En una entrevista a la Revista Noticias el publicista habló de los líderes: "Hay un retroceso en unos pocos países que pretenden tener dioses, y la cosa sale bastante ridícula. Por ejemplo, Chávez", explicó al hacer referencia al ex presidente venezolano, pero eso no fue todo: "¡Hitler era un tipo espectacular! ¡Era muy importante en el mundo!", dijo diferenciándolo del venezolano. Reconoció que Hitler "tuvo un enorme nivel de aprobación y no significa que fue
un gran gobierno".De Joseph Stalin resaltó: "Tenía una popularidad brutal, Stalin. Es mentira que era un dictador rodeado, mentira total. Era totalmente popular. A Stalin lo adoraban".
Era un tipo muy fino. ¿Tú sabes que la primera dedicación de Stalin era la poesía? En su biblioteca, la mayor parte de los libros son poesía. Y él escribía poesía, era un tipo de una finura impresionante. Y muy popular".
Rápidamente las críticas llovieron (y llueven sobre él): INADI lo citó por sus declaraciones, fiscal federal Guillermo Marijuán lo denunció por apología del delito al advertir que "en modo alguno" se puede "calificar al asesino mayor de la historia como alguien espectacular", mientras que sus más cercanos también lo “retaron”: el Jefe de Gobierno Porteño, Mauricio Macri, sacó un comunicado en el cual tilda de “inaceptable” la calificación de “espectacular” para un genocida como Hitler, mientras que el rabino Sergio Bergman, diputado electo por el PRO, aseguró que "con Mauricio creemos que fue un error, una equivocación que tiene que ser reparada por parte de quien la dijo". Todas declaraciones muy laxas.
No podemos dejar de recordar a la senadora Beatriz Rojkes de Alperovich comparando a la Alemania nazi con quienes se oponían a la unión civil para personas del mismo sexo; o el ex fiscal en el juicio contra las juntas militares de la última dictadura Julio Strassera, quien en el marco de una “cacerolazo” disparó: "Así empezó Alemania en el 33: nombrando jueces
amigos"; o el presidente del banco Ciudad, Federico Sturzenegger, quien comparó a la agrupación política “La Campora” con las juventudes hitlerianas: "Yo hice una declaración muy fuerte que hace referencia puntual a un hecho histórico que puede gustar o no: que ese régimen usó a las juventudes para el control de precios, eso es real… Son políticas que han usado regímenes totalitarios, tengámoslo presente".
Pichetto y Durán Barba pidieron perdón. “Pino” intentó evitar la polémica (de cara al acto eleccionario). Sin embargo, parece que el antisemitismo sigue latente en nuestra sociedad, cada vez más influenciada por “personajes” que apoyan regímenes que censuran cualquier tipo de libertad, que llaman a aniquilar a otra cultura y que piden a viva voz la destrucción de otro estado. Ya pasó Pichetto del Frente para la Victoria, “Pino” Solanas de UNEN, y Durán
Barba, ligado al PRO. ¿Habrá que esperar mucho para saber quién es el próximo?
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