No ha habido casi ningún acontecimiento relevante del siglo pasado que la periodista Ruth Gruber no haya cubierto.
Discursos de Hitler, los juicios de Nurenberg, encuentros con Ben Gurión, Trumann y Roosvelt son solo algunos de los hechos y personas que conoció. Hace dos meses cumplió 102 años pero quien los tiene en cuenta.
La casa de Ruth Gruber es en si un museo. Las paredes llenas de libros de dificil consecución, escritos, notas, documentos y todo de la primera mitad del siglo XX.
Gruber terminó su doctorado ya a los 20 años y fue columnista de los más importantes medios de comunicación de EE.UU. Estuvo presente en Alemania en 1931 cuando Hitler daba uno de sus primeros masivos discursos. Cubrió los Juicios de Nuremberg en 1946 y la llegada del famoso barco Exodo a Israel en 1947 y conoció personalmente a Ben Gurión y a los presidentes americanos Franklyn Roosvelt y Harry Truman.Ella vive en Nueva York en un piso 18 que da al Central Park . Su enfermedad de Parkinson ya casi no le permite escribir pero tiene una gran lucidez.
Ruth Gruber nació en Brooklyn. " Era un barrio completamente judío ",cuenta. " Yo de hecho pensaba de chica que todo el mundo era judío. no exagero. El carnicero, el panadero, el lechero. La primera vez que vi un no judío fue en la escuela primaria. La mayoría de los maestros eran judíos irlandeses. Las irlandesas eran monjas o maestras ".
De muy joven decidió que quería investigar todo lugar posible en el mundo. " Me sentía cerrada y casi asfixiada en Brooklyn. Quería conocer el mundo y lo que contiene. Por esos tiempos, Manhatan parecía muy lejana. Todo lo que sabía es que allí habría grandes negocios y almacenes ".
Ella comenzó a estudiar alemán. Se enamoró de esa lengua y de esa cultura. " Pedí una beca para estudiar en Alemania porque amaba a la música de Bethoveen y la literatura alemana. Cuando recibí la confirmación le dije a mi familia que viajaría a Alemania. Estaban aterrorizados. Yo quería estudiar pero también saber quien era ese pequeño hombre que estaba cerca de llegar al poder ".
Ese hombre era Adolph Hitler y en principio no le causó miedo a Gruber. " No tenía miedo. Yo era judía pero tenía pasaporte americano y ningún alemán osaría hacerme algo. Le dije a la familia que me hospedaba que yo quería ir a escuchar uno de esos discursos públicos.
Ellos me advirtieron los riesgos pero me sentía obligada a sentir la fuerza y la violencia de ese discurso. Así fue como me encontré entre la multitud, entre el público que lo escuchaba y lo aplaudía a rabiar. Era terrible. No dejaba de predicar que hay que eliminar a EE.UU. y a los judíos que dominan ese país. Yo estaba muy cerca del lugar desde el que hablaba y nunca olvidaré su voz. No venía de su garganta sino de lo profundo desu estomago. Mi corazón latía con fuerza. Yo estaba rodeada de nazis; de nazis con cruces eszvásticas. Era algo loco. "
Ella era feminista en un mundo que no conocía el feminismo. Luego que en una nota cubrió lo que pasaba en una base rusa en el Polo Norte, se transformó en corresponsal del Herald Tribune. " Hay que recordar que por entonces EE.UU. era un país muy distinto al actual. Estaban llenos de rencor hacia las mujeres y odio a los judíos. Cuando uno analiza en profundidad lo que pasó en la Shoa se da cuenta que EE.UU. no hizo lo suficiente para salvar judíos. Había gente en el Departamento de Estado llenos de antisemitismo y se negaban a cualquier plan de salvación de refugiados judíos. Tampoco los medios de comunicación informaban bien lo que pasaba con los judíos en Europa. Muchos periodistas tenían miedo de aparecer y ser considerados como demasiados " pro-judíos".
En 1944, con una Europa ensangrentada, Gruber llegó a Europa para recibir a los primeros 1.000 refugiados judíos que EE.UU. decidió recibir. Sus padres se negaban a que viaje. Ellos temían por su vida. Ella esperó a los sobrevivientes en Napolés y se asombró de lo que veían sus ojos. " Era desgarrador. Personas que no podían entender lo que les había pasado; personas de todas las generaciones y que representaban las formas de vida de los judíos europeos. " Ellos no querían hablar conmigo. Me decían que era muy joven, que no los entendería. Yo les decía que no se preocuparan, que el mundo debía saber por lo que pasaron. Aún no sabía cuantos judíos habían muerto pero creía que eran muchos más de lo que el mundo pensaba ".
Como redactora del New York Post, acompañó durante largos meses a la delegación angloamericana que en 1946 viajó a Europa e Israel para ver la situación de los refugiados judíos. " Yo quería que haya paz entre judíos y palestinos. Quería convencer a los miembros de la delegación que había que resolver el tema de los refugiados. Ellos se convencieron ".
Ud., como periodista judía, ¿ podía ser objetiva ?
No creo en lago llamado objetividad. Todos somos víctimas de la vida y actuamos en concordancia..
A una persona ella recuerda más que otros : David Ben Gurión. " Sin duda fue uno de los líderes más movilizadores del nuevo siglo. Casi todos sus sueños se concretaron. Visite campamentos de refugiados judíos en Israel. Eran campamentos terribles. Yo no creía que los judíos debieran seguir viviendo en campamentos y mucho menos en los erigidos por sus hermanos. Me dije que tenía que hablar del tema con Ben Gurión. Estuve frente a él y le dije que su gente seguía reteniendo judíos en campos de Israel. El me dijo, " ¿ cuál es el problema ? ". Yo le dije:
"Los judíos no podemos tener estos campamentos. Son terribles ". El averiguó sobre el tema y llegó a la conclusión que había que modificar el trato que se daba a los refugiados.
Gruber esperó en el muelle la llegada del histórico Exodo. En el Herald Tribune escribió : " El barco parecía una desvancijada caja de fósforos. Allí se desarrollaría una desigual batalla contra los británicos. Los 4500 judíos que están en el barco no perdieron su esperanza.
Los británicos quisieron deportar a los refugiados a Francia pero luego de semanas de viaje se negaron a bajar. No querían otro lugar que no fuera Israel ".
"Hubo grandes discusiones en el parlamento británico sobre el caso del Exodo. Yo estaba allí y pude fotografiar a judíos que levantaban una bandera británica que estaba dibujada con una cruz eszvastica gigantesca.".Esa imagen se transformó en uno de los símbolos de esa época y ganó la tapa de decenas de grandes periódicos del mundo y para la revista Life fue la foto del año.
" Mi editor en Herald Tribune me dijo que nunca lloró tanto al ver una foto. El me pidió que pase la foto a distintas agencias ya que la foto no me pertenecía ni a mi ni a él. El me dijo : esta foto es del mundo ".
Gruber lee todos los días el New York Times, responde e-mails y continua escribiendo. Ya escribió 18 libros y filmó una película.
¿ Cómo es el periodismo hoy ?
El periodismo de mi época era más cuidadoso. Doy un ejemplo. Todos sabíamos que el presidente Roosvelt no podría mover sus piernas pero no escribimos ni una palabra sobre esto. Hoy en día se escribe sobre lo escandaloso y eso va en tapa.
¿ Cómo se siente tener 102 años ?
No es muy diferente a tener 98 o 99
¿Qué quisiera de regalo para su próximo cumpleaños ?
La paz mundial
¿ Habrá paz ?
Ben Gurión me prometió que si. Cerca del final de su vida el vivió en una modesta vivienda en Tel- Aviv. Estaba rodeado de soldados pero no había ninguna mujer. El estaba acostado en una estrecha cama. Me dio un reportaje. Le pregunté si pensaba que alguna vez habría paz entre árabes e israelíes.
-Si, me dijo
- ¿ Y de dónde vendrá ?
- De Egipto
-¿ De Egipto ? ¿ cómo puede ser ?. De allí nos envian terroristas.
El me dijo : - " Ud. ya verá lo que sucederá. Nosotros podemos hacer tanto por ellos; nosotros podemos cuidar su paludismo; nuestros médicos pueden salvar a sus hijos ".
Le pregunté cuando esto sucedería.
-" No en mi época; quizas si en la suya o quizas en la de sus hijos o nietos.
La paz comenzó con Egipto. Solo queda que se expanda.
¿ Obama es un buen presidente ?
Si. Siempre se puede hacer más. Yo lo voté pese a que amo a Hillary Clinton. Ella me escribió una carta por mi cumpleaños.
Obama intenta hacer la paz. Es una época dificil. Lástima que David Ben Gurión ya no este por aquí .
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