La breve guerra que en noviembre pasado Israel libró contra el Hamas, luego de las agresiones misilísticas islamistas que tuvo que soportar, no es más que otro capítulo en el choque de culturas entre las democracias occidentales y el terror islamista. Los recientes disparos de misiles del Hamas nuevamente contra el sur israelí, en mucha menor escala, no es más que la ratificación de la existencia de un problema no resuelto.
La guerra echa luz sobre Israel como una posición estratégica, de seguridad y tecnológica de EE.UU. en un sector crítico para los americanos en materia de seguridad y economía. El rol de Israel como productor de elementos de alta tecnología en una amplia gama es vital para los intereses de EE.UU. en especial cuando en la región este país enfrenta una disputa estratégica con Irán.
Israel es vista por el Hamas, OLP ( discurso de Abu Mazen en la ONU ) y la mayoría de los países islámicos y árabes como un pequeño Satán por sus valores y fidelidad a un Satán mayor, los EE.UU.
Israel tiene un enfrentamiento raigal con el Hamas y otros factores del mundo árabe que se nutren de conceptos anacrónicos y fanáticos elaborados en el siglo VII con la aparición del Islam.
Lo que hoy uno puede ver es que la calle árabe en Gaza, Ramallah y otros lugares del Medio Oriente se vuelve más islámica y menos democratica al revés de lo que insinuó la Primavera Arabe.
Las sociedades islámicas en Medio Oriente adoptan las visiones de la Jihad Global. Cada vez se extiende más la pena de muerte a los apostatas, asesinatos de mujeres por " honor " familiar, infibulación ( circuncisión femenina ), casamientos forzados de niños con adultos. Son solo ejemplo de una larga lista.
A diferencia de las democracias occidentales que con todas sus fallan defienden la vida, en estas concepciones extremistas la muerte y el martirio son vistos como un acto elogioso. En contraposición a Occidente, el Hamas, la Jihad y el Hizbollah santifican la educación para el martirio y el odio al otro y la humillación del hereje judío,cristiano o ateo.
En oposición al principio de coexistencia en paz, el islam radicalizado busca quebrar la convivencia e imponer el rigor en las sociedades islámicas. Por ello es que muchos regímenes árabes y musulmanes ( Sudán, Irán, Afghanistan, Gaza, Hizbollah, Somalía y otros ) ven en la libertad en general, la libertad de cultos y de expresión como una amenaza letal al sistema.
En los últimos 1.400 años, aún con la Primavera Arabe, no ha surgido ninguna democracia islámica neta en Medio Oriente a excepción de Turquía.
En oposición a lo que percibe el mundo libre, el Hamas es un violador secuencial de acuerdos y basa su conducta en luchas interárabes del siglo VII. Ellos se basan en los famosos acuerdos de Jodebayah, hecho por Mahoma en el año 628, que vio en todo acuerdo un instrumento temporal para arribar luego al triunfo final ignorando la coexistencia pacífica. Esta idea ha tomado fuerza con los últimos sucesos del Medio Oriente : las treguas temporales no valen el papel en que estan firmadas..
Israel, la única democracia plena de la región y aliado de EE.UU. ha tenido que enfrentarse a una Jihad intolerante y demencial.
Israel hace frente al desafío del terrorismo palestino, del Hizbollah y Al Qaeda que son modelos referenciales para grupos que actuan en otros lugares.
La fortaleza israelí en la caldeada región mesooriental aporta a la estabilidad de regímenes árabes pro-occidentales. Por ejemplo el triunfo israelí sobre el Hamas robustece al rey de Jordania frente al avance de la Hermandad Musulmana que ideológicamente es la base del Hamas.
Una Israel fuerte en Medio Oriente es un brazo estratégico de un EE.UU. en retirada de la región, en especial en esta época de crisis económica de EE.UU. y de su vacilante liderazgo.
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