Nuevamente Israel ha sido llevado a un extremo difícil. Otra vez, para ser mas claros, los habitantes de este país nos vimos obligados en noviembre pasado a vivir bajo fuego terrorista. No se trata de pensar en el peligro de exterminio o desaparición física de nuestro pequeño país; pero sí, de la autodefensa legítima y fundamental de la vida de cada uno de los que habitamos Israel y me refiero a los casi ocho millones de personas –judios, no judíos, árabes musulmanes y católicos- que compartimos el mismo suelo y que somos representados –en todos los casos- en el Parlamento Israelí- por compatriotas de distintas ideologías que deben responder a nuestra integridad física. Seguimos dia a dia amenazados por todos nuestros vecinos sin que al mundo le importe en lo más mínimo nuestro sufrimiento diario.
A los líderes mundiales les resulta muy fácil pedirle a los dirigentes de Israel “moderación en la respuesta”, lo que significa hipócritamente que saben a ciencia cierta que solo estamos defendiéndonos de una agresión constante; en este caso de Hamás desde la Franja de Gaza, sin mencionar los cohetes caidos en estas últimas semanas desde Siria y desde el Líbano por Hizbola. El enemigo no es común ni normal. A pesar de los títulos confusos de los diarios o de los informativos capsiosos de todo el mundo relativizando la situación y destacando solamente la reacción israelí. Quien puede disimular que han caído nada menos que 7.000 cohetes en los últimos siete años y mas de 800 durante el transcurso de éste año?
¿Cómo pueden invertirse las imágenes o las informaciones cuando todo el sur de Israel lleva una vida anormal teniendo sus ciudadanos diariamente que correr a los refugios o tirarse en plena calle al suelo para rogar a D’s que ese disparo anónimo no destroce su cuerpo o el de sus seres queridos?.
¿Qué clase de combatientes son esos guerrilleros que reciben miles de millones de dólares de Instituciones y países del mundo para aliviar a su población y que es usurpado por un grupo de dirigentes que viven como jerarcas y que en vez de darles de comer, destinan todo sobrante a la compra de armamentos y a sus bolsillos, mientras sus gentes cada vez se empobrecen mas ?. Donde están los supuestos ideales, cuando sus escondites, los silos de los armamentos y las bases desde donde disparan están dentro de los edificios donde viven familias enteras que son expuestas abiertamente al fuego enemigo?
¿Cómo es posible que los poderes políticos del mundo consideren como representante políticos de la Franja de Gaza a hombres que son doblemente asesinos, porque no solo desean el exterminio de sus vecinos, sino que además usan como escudo a los niños y como soldados a jóvenes que no tienen ninguna posibilidad de futuro?.
Hasta cuando y que debemos esperar. Para nuestro asombro cayeron misiles cerca de Tel Aviv y de nuestra eterna capital Jerusalen. ¿Qué más debemos esperar ?. El tiempo de las palabras se ha acabado. Los gobernantes de Hamás no representan al pueblo palestino ni permiten su reunificación política y social. Son delincuentes como las FARC en Colombia o ETA en España, son tiranos como todos los gobernantes árabes recientemente derrocados y son asesinos como Bachar Al Assad en Siria.
La vida y la muerte tiene el mismo valor y sus métodos de terror son los de tirar cohetes para matar ciudadanos de a pie, niños en los colectivos y ser generadores de caos y muertes masivas en cafes y pizzerías en horas de mucha concurrencia. Igual que en los atentados de las torres gemelas de Nueva York, del subte de Londres o de los trenes de Madrid, para solo mencionar a algunos miles de muertes nada mas.
Llego el momento del punto final. Basta ya de de operaciones quirúrgicas y de bombardeos selectivos, basta de inutilizar túneles o de desmantelar lugares de entrenamiento. Queremos terminar con el terror y vivir en paz. Queremos dejar de correr y de atormentarnos dia a dia; de leer estadísticas de atentados y suspensiones de clases escolares; de cierre de Universidades y actividades laborales por el peligro de misiles enemigos.
Cuando las palabras ya no bastan, todos sabemos lo que se debe hacer. Los israelíes y el pueblo judío todo, están como siempre unidos y preparados, no esperamos ni ayuda extranjera ni apoyo moral de los cobardes. La fuerza; nuestra fuerza, radica en nosotros mismos y nuevamente tenemos que demostrarle al mundo que el Estado de Israel es no solo indestructible, sino que no está dispuesto ni a ser atacado por nada ni por nadie.
Que Hamás lo sepa y que Irán vaya tomando nota. Quien atente contra Israel o el pueblo judío deberá pagar las consecuencias.
José Caro
Raanana, Israel.
|
|
|
|
|
|
|
|
