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Periódico Judío Independiente
La dictadura de Assad no deja de masacrar a su pueblo
La guerra civil siria y sus implicancias ( primera parte)

Por Alejandro Wenger, especial para Comunidades
El régimen del presidente Bashar el Assad está atravesando la crisis más grave desde su establecimiento, por parte de su padre Hafez en 1970, y a la que posiblemente no sobreviva. El movimiento sedicioso, que pasó de la protesta popular a comienzos del año pasado, a la insurrección armada en los últimos meses, adquirió una dinámica incontrolable, llevando a gran cantidad de efectivos militares a desertar y pasarse a las filas rebeldes, hecho que fue acompañado por funcionarios civiles de diverso rango, asesores y ministros. Ya no puede hablarse de una simple rebelión, sino de una guerra civil, desde el momento en que el régimen parece firmemente decidido a luchar para mantenerse en el poder.
Analizado en perspectiva, el estallido es un reflejo de la dura lucha por la hegemonía en el mundo islámico, entre los chiítas, de raigambre persa, y los sunnitas, de raíz árabe. El campo de batalla abarca el Golfo Pérsico, la Península Arábiga, y ahora también Siria.

El origen

Bashar el Assad pertenece a la secta alawita. Los alawitas son un desprendimiento del chiísmo, difiriendo de éste en que no siguen rígidamente la Sharia ( ley islámica), y que son de origen árabe, y no persa. No son más del 15% de la población siria, pero controlan a las fueras armadas, la policía secreta y la burocracia estatal. Dado que el régimen sirio es una dictadura semicomunista, este hecho le ha permitido mantenerse en el poder en un país de abrumadora mayoría sunnita.
Ni bien comenzó el alzamiento, Assad recibió el apoyo incondicional y decidido de Irán, Hezbollah, Rusia y China, aunque por diferentes motivos. Para Irán, la caída de Assad significaría una intolerable pérdida de influencia regional; para Hezbollah, Siria es la principal línea de suministros bélicos que le llegan para enfrentar Israel. Rusia quiere conservar las últimas bases navales que le quedan en el Mediterráneo, tras la caída de su aliado Khaddafy, en tanto que los chinos quieren poner un pie en la zona.
La oposición a Assad es una variopinta fauna política, étnica y religiosa. Por un lado, los extremistas sunnistas oscilan sus preferencias entre la Hermandad Musulmana y Al Qaeda. De hecho, se cree que el atentado que se cobró la vida de los principales jefes militares sirios que conducían la campaña contra los rebeldes , fue perpetrado por la organización de Bin Laden. Los servicios de inteligencia sauditas y kataríes –que operan activamente en territorio sirio- compiten con ellos para ganar los favores de estos combatientes sunnitas. Existe también un grupo pro-occidental, que cuenta con el apoyo activo de los EE.UU. y la NATO, destacándose la presencia, de comandos británicos que vienen realizando misiones de reconocimiento encubiertas desde hace meses. Sin embargo, tienen pocas chances de imponerse.
En el norte, una creciente milicia kurda se ha establecido en los límites con Turquía y luchan para subvertir a la minoría kurda residente en el sur de dicho país y crear, junto con la también minoría kurdo-iraquí, un estado kurdo independiente que tome parte de Siria, parte de Irak y parte de Turquía. La falta de presencia del estado y de las fuerzas de seguridad en dichas regiones ha permitido allí el resurgimiento de la milicia kurda, cuya idea final es crear un estado kurdo independiente. De movilizar a todos sus potenciales efectivos, la milicia kurda sobrepasaría los 200. 000 hombres.
El gobierno turco se debate entre la intervención directa o encubierta. Por ahora, ha optado por armar a dos clanes guerrilleros de etnia turcomana que viven en el norte y centro de Siria: la Brigada “Mehmet el Conquistador” y la “Brigada Sultán Abdulhamid”, pero la invasión turca en apoyo a los rebeldes –ya sea en forma directa, o bajo pretexto de crear un “corredor de seguridad” para llevar ayuda humanitaria a las devastadas ciudades sirias- está lejos de descartarse, y se cree que al menos en una oportunidad el presidente norteamericano logró frenar a los turcos a último momento. Para Ankara, la cuestión no es tanto terminar con el régimen de Assad, sino impedir que Siria se convierta en un estado fallido que permita el surgimiento de alguna clase de entidad nacional kurda.


¿Guerra química?

Hacia fines de julio, los rebeldes sirios –o, al menos, un grupo de ellos- recibieron misiles antiaéreos de manos de los turcos. Se trata de un arma pequeña, que puede dispararse desde el hombro de un soldado mediante una especie de bazooka. Si bien la cantidad suministrada es pequeña –y su efectividad pobre, al menos por ahora- los sirios consideran que su sola presencia desequilibra la guerra en favor de los rebeldes. De ser así, existiría un grave peligro que el régimen sirio recurra a su importante arsenal de armas químicas para diezmar a los insurgentes y restablecer así el equilibrio perdido.
Esta hipótesis, por más que parezca exagerada, fue lo bastante sólida como para que la secretaria de estado norteamericana ,Hilary Clinton, lanzara una ominosa advertencia en dicho sentido el día domingo 12-8, mientras el mundo contemplaba maravillado el cierre de los Juegos Olímpicos de Londres. No fue lo único: equipos médicos militares franceses fueron despachados con urgencia a Jordania, con la misión de socorrer a las eventuales víctimas de una agresión química contra los campamentos rebeldes que existen a lo largo de la frontera sirio-jordana. La razón del envío a Jordania radica en el hecho de que las fuerzas militares de dicho país son las que están peor preparadas para enfrentar un ataque químico (Israel y Turquía contarían con medios y entrenamiento muy superiores). Semanas atrás se especulaba en ciertos círculos militares que Israel no tenía intención alguna de interferir en el conflicto interno sirio, a menos que exista riesgo de que todo o parte del arsenal químico sirio fuese a parar a Hezbollah, en cuyo caso existiría una ventana de apenas dos horas para destruir dicho armamento antes de que llegue al Líbano.


Número 529
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