El juez federal Daniel Rafecas habló con Comunidades acerca de la presentación de su libro “Historia de la Solución Final”, un material que busca analizar las causas que desembocaron en la consumación del crimen de genocidio más significativo de la historia moderna: la Shoá. Además, analizó el negacionismo, la importancia de la educación en la sociedad actual, el panorama mundial y su compromiso con la memoria.
- ¿Qué se puede encontrar uno en el libro?
El libro lo que intenta desentrañar son dos niveles de indagación: ¿Cómo pudo haber sido humanamente posible un lugar como Auschwitz Birkenau y cómo es que desde el punto de vista político, social, psicológico, cultural, material, es que se llegó a la implementación de la Shoá?. El término Solución Final indica que los nazis exploraron otras alternativas en los años previos al exterminio físico de millones de personas en cámaras de gas y hornos crematorios. El libro trata de mostrar las distintas alternativas y situaciones que fueron superando los nazis de un modo secuencial entre 1933 y 1943 respecto de la cuestión judía en Alemania y luego en Europa, hasta llegar al levantamiento de los seis campos de exterminio.
- ¿A qué conclusiones llegó?
Una de las ideas centrales es que a ese último terrible destino que tuvo todo este camino se llegó, no de un día para el otro ni a partir de la decisión de un puñado de dirigentes antisemitas, sino que fue un proceso muy largo de maduración, preparación e implementación, muy lento, complejo y sinuoso, condicionado especialmente por las alternativas de la Segunda Guerra Mundial, principalmente de la guerra con la URSS. También está claro que a lo largo de estos 10 años, y también de forma previa en la etapa del ascenso del nacionalsocialismo, hay un factor en común que está desde el principio hasta el final: el odio racial, el antisemitismo, la identificación del judío con ciertas prácticas, ideologías, con una cultura diferenciable de la aria, y básicamente la idea del judío como el chivo expiatorio de todos los males que aquejaban a Alemania.
- ¿Quiénes eran las piezas claves para que esto sucediera?
Hay un cuerpo de seguridad del estado que es el que en todo momento lidera y lleva adelante este proceso, genera y provoca las distintas etapas, siempre bajo la égida de Hitler, que son las SS de Heinrich Himmler y Reinhard Heydrich. Una de las conclusiones a la que arribo es que las SS son la espina dorsal del proceso que llevó a la destrucción de los judíos europeos, siempre estuvieron al frente de las iniciativas de la Solución Final, y es siguiendo sus pasos como uno puede acercarse a la comprensión de la lógica interna.
- Y con respecto a la propaganda nazi ¿cuánto influyó?
El segundo dirigente y cuerpo del estado que tuvo gravitación del futuro de los judíos europeos fue el Ministerio de Propaganda y su líder Joseph Goebbels. Él fue otro de los personajes clave, participó de todas las decisiones cruciales, y el papel cumplido por la propaganda antisemita y de odio de achacar con la idea de la identificación del judío como el enemigo interno que debe ser neutralizado y destruido al mismo nivel que el externo que estaba en el frente de batalla, fue sin dudas una cuestión fundamental. Si bien es cierto que contribuyo en fijar en la opinión pública y el pueblo el odio hacia los judíos, la propaganda de Goebbels sirvió en todos los agentes del estado para que decenas de miles de ellos, cuando llegó el momento de participar de la Solución Final, lo hagan sin interferencias, resistencias, adhiriéndose a esta iniciativa. Ese fue un papel clave de favorecer la justificación, racionalización, la legitimación del exterminio físico de los judíos europeos, de otro modo, la cúpula nazi tal vez se hubiera encontrado con mayores resistencias en el marco interno. Cuando llegó el momento, todo ese trabajo en radios, periódicos y cine durante 10 años, que machacaron incesantemente, rindió fruto para esa empresa totalmente impresentable, criminal, genocida.
- ¿Por qué se da hoy en día el negacionismo?
No tengo dudas que todo aquel que sostiene una postura negacionista del Holocausto es una persona que defiende el ideario nacionalsocialista. Negacionismo y nacionalsocialismo, para mi, es lo mismo. ¿Cuál es el problema de presentar esas ideas?. El enorme escollo es la Shoá, es un escollo moral y material absolutamente insalvable. ¿Cómo se hace para intentar sembrar la semilla del nacionalsocialismo hoy intentando explicar o justificar Auschwitz?. Es imposible, por eso si alguien quiere difundir el nacionalsocialismo no tiene otra alternativa que negar Auschwitz.
- ¿Cómo se toma hoy en día el Holocausto?
Veo un creciente interés especialmente en los círculos no comunitarios. En muchos lugares de Europa la Shoá está en el primer orden de consideración en revistas, diarios, películas, series, se trabaja y reflexiona mucho en todos los ámbitos de las ciencias sociales, políticas, en sociología, derecho. En Argentina también hay un creciente interés porque se están abriendo cátedras, cursos y carreras. A pesar que va pasando el tiempo, cada vez va concitando mayor interés y a esto se le suman las nuevas generaciones que tiene una mirada muy franca del fenómeno de la Shoá, se conmueven, se sensibilizan, indagan y quieren conocer.
- Viendo el panorama mundial hoy ,¿se puede repetir el Holocausto?
Hoy en día sabemos que lo que han hecho los nazis ha sido combinar una serie de elementos modernos: la fábrica, la cárcel, la burocracia estatal, los discursos racistas, los discursos imperialistas, y realizar una combinación perversa de la cual erigió la Solución Final. Esos elementos siguen estando disponibles y no podemos descartar en absoluto que otro grupo de dirigentes en algún lugar del planeta vuelva a combinarnos, incluyendo ahora los elementos de la energía atómica para realizar una nueva catástrofe desde el punto de vista de la paz mundial. Esa es una de las cuestiones que a nivel mundial promueven a interesarse y difundir el ideal de respeto universal por los derechos humanos y aprender de estas lecciones del pasado.
- ¿Cree que la educación es el primer paso para prevenir?
Estoy convencido que la principal herramienta para prevenir las manifestaciones de odio racial, antisemitismo, la tenemos en la educación en todos los niveles. Siempre tiene que haber contenidos relacionados con el genocidio nazi, lo que fue la Shoá, otros genocidios, el terrorismo de estado en la Argentina, estos tienen que ser contenidos obligatorios en todos los niveles, pero no es la única herramienta. Hay que trabajar masivamente con los medios de comunicación, formar a los periodistas porque hoy en día tienen un papel fundamental en la opinión pública y hay que trabajar fuertemente desde los ámbitos públicos y comunitarios. Hacer seminarios, llevar a los periodistas al Museo del Holocausto, entregarles material, que vayan a Yad Vashem. También tenemos herramientas como el sistema penal para los casos graves. Todas estas tienen que ser coordinadas como políticas de estados que permitan prevenir más que permitir.
- ¿Cómo se hace para evitar una tira como la de Gustavo Sala o que haya apoyo de dirigentes sociales como Luis D’Elia a Irán?
Si hubiera existido una muy fuerte tarea de enseñanza de lo que fue la Shoá y el nazismo nada de esto hubiera ocurrido. Esto marca los déficits culturales de décadas de autoritarismo, de suprimir de los contenidos educativos el tema de la Shoá. Cada uno de estos fenómenos tiene una característica distinta. El primer perjudicado de quien dice estas cosas es la persona que lo profiere, la regla en la Argentina es que eso genera una ola de repudio enorme que termina reforzando los valores democráticos.
- ¿Por qué no siendo parte de la comunidad judía se interesó e incursionó sobre la temática del Holocausto?
Yo soy penalista y profesor de derecho penal y desde ese lugar me fui interesando en las manifestaciones de violencia estatal y de terrorismo de estado. En ese contexto me atrajo particularmente el fenómeno de terrorismo de estado y del totalitarismo del nacionalsocialismo y su principal producto que fue la Shoá. Esa primera aproximación académica, en algún momento de ese camino, terminó atrapándome la dimensión humana, no pude marginar la dimensión humana trágica que tenía la Shoá, y también desde el lado de la vocación de justicia. Si hay un episodio decididamente injusto en la historia moderna del hombre es la Shoá, porque la condena del régimen nazi y sus aliados que le impuso al pueblo judío que fue la peor de las condenas, el asesinato de todos ellos desde el recién nacido hasta el más anciano y más allá de lo que piensen, sin excepción, y que fue a partir de cargos de los cuales era absolutamente inocente, entonces también hay un aspecto de tremenda injusticia que a mi me conmueve y me lleva a difundir los hechos, preservar la memoria, rescatar la memoria de los justos, de las víctimas, condenar los hechos, intentar que no se repitan.
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