Emilio Cárdenas, ex representante argentino en la ONU, analizó la presentación palestina ante el Consejo de Seguridad y explicó los diferentes escenarios que se pueden dar y los posibles desenlaces.
- ¿Cuál es su análisis luego de los discursos en la ONU?
El proceso que Mahmoud Abbas que había anunciado - ser reconocido formalmente como estado, cualquiera sea el camino,- está en marcha ; cumplió con su promesa. Tengo la sensación que ciertamente hay una oportunidad para la paz, para reiniciar el diálogo que ahora está interrumpido, pero esa oportunidad requiere de voluntad de ambas partes, y no veo francamente que en este momento Mahmoud Abbas le esté dando al diálogo la misma prioridad que le confiere Netanyahu, conciente de la gravedad de la situación.
- El Consejo de Seguridad ya empezó a tratar el pedido palestino, se conoce que los EE.UU. vetarían este pedido y otros miembros del Consejo se abstendrían. ¿qué puede llegar a suceder si los palestinos consiguen la mayoría y los norteamericanos vetan? .
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Yo creo que el movimiento palestino que pudo haberse iniciado solamente en la Asamblea General y terminar con el reconocimiento como estado observador, tiene como uno de sus objetivos centrales forzar el veto de los EE.UU., hacerle pagar el costo de ese veto, porque si eso ocurre al mundo árabe no va a caer bien y va a ser visto como una actitud que refuerza la visión de los árabes de la preferencia de los EE.UU. por Israel en el conflicto que afecta a Medio Oriente. De manera que Abbas, conciente que había costo para el veto norteamericano, igual lo forzó.
- ¿Y si la mayoría del Consejo de Seguridad no vota a favor de la iniciativa palestina?
Hasta ahora, se piensa que no están los 9 votos positivos, que habría solamente 8, y eso ayudaría a los Estados Unidos a disminuir el costo de su accionar y obliga a Palestina a bajar a la Asamblea General y en vez de reclamar la situación de Estado miembro, contentarse con la institucionalización de Estado observador de la misma manera que tiene el Vaticano en el organismo multilateral.
- ¿Cuáles son los pasos siguientes?
El Consejo de Seguridad tiene la opción de enviarlo al Comité del Consejo y Admisión de Miembros, si lo manda ahí, el proceso tal vez tome algunas semanas más. Los comités del Consejo de Seguridad funcionan en base al consenso, lo que según algunos supone el veto de todo el mundo, lo cual, a lo mejor, haría complicado que ese comité se expidiera. Si bien el Consejo tiene esa opción, en los últimos tiempos ese comité no ha participado en el proceso de aprobación de la candidatura de algún Estado miembro, por lo que sería casi inusual que lo enviaran al comité, pero sería perfectamente legal si lo hicieran, y esa alternativa tomaría su tiempo. Suponiendo que lo enviaran y se expide, en un par de semanas debería el Consejo votar si recomienda o no a la Asamblea General la admisión de Palestina como miembro 194 de la ONU, y ahí es donde pueden ocurrir todas las cosas, desde el veto hasta que no haya 9 votos.
- Tanto EE.UU. como el Cuarteto para Medio Oriente están haciendo todos los esfuerzos diplomáticos para volver a la mesa de negociaciones, el tema es , ¿quiénes se sientan a negociar?
El Cuarteto está poniendo muchísima presión para que el diálogo se reinicie, y serán ellos mismos quienes decidan quienes tienen que ser las partes en el diálogo. Lo que pasa es que del lado de Israel hay una institucionalización completa, normal, es una democracia que funciona perfectamente bien y el hombre que la representa es Netanyahu o quien él designe. Del lado de los palestinos hay dos dificultades: la primera es que Abbas tiene su mandato vencido en 2009, por lo cual alguno podría decir que está en una situación irregular; y segunda y más grave es preguntarse quién gobierna en Gaza, y la respuesta es que son los dirigentes de Hamas y no de Al Fatah y estos tienen una cercanía operativa muy grande con Irán y quizás por eso no están muy de acuerdo con el paso que acaba de dar Abbas. La sensación de triunfo heroico a su regreso a Cisjordania de Abbas no ocurrió en la Franja de Gaza, donde no hubo festejos y algunas de las autoridades de Hamas hicieron público su descontento. Lo normal sería que Abbas se sentara con quien designe el Gobierno de Israel, pero la pregunta es ¿qué representatividad tiene Abbas?. A mi me parece que es relativa porque el Gobierno de Al Fatah no tiene poder efectivo en Gaza que está en manos de Hamas.
- ¿Entonces quién le garantizaría la seguridad a Israel?
Ese es el problema crítico, porque Hamas no se la va a garantizar de ninguna manera, ni siquiera está de acuerdo con el reconocimiento del Estado de Israel. Nunca lo ha hecho y es más, en los últimos tiempos ha sido responsable que desde dentro de Gaza salieran cantidades de misiles “al voleo” atentando contra civiles inocentes en territorio israelí.
- Si se reconociera un Estado palestino, ¿se estaría reconociendo un Estado judío?
Hay quien dice que eso ya ocurrió en el intercambio entre palestinos e israelíes antes de iniciar el proceso de Oslo, ese intercambio de cartas formalmente supone un reconocimiento recíproco. Pero también depende de cómo se reconozca al Estado de Israel, si se lo hace como Estado del pueblo judío, o en algún otro carácter. Porque esto también se mezcla con los múltiples reclamos que todavía están por el aire, como el que tienen aquellos que son refugiados, en algunos casos desde la década del ‘40 y en otros desde los ‘60, de regresar a sus hogares con todos sus derechos, y esto sería imposible, porque la supervivencia misma de Israel estaría en peligro, porque quienes regresan numéricamente tendrían un peso específico que sería inaceptable para Israel.
- ¿Cuál es su visión de lo que puede llegar a suceder en las próximas semanas?
Lo que me gustaría es que la consecuencia de lo que acaba de iniciarse sea un fortalecimiento sincero del proceso de paz. Israel acaba de decir que está a disposición para comenzar a trabajar nuevamente en el diálogo ya y sin demora. Abbas todavía no lo ha hecho, seguramente quiere saber primero el destino de lo que acaba de solicitar y después considerará el pedido de regresar a la mesa de negociaciones. Mi gran preocupación es que cualquiera sea el resultado de la gestión palestina esto termine en una frustración más para el pueblo palestino que va a advertir que en su vida diaria las cosas han cambiado relativamente poco y que esa frustración los empuje hacia una nueva ola de violencia que sería absolutamente lamentable.
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