Se hizo conocido ante la opinión pública desde la toma de una comisaría y luego por manifestaciones sociales en reclamos de mejoras para aquellos que menos tenían. Sin embargo, sus declaraciones y actitudes fueron tomando otra forma y color, y hoy se muestra como un férreo defensor del régimen teocrático iraní, acusa al Israel, la única democracia en Medio Oriente, de terrorista, y se burla de la justicia argentina entrevistando radialmente a uno de los principales sospechosos del atentado contra la AMIA. Perfil de un provocador y las contradicciones del gobierno que lo nombró.
¿Cómo surge este personaje que asegura que Irán no tiene nada que ver con la explosión de la mutual judía, que defiende a Moshen Rabbani, y que se mofa del trabajo del fiscal general de la causa, Alberto Nisman?. “D’Elia empezó a conocerse a partir de la crisis de 2001, aparecía como un referente social preocupado por resolver problemas urgentes de ciudadanos que estaban en una situación desesperante. Con el tiempo, fue radicalizándose o por ahí era radicalizado pero no se exhibia con esas características, y esa radicalización estuvo ligada también a su acercamiento al gobierno de Venezuela”, cuenta Sergio Widder, representante del Centro Simon Wiesenthal para América Latina.
Esa muestra de preocupación social que encabezó con la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat, llevó a Luis D’Elia a ser nombrado como subsecretario de Tierras para el Hábitat Social en el gobierno de Néstor Kirchner. Luego tuvo dos episodios más que lo mostraron públicamente de manera muy contundente: el 26 de junio de 2004 en la toma de la comisaría 24ª del barrio porteño de La Boca, por el crimen del dirigente comunitario Martín "Oso" Cisneros; y la contramarcha realizada el 31 de agosto de 2006 cuando Juan Carlos Blumberg llevó adelante una movilización reclamando justicia por la muerte de su hijo.
A fines de 2006 D’Elia empezó a mostrarse más cerca del régimen de Hugo Chávez y de Irán: “Luego del dictamen que emitió la fiscalía cuando solicitó la captura de funcionarios iraníes, él hizo una manifestación ‘solidaria’ frente a la Embajada de Irán, sugerida por la embajada de Venezuela en Bs. As”, explicó Widder. Justamente, esa manifestación le costó el puesto de funcionario público a D’Elia pero la “amistad” con Irán empezó a hacerse más fuerte.
En 2007 D’Elia junto al padre Luis Farinello y Mario Cafiero fueron invitados a la República Islámica de Irán, y al retornar del viaje comenzaron los ataques a Israel y al supuesto complot de la CIA, el FBI y el Mossad para “inculpar” al régimen teocrático por el ataque terrorista perpetrado contra la AMIA. “Él llevó adelante un mensaje que señala como probable responsable a Israel. Decían que como la derecha israelí pudo matar al primer ministro, también podía ser responsable del atentado a la AMIA”, destacó Sergio Burstein, referente de los Familiares y Amigos de las Víctimas del atentado contra la mutual judía. “Entonces hicimos una presentación en la fiscalía del doctor Nisman –contó Burstein- y lo citamos para que declarara y expusiera sus pruebas. Luego de un tiempo bastante largo escuchando los disparates más inverosímiles como por ejemplo que el estudio por el cual concluía él para asegurar que la derecha israelí era responsable lo habían hecho cuatro futuros estudiantes de derecho basados en informes que habían obtenido por Internet. Con esto y algunas ideas más que no estaban basadas en una prueba real sino en conclusiones o dichos en Internet, esta persona aseguraba libremente y sin ponerse colorado, que la derecha israelí podía haber sido la responsable al atentado a la AMIA y no Irán”, aclaró Burstein.
Pese a estar un tiempo “fuera de los medios”, D’Elia volvió a mostrarse públicamente contra Israel, a favor del gobierno de Mahmoud Ahmadinejad, acusando al Estado Judío de “terrorista” y reiterando que Irán no tenía nada que ver con los atentados perpetrados en la Argentina.
“Mantener contactos con Irán no es un crimen, pero apoyar las declaraciones que niegan la Shoá, es otra cosa, va a otro nivel”, aclara Daniel Gazit, embajador de Israel en la Argentina. “Cualquier persona que piensa que nosotros somos nazis no sabe nada del Holocausto, ni que cosa es un nazi, y busca calumniar a Israel de cualquier forma. No solamente D’Elia, sino que hay muchos negadores del Holocausto, y todos juntos demuestran su ignorancia total o sus malas intenciones. Cuando se trata de negar la existencia del Holocausto o banalizarlo, es algo común que hace esta gente como Ahmadinejad, que trata de atacar a los judíos como si fuesen mentirosos. Aquellos que niegan el Holocausto es porque están preparando otro”, denuncia Gazit.
“La deslegitimación de Israel forma parte central del discurso antijudío en todo el mundo. Todos los pueblos de la tierra tienen derecho a su movimiento de autodeterminación menos uno en la visión de estos predicadores del odio antijudío, que demonizan a Israel y al sionismo. Queda claro cual es el objetivo que tiene el régimen fundamentalista de Ahmadinejad, y el hecho que D’Elia sea su aliado lo convierte realmente en una preocupación para la comunidad judía en Argentina y en la región, porque ya vimos que Irán ha demostrado que ha tenido capacidad de asesinar gente en nuestro país”, añadió Widder.
Esta relación con Irán lo llevó a D’Elia nuevamente a viajar a ese país y hasta mostrarse con Moshen Rabbani, principal acusado por el atentado a la AMIA, y luego entrevistarlo telefónicamente en Radio Cooperativa. En esa charla su burlaron de la Justicia argentina, de la labor del fiscal Alberto Nisman y aprovecharon para hacer una mayor propaganda del régimen iraní.
“Hay una cosa que es fundamental, y es que trata por todos los medios de eludir la responsabilidad de Irán en el atentado”, remarca Julio Schlosser, secretario general de AMIA. “Este tipo de declaraciones hiere los sentimientos y la sensibilidad más profunda de todos los ciudadanos argentinos de buena voluntad que confían en la justicia y rechazan todo tipo de violencia. Estamos viviendo en un país que ha hecho del respeto por los derechos humanos una cuestión de Estado, y que alguien desconozca a la Justicia argentina realmente es un hecho deplorable”, aseguró.
Más allá del alejamiento de su cargo en la época de Néstor Kirchner, en la presentación de su partido Movimiento de Integración Latinoamericana de Expresión Social (Miles), la presidente argentina, Cristina Fernández de Kirchner dio su apoyo en un video, y acompañaron a D’Elia el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, el secretario de Cultura, Jorge Coscia, entre otros funcionarios oficialistas. Además, en la primera fila del Luna Park se encontraban varios integrantes de la Embajada de Irán, entre ellos a Seyed Ali Pakdaman, el encargado de negocios y máxima autoridad de la representación de ese país en Buenos Aires.
“En principio no veo ningún doble standart en la relación del Gobierno con Irán y D´Elia, creo que son dos caras de la misma moneda ;él hace lo que al Gobierno le resulta políticamente imposible hacer”, aseguró el periodista Sergio Dattilo. “Me parece que alguien debería pedirle que rinda cuentas a este hombre, pero claramente el gobierno argentino no tiene ninguna intención, porque me da la impresión que no parece molestarle demasiado su acción, su presencia, su ideología, sus vínculos. Hay muchos judíos argentinos que prefieren olvidar que este es el gobierno que lo nombró funcionario y del que nunca se despegó, porque siempre que hubo alguna barbaridad de este hombre fue como que lo barrieron debajo de la alfombra un par de horas y después volvieron a recibirlo en la Casa Rosada”, aclaró Dattilo.
Algunas semanas atrás, un nuevo borchorno internacional escribió una nueva página en la causa AMIA: Ahmad Vahidi, acusado del atentado contra la mutual judía y con pedido de captura internacional, se mostró públicamente en Bolivia junto al presidente Evo Morales, y D’Elia a través de la red social Twitter nuevamente se despachó contra la comunidad judía: “La DAIA no exigió q Vahidi fuera capturado por Interpol Bolivia y traido a la Argentina para ser indagado” (Sic). “Evo evito que Vahidi fuera detenido por interpol Bolivia con la complicidad política de DAIA” (Sic).
A pesar de los “tweets” de D’Elia, la DAIA encabezada por su presidente Aldo Donzis, denunció públicamente lo sucedido, y en el marco de la 41º Asamblea General de la OEA en El Salvador, le expresaron al canciller boliviano, David Chocaguanca, la preocupación de la comunidad judía argentina.
Sergio Widder analizó lo sucedido y aseguró: “Hay que poder denunciar y exponer públicamente que hay una burla a la Justicia argentina y a la memoria de 85 personas que fueron asesinadas en la calle Pasteur 633 el 18 de julio de 1994, y que D’Elia forma parte y promueve esta burla a la memoria y a la justicia”.
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