Saludos Barceloneros. Soy un lector ocasional de la revista. Cada vez que la miro me c... de risa. Cuando se trata de política nacional, ustedes son sencillamente unos genios. Por eso quiero felicitarlos. No obstante, más que risa me provoca indignación cuando se ponen serios con la “cuestión judía”. En el anterior número de la revista, un lector identificado como “Usuario” publicó un infame agravio antisemita del dirigente pro-iraní, Luis D’Elía, que parecía sacado directamente de la revista Cabildo y dejaría pálido a más de un Biondinista confeso. Independientemente de su veracidad, ustedes minimizaron la gravedad del hecho, relativizaron la existencia de la judeofobia (palabra que confunde menos que “antisemita”, para evitar que salga algún mal informado imitador de Grondona a decir que los árabes son etimológicamente “semitas”), acusaron a Israel de “Estado terrorista” (?), se negaron a expresar condenas firmes ante un claro comentario racista de Luisito bajo la excusa de que los “judíos pertenecen a la clase media y alta” y expresaron una comparación totalmente desubicada, sin relación, entre el antisemitismo y la discriminación contra la comunidad boliviana (no para condenar a ambas, claro está). No se qué me molesta más de todo ello.
Yo los quiero, respeto y admiro por la revista que hacen diariamente, pero eso no quita que pueda expresar mi repudio por todo esto, por más que le escandalice a más de uno. Especialmente teniendo en cuenta que, pese a que el judío no es el único ni el más perseguido pueblo de la tierra (menos en Argentina), el antisemitismo probó numerosas veces en la historia cuán destructivo puede llegar a ser (la bomba no se la pusieron a la Asociación Italiana, Árabe, Armenia, Gallega, Vasca o China… se la pusieron a la Israelita).
A propósito, por si no quedó claro, soy judío. Y no justifico todo lo que hicieron o hacen los israelíes, ni siquiera teniendo en cuenta la situación difícil que deben soportar diariamente. Pero al llamar “Estado terrorista” a Israel, queda claro que son una manga de judeófobos empedernidos. ¿Por qué? Y bien: ¿cómo puede llamarse a alguien que, de los 192 países que hay en el mundo, SÓLO AL JUDÍO lo insulte, deslegitime y demonice como ustedes y sus lectores cómplices suelen hacer?
Un paisito más chico que Tucumán, que intenta defenderse de los asesinatos y ataques terroristas de los que ANUNCIAN QUE VAN A BORRARLO DEL MAPA (terrorismo en serio: Violencia deliberada y sistemática contra objetivos civiles, como un autobús, una escuela, un poblado entero, un hospital o una pizzería… hace poco murió el pibe de 16 años que los palestinos mataron con un misil antitanque mientras se trasladaba en un micro escolar claramente identificado en amarillo como transporte civil o la beba de cuatro meses acuchillada en Itamar mientras dormía en su cuna), y ustedes llaman terrorista al judío. Tal vez tienen razón, antes que judeofóbico o antisemita, será más bien autista. Y por si eso no bastara, insinúan sin prueba alguna más que vuestros prejuicios medievales, que la mayoría de los judíos son ricos o de clase media. También serán deicidas, supongo.
Yo soy un judío laburante, que vive de un salario, como miles. Pero ustedes no consideran relevante la discriminación que pueda sufrir porque supuestamente tengo guita. Falta que a mí también me acusen de “terrorista” si me atrevo a defender el derecho de Israel a existir y defender la vida de sus ciudadanos. Ustedes no son solamente judeofóbicos. Son maniqueos empedernidos que defienden a los regímenes trogloditas del planeta mediante su silencio o relativización y se emperran contra una vibrante democracia en la que LOS ÁRABES TIENEN MÁS DERECHOS QUE EN NINGÚN PAÍS ÁRABE. Ah, lo olvidaba, ustedes no creen en la democracia “burguesa”… supongo que lapidar mujeres adúlteras, cortar la mano de ladrones, ahorcar homosexuales, azotar a los que beben alcohol o decapitar al que se atreva a cuestionar al líder supremo elegido por Alá es “igual de malo” que la propiedad privada.
Si quieren hablar del conflicto árabe-israelí, podemos estar meses. No tengo problema alguno. Lo único que les pido, aunque con pocas esperanzas, es que corten un poco con la judeofobia encubierta. Un poco de honestidad no vendría nada mal, porque la falta de ella se nota demasiado.
Con cariño a pesar de todo.
Andres Rosemberg
Cap. Fed.
Nota de Red.: Carta dirgida a la revista " progresista " Barcelona con copia a Comunidades
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