En el fondo de los tiempos el hombre aprendió a usar el fuego, que le brindó CALOR Y PROTECCIÓN contra las fieras.
Luego, con el descubrimiento de los primeros metales y el dominio del impulso del aire, el fuego de las fraguas fue un MEDIO DE ADAPTACIÓN en la generación de modernas armas y mejores herramientas.
Con el advenimiento de los altohornos y de los grandes trenes laminadores, el fuego fue un MEDIO DE TRANSFORMACIÓN masivo de los metales, sea en grandes barcos como en las estructuras de altísimos edificios y portentosos puentes.
Pero, desde siempre el fuego escondió en sus entrañas a uno de los más devastadores enemigos con los que haya tenido que batallar el hombre, los INCENDIOS; que desde que el hombre tiene memoria lo han matado y/o han destruido sus obras.
Ayer -desde temprano- le ha tocado a Israel el sufrir sus peores y feroces efectos, con decenas de muertos, un sinnúmeros de heridos y/o desaparecidos, la desaparición de grandes bosques, y un daño masivo en bienes públicos, comunitarios y/o particulares.
Durante cerca de un siglo, ya antes de nacer, en Israel se puso corazón y alma en el plantado de centenares de BOSQUES, sea para fijar las dunas, cortar los vientos, y/o simplemente lograr brindar pacífica sombra a un territorio -por siglos- plagado de desiertos.
Muchos de esos bosques, generados por campañas y donativos, han sido un modo de RECORDAR Y HONRAR a innumerables personas, de Israel y de todo el mundo.
Si en los hechos, Israel venía sufriendo una terrible sequía desde varios años atrás:
¿CÓMO PUEDE SER QUE NO SE HAYA CONSIDERADO LA POSIBLE OCURRENCIA DE ALGO ASÍ, PROVEYÉNDOSE DE LOS MEDIOS PREVENTIVOS NECESARIOS?
Peor aún, y a partir del consiguiente cambio estratégico:
¿CÓMO SE EVITA, QUE MAÑANA MISMO, DESDE EL LÍBANO EMPIECEN A LLOVER COHETES CON OJIVAS CARGADAS DE COMPONENTES INCENDIARIOS?
Ahora, los siempre QUERIDOS BOSQUES israelíes se han tornado PELIGROSOS.
Esperemos que esta terrible experiencia no haya abierto una Caja de Pandora, capaz se transformarse en base -temporaria- para otro tipo de FUEGOS DESCONTROLADOS.
ALBERTO JORGE SILBERSZTEIN
Ciudad de Buenos Aires
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