Resulta bastante frecuente ver en el mundo atentados terroristas de gran magnitud que suceden en Irak, Afghanistan, India, Pakistán y otros países lejanos a nuestra geografía e idiosincracia y quizas por ello, absurdamente, los medios masivos de comunicación le dan escasa relevancia a los mismos o con suerte algún recuadro con 10 renglones ( mientras que las actitudes antiterroristas de Israel son seguidas con lupa).
A estos hechos hay que sumar las periódicas alertas de seguridad que conmocionan a países europeos o EE.UU. por probables ataques de Al Queda. De hecho Francia, Inglaterra , Alemania y EE.UU. hay alertas desde hace tiempo. Si hasta aquí no hubo acciones terroristas más catastróficas es por la acción mancomunada de servicios occidentales de información y contraterrorismo que desbarataron intentos no suficientemente difundidos. La colaboración entre dichos servicios de inteligencia es constante .
Es evidente que el mundo civilizado carece hoy de una estrategia sólida para luchar contra el terror y sus consecuencias.Sin duda habría que aumentar los esfuerzos para una respuesta colectiva de un fenómeno que afecta a gran parte de la comunidad internacional.
El terrorismo islámico, el más extendido, no será derrotado solo por la fuerza militar, la labor policial o las operaciones de inteligencia por lo que también hay que atacar las causas que conducen al mismo siempre en un marco de políticas antiterroristas que respeten los derechos humanos, las libertades fundamentales y el estado de derecho sin menoscabar la defensa de la ciudadania víctima directa de los actos de terror.
Una de las medidas más efectivas debiera ser obstaculizar la financiación del terrorismo y garantizar que no tenga, vía Irán, armas de destrucción masiva. Por otro lado el comprobado entrenamiento de terroristas del ETA en países democráticos con regímenes autoritarios como el de Venezuela y el insólito asilo otorgado a un terrorista chileno en nuestro país que a su vez reclama el juzgamiento de terroristas iraníes, solo suman confusión y contradicciones en la larga lucha.
Hay que fortalecer también el marco legal internacional como la estrategia global diseñada por la ONU en 2006 y preocuparse por los insuficientes recursos económicos que se destinan a la lucha contra Al Queda de países como Marruecos, Argelia, Somalia y otros.
También hay que hacer un esfuerzo por entender las razones que llevan a ciertas personas a ser reclutadas por las redes criminales y así prevenier que otras sigan por el mismo camino. "La lucha terrorista es algo más que detener terroristas ", manifestó hace poco tiempo la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton. " Pararlos antes que se conviertan en terroristas requiere medidas para afrontar las condiciones políticas y económicas y sociales que les hacen vulnerables y pasibles de ser explotados por los extremistas ", agregó.
En este sentdio las Naciones Unidas deben abandonar su actitud vacilante ante el terror e implementar a nivel internacional todas las políticas destinadas no solo a concientizar, cooperar o comprometerse sino también medidas activas como el aislamiento político y financiero de aquellos países que cobijan, amparan, entrenan y encubren a distintas agrupaciones extremistas.
¿ y ud. que opina ? .Escribanos a periodicocomunidades@gmail.com
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