La interminable crisis que produjo en Israel la mal llamada "flotilla de la paz " ( junto a otras que hasta el momento no partieron) no ha hecho más que ahondar el aislamiento político israelí en la región y el paralelo endurecimiento de una siniestra coalición opositora constituida por Hamas, Hizbollah, Siria, Irán, no hacen más que agravar la cuestión.
La decisión de Jerusalem de ablandar las condiciones del bloqueo a Gaza en la práctica implica el fin del encierro del gobierno del Hamas y un cambio de rumbo en la posición de Turquía. El mensaje sería : se puede doblar el brazo israelí con la demagogia y la propaganda, ¿ por qué no continuar ?.
Los líderes del Hamas en Gaza y Damasco y el gobierno iraní han presentado el retroceso israelí como un logro propio en la lucha por su causa.
El ablandamiento israelí en el bloqueo no ha mejorado ni un ápice la situación del cautivo Guilad Shalit; más bien lo empeoró porque el Hamas no hace más que elevar el precio por su libertad. La vinculación entre el bloqueo a Gaza y las negociaciones por Shalit quedaron claramente expresadas el pasado 25-06 al cumplirse un nuevo aniversario del secuestro del desdichado soldado. El propio Netaniahu dijo no estar de acuerdo con el padre de Guilad Shalit que ha marchado por el país diciendo que una mejora en el bloqueo complicó la liberación de su hijo y propició una victoria al Hamas.
En el plano estratégico aún no estan claras las proyecciones negativas de las flotillas pacifistas. En el límite entre Gaza y Egipto la frontera ha sido abierta desde el estallido de la crisis ya que Egipto no quiso aparecer como sostenedora de la acción israelí. Por otro lado el Hamas, que perdió el apoyo egipcio en los últimos tres años, cree haber encontrado en Turquía un excelente socio estratégico dispuesto a quebrar su relación especial con Israel. Por todos estos motivos hay que pensar que a mediano plazo Israel deberá lidiar con nuevas flotillas " pacifistas " y con renovadas presiones europeas para dialogar con el Hamas y así legitimar a la organización terrorista que proclama la destrucción de Israel lo que sería un nuevo triunfo para ella y una derrota para la Autoridad Nacional Palestina.
Israel se encuentra en medio de un complejo conflicto de intereses contrapuestos: aspiraciones políticas e independentistas, presiones económicas, un liderazgo palestino dividido y combatiente entre si y un liderazgo del Hamas que no acepta flexibilización alguna azuzado por la ayuda clanfestina de Irán. En este marco la penosa enfermedad que aqueja al presidente egipcio Hosny Mubarak, aliado de EE.UU. e Israel en la región, no augura una transición pacífica para el país de las piramides. Mubarak ha logrado reprimir con éxito al radicalismo islamico egipcio, del cual el Hamas abreva raíces, pero su salida de escena puede agravar los problemas de seguridad de Israel en la región e intensificar la presión islámica iraní sobre el vecino israelí.
A este escenario hay que sumar el deterioro de las relaciones entre Israel y Turquía, hecho aún no reparado.
Es indignante que la opinión pública y ciertos políticos se indignen por el bloqueo de seguridad de Israel en Gaza pero no les moleste la participación del Hizbollah en el asesinato del presidente libanés Rafik Hariri ( 2005), la represión del regimen iraní a su propia población y las colonias de verano en Gaza, que patrocinadas por la ONu, el Hamas adoctrina allí a niños en el fundamentalismo islámico. Por último, si Turquía vira hacia el mundo árabe perderá su rol de país islámico moderado y democratico, pondrá en peligro su integración a la Unión Europea con todo lo que esto implica para una sensible región.
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