El profesor Raanan Rein, especialista en historia española y latinoamericana, dialogó en su visita a la Argentina en exclusiva con Comunidades sobre los judíos en la política argentina, del matrimonio presidencial y de la relación de Argentina con Israel y el Medio Oriente.
- ¿Cuál es su visión de la inserción judía en la política argentina en la actualidad, teniendo en cuenta la asunción de Héctor Timerman como primer canciller judío en la historia argentina?
El hecho que Timerman llegó a ser un canciller en este país, me parece que tiene más importancia para la Argentina que para la colectividad judía. En los últimos 10 años el proceso de la normalización de la presencia judía en la política se hizo más notable, y de hecho, no muchos dan importancia al origen judío de Héctor Timerman. Acabo de volver de la provincia de Tucumán, y que el gobernador se llame Alperovich para muchos no tiene importancia, están a favor de su política o en contra, pero que es de origen judío no juega un papel importante. Alguna voz acá y otra allá, pero es una minoría con poca importancia. Para mí, a lo largo de la última década a partir de la crisis político-económico-social de principios de la década nota un cambio importante. Yo me acuerdo que en el pasado hubo discusiones si era mejor o peor para la colectividad si un judío asume un cargo de importancia en el Gobierno Nacional o Provincial, si el hecho que el Ministro del Interior u otro ministro era de origen judío era algo para debatir, para hablar, para pensar ventajas y desventajas. Hoy en día ya no existe, ahora Timerman es el canciller y en algún momento la Argentina va a tener un canciller de origen distinto, ya no es un tema, y para mi eso significa la culminación de un largo proceso de la normalización de la presencia judía en el sistema político argentino.
- Usted recién mencionó una normalización que se dio en los últimos 10 años, ¿pero antes también había judíos en cargos políticos?
La inserción empezó hace mucho tiempo. A lo largo del siglo XX vemos una presencia creciente de judíos dentro del marco del partido socialista, del partido radical, luego en el partido peronista, y los judíos entran en la Cancillería por primera vez en la segunda mitad de los años 40 con el primer gobierno peronista, así que no se trata de un proceso nuevo, sino la culminación de un proceso que ha empezado mucho tiempo antes.
- ¿Por qué usted no menciona a la comunidad judía como una, sino que la diferencia de los judíos argentinos?
Porque el concepto de "la comunidad judía" es un poco engañoso porque tiende a pintar un cuadro homogéneo, como si se trata de un colectivo de personas con una sola voz, con una sola posición. La colectividad judía, en muchos sentidos desde siempre, ha sido un microcosmos de la sociedad argentina en general, y como la ésta está dividida con respecto de cualquier política, de cualquier dirigente político, lo mismo siempre ha pasado en la colectividad judía, yo por eso prefiero hablar de los judíos argentinos y no de la comunidad judía, precisamente para no caer en esta trampa y pensar que existe una sola opinión, una sola actitud, una sola voz representando a todos los judíos de este país.
- ¿Y en qué puntos se puede ver esta diferencia?
Si analizamos la posición de distintos gobiernos argentinos acerca de los judíos y acerca del Estado de Israel, podemos ver que siempre estuvieron los que apoyaban a Perón a finales de los '40 y principios de los '50 y los que estaban en contra, los que apoyaban a Frondizi y los que estaban en contra, y lo mismo si nos referimos a otros presidente argentinos incluyendo a Carlos Menem y al matrimonio Kirchner. Siempre hay que tenerlo en cuenta, uno puede tener un componente hereditario judío muy fuerte, y estar a favor de los Kirchner o en contra de los mismos.
- ¿Qué evaluación hace de la postura del matrimonio presidencial ya que por un lado apoyan fuertemente la causa AMIA, pero por otro lado tienen una gran afinidad con el régimen de Chávez, aliado del presidente iraní Ahmadineyad, y con referentes como Luis D’Elia quien ataca a viva voz a los judíos?
En el tema de los atentados y de los familiares, me parece que los Kirchner han tomado una posición muy clara y por mi parte, me parece que hay que elogiar esta posición del gobierno argentino, pero eso no significa que la política exterior argentina tiene que seguir un camino u otro. Para mí, los estrechos lazos que mantienen con Venezuela han contribuido a una cierta imagen de Argentina en la escena internacional, y esto no es beneficioso. Me parece que muchos fuera de Argentina no logran entender la política de los Kirchner hacia el Gobierno de Hugo Chávez. Una cosa es mantener lazos económicos de todo tipo con Venezuela, que es más que legítimo, y hay que recordar que EE.UU., por ejemplo, es uno de los clientes más importantes del petróleo venezolano, aún en el período de Bush como presidente cuando las relaciones entre ambos países entraron en una crisis muy profunda. Entonces, no se trata de una crítica acerca de los lazos de intercambio comercial entre ambos países, sino de la manera en que se evalúa la política chavista en ciertos terrenos, pero una cosa son las relaciones que mantienen con los argentinos judíos y otra es la política exterior argentina. No están ligadas, no hay que interpretar un acercamiento con Venezuela como una expresión de alejamiento, digamos, de los judíos o de las asociaciones judías. Son dos cosas distintas, y no me parece que va en beneficio de nadie intentar ligar estos dos aspectos distintos. No sirve a nadie.
- ¿Cómo ve la relación de Argentina con Israel y con los países de Medio Oriente?
Las relaciones entre Argentina e Israel han sido muy buenas, casi desde siempre. Una vez que se estableció Israel, Perón y luego otros presidentes argentinos hasta actualmente Cristina Fernández de Kirchner, siempre han mantenido lazos estrechos con el estado judío. El problema radica en que Argentina hoy en día no juega un papel de importancia en la escena internacional y por lo tanto no puede jugar un rol importante en los temas de Medio Oriente, a diferencia de Brasil por ejemplo, que tiene la ambición de jugar un papel clave en la escena internacional.
- En los gobierno de los Kirchner se han estado haciendo permanentemente comparaciones o viendo como reflejo a los gobierno de Perón ¿cómo ve las similitudes y diferencias de esos gobiernos?
El peronismo siempre se ha caracterizado por su heterogeneidad, y hay gente con distintas visiones del mundo que se proclama peronista o heredera de Perón. El contexto nacional e internacional de principios del siglo XXI, no es el mismo que en los años '40 y '50 del siglo pasado, por lo tanto, es un ejercicio algo problemático la comparación de un gobierno que mandaba hace 60 años o más, y un gobierno a principios del siglo XXI. Sin embargo, algunos conflictos entre el actual gobierno y el campo, por un lado, así como con los medios de comunicación, por otro, si tienen ciertas similitudes con el primer gobierno peronista y sus conflictos. En los últimos días, hasta la confrontación entre el Gobierno y la iglesia católica, nos hace pensar en los años '50. La comparación me parece algo problemática, porque el peso de distintos factores (culturales, económicos, religiosos, sociales) de hoy en día es distinto del peso que mantenían hace más de 50 años, lo que se podía creer en aquellos años no es lo mismo que lo que se puede hacer o no hoy en día. Las reglas del juego cambiaron y lo que se consideraba legítimo en un contexto, no se considera legítimo en otro.
¿y ud. que opina ?. Escribanos a periodicocomunidades@gmail.com
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