Horacio Calderón, especialista en terrorismo y contraterrorismo, habló en exclusiva con Comunidades a poco de cumplirse 16 años del atentado contra la AMIA y analizó el peligro del terrorismo internacional en la actualidad y los peligros que hay en Argentina y en la región.
- A casi 16 años del atentado contra la AMIA, ¿cómo analizás la preocupación o despreocupación de la Argentina frente al terrorismo?
La Argentina, más allá de las diferentes razones que han invocado los sucesivos gobiernos de nuestro país para justificarlo, carece de una política clara en materia de prevención de actividades terroristas, que dado los precedentes de la embajada y de la AMIA debería ser además una política de Estado. Pero quiero ser justo, porque así como he manifestado en numerosas oportunidades por cuanto medio de comunicación me ha consultado, durante los últimos años la oposición coparticipa del mismo grado de ignorancia culposa en la materia que el mismo Gobierno. La materia “terrorismo” está prácticamente prohibida en institutos vinculados a fuerzas de seguridad y policiales; pero eso va más allá de la formación académica, porque algunos de los jefes departamentales y/o especialistas que existen en la materia dentro de organismos estatales y provinciales, se encuentran asignados a otro tipo de tareas. El Gobierno Nacional -por su parte-, ha acompañado los esfuerzos de la Justicia argentina en procurar la captura de la cadena de mando de altos funcionarios iraníes involucrados en el ataque contra la AMIA. Asimismo, denunciando reiteradamente ante la misma Asamblea General de la ONU la falta de colaboración del Gobierno de Irán para esclarecer el atentado. Pero esperar que los miembros del mismo Estado que ordenó los ataques de 1992 y 1994 coopere para entregar a los sospechosos, que incluyen al mismo ministro de defensa, resulta realmente ingenuo, si no poco serio. Por eso siempre he propuesto la ruptura de relaciones diplomáticas con Irán, ya que estas nada agregan y carecen de sentido en el marco de las acusaciones efectuadas por la Justicia de nuestro país frente a ataques de tamaña gravedad. No obstante, resulta poco probable que se concrete, dado que la Argentina es el segundo país -luego de Brasil- en materia de intercambio comercial con ese actor mesoriental. En consecuencia, hay intereses muy poderosos que presionan para el mantenimiento de las relaciones diplomáticas.
- ¿Cuáles son los peligros que existen en nuestro país? ¿Se puede repetir lo sucedido en la Embajada y en la AMIA?
Un tercer atentado es siempre posible y si no ha tenido lugar hace mucho tiempo, es porque las organizaciones terroristas con capacidad e intención para concretar ataques, privilegian por el momento otros objetivos y actividades que realizan en nuestra vecindad. Tal es el caso de la recaudación de fondos y el desarrollo de operaciones comerciales criminales que terminan en las arcas del Hizballah, para nombrar a la más importante de las organizaciones terroristas religiosas en el Cono Sur.
- En referencia a la Triple Frontera, ¿cómo es la situación hoy en día allí? ¿Hay células dormidas esperando para actuar o solamente juntan recursos para enviar?
Las llamadas “células dormidas” de ataque del terrorismo, por ser tales, son extremadamente difíciles de detectar hasta que son activadas. Resulta entonces muy difícil prevenir un ataque a menos que cometan algún tipo de error. Desde el punto de vista técnico y frente a casos concretos que ya han sido observados, una célula de apoyo logístico o alguno de sus miembros pueden pasar a funciones de ataque según órdenes de escalones superiores de su organización. Aclarado esto, diría que es altamente probable la existencia de “células dormidas”, incluso en nuestro país. Los cuadros pertenecientes a organizaciones terroristas -más allá de sus misiones y funciones- no están exclusivamente asentados en la región de la Triple Frontera, sino también en el interior de los territorios de Brasil, Paraguay y Bolivia, respaldados incluso desde y por la Venezuela de Hugo Chávez. El actor más importante en la Triple Frontera es, a mi juicio, el Hizballah libanés, que recauda allí cuantiosos fondos y cuenta además con los recursos necesarios a disposición para atacar nuevamente. Sin embargo, un nuevo atentado lanzado por el brazo terrorista del movimiento libanés, pondría en peligro actividades como la recaudación de fondos mencionada, que resulta muy importante para su sostenimiento en la región, como también en el Líbano. El grado de probabilidad de ocurrencia de un nuevo ataque del Hizballah aumentaría sí frente a hechos que conviertan al atentado más ventajoso que los costos a pagar. Una nueva guerra en el Líbano y/o un ataque militar contra Irán, podrían provocar un cambio en las prioridades que he señalado y activar el brazo más letal de esa organización terrorista. Un capítulo aparte es la amenaza que se ha creado durante los últimos años, representada por nuevas organizaciones terroristas sunnitas que están adquiriendo alcance global, como la paquistaní “Lashkar-e-Toiba”, que considero no está suficientemente considerada en nuestro país. Debería tenerse en cuenta el incremento de células autoconvocadas y “lobos solitarios” como los que intentaron atacar recientemente en los EE.UU, tal los sonados casos de Times Square en Nueva York y del vuelo sobre Detroit durante l2009. Esto equivale a afirmar que mientras existan las condiciones propicias para realizar tareas de inteligencia preoperacional, acceder a blancos, obtener apoyo logístico y explosivos con relativa facilidad, como sucede en nuestro país, la probabilidad de ocurrencia de ataques podría ser más alta de lo calculado.
- ¿Cómo se puede diagramar el mapa del terrorismo internacional?
El mapa del terrorismo, desde lo regional hasta lo internacional y global, es un fenómeno de extrema complejidad, de naturaleza multifacética y multidimensional. Incluye organizaciones religiosas y seculares, respaldadas o no por actores estatales, que muchas veces son utilizadas como herramientas o palancas para combatir o desestabilizar a países vecinos. Las religiosas, en el caso del Islam sunnita extremista y sumamente violento, están lideradas por movimientos terroristas liderados por la Red Al-Qaeda y la constelación de grupos que giran en torno a los objetivos, estrategias y tácticas operacionales del movimiento liderado por Osama Bin Laden. En lo que se refiere al extremismo vinculado al Islam chiíta y muy especialmente a su rama duodecimana, los movimientos terroristas forman parte de la estructura del estado iraní, como los Pasdarán, cuerpo que opera en estrecha coordinación con el Hizballah libanés. Los “Tigres Tamiles” de Sri Lanka, hoy casi diezmados, fueron uno de los movimientos terroristas más peligrosos, que emplearon el ataque suicida, pero su agenda es separatista y no religiosa. Con respecto al terrorismo secular, sobran ejemplos como los casos de las FARC y el ELN de Colombia, “Sendero Luminoso” en Perú y otras organizaciones de menor importancia, que en todos los casos registran procesos de convergencia con el crimen organizado regional y/o transnacional. Además, gran parte de los movimientos terroristas de ultramar registran respaldo de Estados que forman parte de la comunidad internacional y son miembros de la ONU, que poco o nada puede hacer para terminar con acciones que, muchas veces, tienen más que ver con imperativos geopolíticos que con determinadas ideologías.
- Más allá del Hizballah y de organizaciones vinculadas al Taliban y a Al-Qaeda, ¿cuáles Estados piensas que pueden respaldar movimientos terroristas a nivel regional e/o internacional?
Por ejemplo, los numerosos grupos paquistaníes fundados por el mismo Estado para combatir a la India en Cachemira, o a las fuerzas de invasión soviéticas en Afganistán, muchos de los cuales continúan activos. Asimismo, el respaldo que el Gobierno de Hugo Chávez da oficialmente a la secular y narcoterrorista FARC para desestabilizar a Colombia, etc. Pero el caso de la Venezuela actual es notable, porque también asiste a organizaciones paramilitares vinculadas al Estado iraní, incluyendo todo tipo de apoyo logístico. He aquí un actor estatal que da apoyo al terrorismo secular y al religioso, porque ese tipo de intersección de agendas resulta estratégico para la política interna, regional e internacional de Hugo Chávez.
¿Cuáles piensas que tendrían que ser las decisiones políticas y militares a nivel internacional para frenar el terrorismo?
Todo lo contrario a lo que se está haciendo y permitiendo en la actualidad -aunque el terrorismo tenga orígenes que se remontan a tiempos muy remotos-, comenzando por el patrocinio de movimientos y organizaciones que hagan uso de esa metodología execrable, por parte de Estados que forman parte de la ONU. Pero precisamente por eso: la intervención directa e indirecta de Estados que fomentan el terrorismo, observo una casi nula probabilidad de ocurrencia de frenar el uso de ese tipo de metodología en el mundo.
La probable evolución del drama de la violencia terrorista es que habrá de continuar e incrementarse en las décadas por venir, lo que muy probablemente incluye en los peores escenarios el uso de armas de destrucción masiva.
¿ Y ud. que opina ?. Escribanos a periodicocomunidades@gmail.com
|
|
|
|
|
|
|
|
