La naturaleza humana nos hace entender las cosas a partir de nosotros mismos. Cuando nos relatan algún suceso tratamos de concebirlo a través de nuestra propia experiencia. También en la Cabalá y el Jasidismo encontramos que la terminología recurre a términos prestados de lo humano.
La razón es que es esta la única clase de palabras que el hombre puede usar de una manera definible. El hombre es cercano a si mismo.
El año pasado, cuando veíamos las terribles imágenes de Mumbay y osteriormente el film homenaje al Rabino Gaby Holtzberg y su esposa Rivka, me sucedia algo similar. No tuve el mérito de conocerlos personalmente, sin embargo en esa fresca y cálida sonrisa reconocíamos la nuestra. La de nuestros años jóvenes, plenos de idealismo y entrega. En sus palabras, pronunciadas con simpleza y convencimiento, pude identificar a todos los enviados del Rebe que conozco. Porque como si fuese una gran familia, en la que los hermanos se parecen entre si, y aunque los encuentres en lugares distantes del mundo, es posible reconocerlos por sus facciones y decirles: "¡Conozco a tu hermano!". ¡Se nota que son de la misma familia!. También es totalmente plausible reconocer en esa sonrisa, en esa actitud de grandeza envuelta en simplicidad y humildad absoluta, a cada uno de los emisarios del Rebe. Los encuentres en Europa, América, Asia u Oceanía. En ese video casero que algún visitante al Beit Jabad pudo grabar y que pasó a ser un intenso testimonio, queda inmortalizada la belleza eterna del alma judía. ¿Por qué elegir abrir un Beit Jabad en India?. Tan lejos de la familia, de los amigos, de las necesidades básicas, de un judío observante de los preceptos, de las comodidades materiales.
Cuando el camarógrafo le pregunta a Rivky: "¿No es cansador recibir siempre visitas?", ella responde con colosal naturalidad y dulzura: "No. Es hermoso. Y si no... ¿Para qué estoy aquí?". Pero el interlocutor insiste y dice: "¡Pero tanta comida! ¿No es agotador prepararla?". Y ella sonríe y con alegría muestra a sus colaboradores y asegura que no es tan dificil. Gaby, a las mismas preguntas responde: "No lo siento como un trabajo. Es simplemente cumplir con el precepto de Ahavat Israel- Amor a todo judío"
Así de simple: tu vida no es algo personal. Tu vida es estar allí para recibir a tu hermano judío. No importa si es un mochilero israelí que sueña con una comida caliente, un empresario exitoso que requiere de un minián , un turista que desea pasar un Shabat como en casa, o simplemente alguién que quiere charlar y recibir unas caricias en el alma. No hay horarios apropiados, no existen las agendas ni los protocolos.
¿Y los efectos personales?. Se supone que semejante entrega personal deja seguramente un rédito material. Nada puede hablar mas fuerte que las imágenes. Como símbolo de ese desinterés por el beneficio monetario, en las últimas imágenes del film se veía el cuerpo sin vida de Rivky, cubierto por un Talit. Sobre él sus posesiones: un relojito de plástico, unas hebillitas para el cabello y su alianza de matrimonio... todo un emblema.
Ha sucedido una gran tragedia. El odio bestial que supera la lógica deja hogares destruídos, hijos que extrañan a sus padres y que no comprenden por que no regresan. Padres desolados que no pueden hallar consuelo. Para ellos nada volvera a ser como antes.
¿Y para nosotros? . Tampoco debe serlo. Debemos hacer algo para que sus vidas dedicadas integramente al prójimo no hayan sido en vano.
Que su memoria sea un manantial de buenas acciones y de un sin fin de preceptos realizados en sus nombres. Ellos siempre supieron que era lo único que tenía valor. Y nosotros, el resto de los emisarios nos esforzaremos por parecernos más y más a Gaby y Rivky. Para que cuando nos vean actuar digan: "¡Qué parecido que eres a tu hermano!. No hay dudas que son de la misma familia. ¡Tienes la misma sonrisa y el mismo enorme corazón!".
Gentileza : La Enseñanza Semanal
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