Gracias. Una simple palabra pero con tanta energía y potencia a lo largo de la historia de la humanidad. Uno de los estados que atraen mayores bendiciones de salud, alegría, amor y abundancia material, es el agradecimiento. Cuando somos agradecidos con lo que tenemos, quienes nos rodean y las situaciones que vivimos, sean positivas o negativas, experimentamos estados altos de bienestar, tranquilidad y energía.
El agradecimiento es un estado del ser que nos conecta con la humildad desde el corazón. No en vano, desde la Torá se nos dice que la primera acción a realizar al despertarnos es agradecer a Dios por devolvernos el alma y permitirnos un nuevo día. La Torá de esta manera quiere que comencemos el día con mucha energía y la vez conexión con el corazón para vivir a pleno nuestro día. Esto también aplica para la tzedaka. Nuestros sabios explican que cuando aparece una persona con quién podemos practicar el dar tzedaka, no debemos vanagloriarnos de nuestra “nobleza”, sino agradecerle en nuestro fuero intimo, por concedernos la oportunidad de dar.
¿Sos agradecido en tu vida diaria?
Uno de los grandes problemas que tenemos los judíos es sentirnos un poco mas especiales que el resto. De hecho venimos escuchando desde hace siglos que somos el pueblo elegido. A un nivel inconciente esto genera un sentimiento de sentirse especial, por no decir superior. El problema de ello es cuando efectivamente al creérnoslo, obramos en consecuencia. Y ello puede llevarnos a actuar en forma soberbia, creyendo que el resto de las personas debe tratarnos como reyes. La arrogancia es uno de los peores pecados porque conlleva a desconocer y no conectar con nuestros errores, lo cual nos impide recapacitar y ejercer una sana autocrítica desde el corazón. Es ese estado totalmente contrario al de estar agradecido. Y actuar desde allí tiene pésimos efectos en nuestro entorno. Y si alguien tiene dudas, solo observe la gestión de Cristina para aprender las nefastas consecuencias que trajo al país.
Estar agradecido no significa estar satisfecho y resignado con lo que tenemos o vivimos, sino, apunta a ver el lado y sentido positivo de lo que nos rodea, sean situaciones, personas, etc. Implica que ser conciente que ya somos abundantes y que reconocemos que de por sí tenemos muchas cosas para agradecer, que generalmente damos por descontado que existen. Por ejemplo, estamos mirando una luna llena y ni se nos ocurre agradecer a la vida por tamaño espectáculo de belleza. Estamos frente a un hermoso paisaje lleno de verde y solo atinamos a decir “que lindo”. O quizás estamos en una relación conflictiva con una ex pareja, porque todavía hay una lección que necesitas aprender acerca de nosotros mismos y hasta que no agradezcamos por la oportunidad que tenemos para crecer y aprender en esa relación, vamos a seguir peleándonos. El Baal Shem Tov, fundador del Jasidismo, decía que si tenemos enfrente una persona que nos desagrada o genera rabia, debemos agradecer a Dios que nos haya enviado una persona que refleje claramente nuestro lado oscuro que tantas veces no queremos ver y de esta manera podremos aprender una valiosa lección para crecer.
La falta de práctica de agradecer a viva voz, genera un estado de insatisfacción, amargura y resentimiento con la vida y las personas. No es casualidad que no solo la Torá sino todas las ramas espirituales de los pueblos a lo largo de la historia, hayan enfatizado el valor capital de ser agradecidos.
¿Por qué es tan importante tener una actitud agradecida en tu vida?
El acto de agradecer o sentirnos agradecidos nos coloca en una posición de receptividad para toda clase de bendiciones. Agradecer constituye la base de cualquier práctica espiritual debido a que conlleva a aceptar y sentirnos contentos que lo que sucede está para ayudarnos, no para perjudicarnos. Como decía sabiamente Rabi Akiva: “También esto es para bien”. En la práctica una persona agradecida se vuelve generosa y comienza a dar desde el corazón: tzedaka, afecto, regalos, donaciones, servicios. Y ello tiene un efecto de rebote energético que hace que vuelva a su vida más de lo que da. El resultado final es que esa persona comienza a fluir en su vida, relaciones y capacidad de generar dinero.
Si realmente deseamos realizar cambios en nuestra vida como tener más placer, riqueza material, amistades y amor, el agradecimiento es la base para ello. Es importante entender que esta capacidad de ser agradecido se puede entrenar y desarrollar en nuestra vida. Y los resultados son asombrosos. Es solo cuestión de probar y decir… ¡Gracias!
(x)– Psicólogo Clínico, escuchelo todos los lunes a las 20 hs. por FM Palermo.
psicoholistica@hotmail.com
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