Hace 60 años, José Moskovits, sobreviviente del Holocausto, peleaba en una de las guerras más importantes de la historia del pueblo judío: la de la independencia y renacimiento del estado judío. En una entrevista exclusiva con Comunidades nos cuenta sus vivencias y sentimientos en esos dramáticos días .
A sabiendas de la finalización del Mandato Británico sobre Palestina( nombre cartográfico de Israel ), el 14 de mayo de 1948 en una rápida ceremonia en el Museo de Arte de Tel Aviv, David Ben Gurion declaraba la independencia de Israel: “En el año de 5657 (1897), respondiendo al llamado del padre espiritual del estado judío, Teodoro Herzl, se congregó el Primer Congreso Sionista que proclamó el derecho del pueblo judío a la restauración nacional en su propio país”.
José Moskovits, Presidente Honorario de la Asociación Israelita de Sobrevivientes de la Persecución Nazi en la Argentina (Sherit Hapleitá) y Vicepresidente de la “World Federation of Jewish Fighters, Partisans and Camp Inmutes”, nos contó su participación en la Guerra de la Independencia del Estado de Israel.
- ¿Cómo fue su llegada a Israel ?
Salí en septiembre 1947 de Napoli, Italia, con el barco “Af Al Pi Jen” (“a pesar de todo”). Se llamaba así porque era el primer barco después del “Exodus”. Cabían más o menos 100 personas, pero viajaban 400 y había sólo 4 literas. Durante el día no se podía subir a cubierta para evitar que los aviones ingleses descubrieran la verdadera carga del barco que estaba declarado como buque de carga de carbón bajo bandera turca. Solamente de noche salíamos por turno. Ya muy cercano de la orilla palestina, a unos 8 kilómetros, fuimos descubiertos por la flota británica. Nos encontramos con un destructor inmenso que nos hacía parecer un juguete. Hubo una breve pero fuerte resistencia de parte nuestra, tirábamos conservas y carbón. De nuestro lado hubo un muerto y varios heridos. La marina británica nos abordó y nos llevó a Haifa donde entregaron al joven asesinado, sobreviviente de la Shoá de Hungría. Los heridos y enfermos fueron llevados al hospital en Haifa, y el resto en un barco de prisioneros (¡con rejas!) a Chipre.
- ¿Cuánto tiempo estuvo prisionero?
Estuve en el campamento para jóvenes con mi grupo de unos 40 muchachos, todos sobrevivientes de la Shoa. Las carpas donde dormíamos eran “tan buenas” que había que ponerles piedras grandes encima y sostenerlas cada vez que llovía o el viento soplaba un poco más fuerte.
El 26-12- 1947 nos liberaron y nos llevaron al campamento militar británico de Atlit en Palestina. Al otro día unas tanquetas de la policía británica nos acompañaron al kibutz Ein Harod porque las luchas eran duras entre árabes e ingleses y la gente de la Haganá, Etzel, entre otros.
- ¿Cómo fueron las batallas en aquel momento?
Fueron una cadena de luchas diferentes que se inició con mi entrada a la Haganá en el jativá (división) alef, g’dud (batallón) alef, posteriormente denominada la división Golani que era una de las unidades elites del ejército israelí. Participé en diferentes batallas clandestinas, especialmente en el frente norte, hasta que en mayo 1948 fue proclamado el Estado . Entre otras, estuve en la liberación de Bet Shean donde capituló un batallón de soldados iraquíes. La historia de esta capitulación es sumamente interesante. Aproximadamente a 7 kilómetros de Bet Shean había un campamento militar británico de paracaidistas. Días antes de la proclamación de la independencia los británicos se habían retirado, así que pudimos ocupar este lugar. Constatamos que la línea telefónica subterránea desde el campamento a la jefatura de policía de Bet Shean, donde se encontraba la comandancia del ejército iraquí había quedado intacta. Los habitantes de los kibutzim alrededor de Bet Shean se habían puesto a disposición del nuevo ejército israelí y del Palmach. En los talleres de los kibutzim se fabricaron unos cuantos aparatos que parecían cañones de alto calibre y alcance. Con tractores y camiones pesados pusieron los “cañones”, bien camuflados, en posiciones estratégicas. Como Bet Shean quedaba en un punto alto, los árabes vieron todo el movimiento. El “día D”, justo a medianoche, llamamos a la comandancia iraquí diciendo que si no capitulaban destruiríamos toda la ciudad con nuestras armas. Tiramos un sólo tiro del único mortero que teníamos, uno de 13 pulgadas, y con tan buena suerte que dio justo en el edificio de la jefatura. Eso fue suficiente para que saliera el Consejo de Ancianos a presentar la capitulación de la ciudad. También participé en la liberación de Nazareth y en las batallas en el Monte Gilboa.
¿ Recuerda alguna batalla en especial ?
Con especial placer recuerdo la lucha por la liberación del kibutz Mishmar ha’Emek, sitiado por las tropas irregulares palestinas de Fauzi el Kaudgi, predecesor de Arafat. El kibutz había quedado incomunicado. Yo salí de noche con mi grupo a romper el cerco. Así reestablecimos la comunicación telefónica entre el kibutz y Ramat David, ex aeropuerto militar británico.
El 14 de mayo de 1948, José Moskovits escuchaba a David Ben Gurion pronunciar las siguientes palabras: “Eretz Israel ha sido la cuna del pueblo judío. Aquí se ha forjado su personalidad espiritual, religiosa y nacional. Aquí ha vivido como pueblo libre y soberano; aquí ha creado una cultura con valores nacionales y universales… DECLARAMOS que, desde el momento en que termina el Mandato, esta noche, víspera de Shabat, el 6 de iyar, 5708 (14 de mayo, 1948) y hasta el establecimiento de las autoridades electas y permanentes del estado, de acuerdo con la constitución que habrá de ser adoptada por la Asamblea Constituyente a ser elegida, a más tardar el 1º de octubre de 1948, el Consejo del Pueblo actuará en calidad de Consejo Provisional del Estado y su brazo ejecutivo, la Administración del Pueblo, será el Gobierno Provisional del estado judío, que se llamará `Israel´”.
¿Cómo sintió la declaración de la independencia ?
El día de la declaración estabamos en Afula con mi grupo de comunicaciones de unas 12 personas donde vivimos el primer bombardeo por un avión iraquí que trataba de eliminar un nido de ametralladores sobre el techo de lo que había sido la jefatura de policía británica. No tuvieron exito pero como habían sido bombas incendiarias, se prendieron fuego dos edificios alejados del centro. Nosotros estábamos estáticos y orgullosos y la moral estaba alta. Miedo no había, tampoco había armas para todos al principio pero con el tiempo conseguimos como botín de los árabes y a través de ayuda del exterior ,armas suficientes para todos para convertirnos en un ejército, sobre todo de moral alta. ¿Cómo ibamos a temer después de haber sobrevivido a los nazis ?
No hay palabras para expresar lo que sentimos cuando en la base militar por radio escuchamos la declaración . Nos sentimos como en tiempo de los macabeos.
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