La reciente guerra entre Israel e Irán en el frente de batalla del Líbano dejó muchos frentes abiertos, consecuencias imprevisibles y no pocos problemas también para los judíos de la diáspora en especial los argentinos que ya han sufrido al Hezbollah.
La forma en que Israel se defendió de las agresiones del Hezbollah despertó un coro de protestas por la "desproporción" del operativo israelí. A la cabeza de los protestones tomaron la punta los típicos judíos antisionistas, renegados de su identidad,que se transformaron en los tontos útiles de ciertos medios que quieren mostrar que no son antiisraelíes porque se referencias en estos intelectuales judíos en verdad funcionales al antiisraelísmo.
Al igual que durante los años duros de la segunda intifada, cuando la lucha israelí contra el terror palestino engendró el antijudaísmo islámico en Europa, ahora este fenómeno comienza a aparecer en la distante Latinoamerica en particular en la Argentina.
Por primera vez, en forma organizada, hemos visto manifestaciones de sectores de la comunidad árabe en la Argentina en una alianza bastante absurda con la ultraizquierda "desunida" y boba de la Argentina que siempre es selectiva en defensa de los derechos humanos. Que en marchas de la izquierda hayan aparecido banderas del Hezbollah, organización que mató argentinos en los atentados contra la embajada y la AMIA-DAIA, no despertó en ellos ninguna contradicción. Pegatinas de carteles comparando al gobierno israelí con la dictadura militar ne se hicieron esperar y sepultaron rápidamente a los carteles bien intencionados de una ignota organización de jóvenes judíos. Amenazas a dirigentes judíos,en especial del Interior,llamados telefónicos, e-mail amenazadores, programas de TV con el siniestro sheij judeofobo, más insultos en la calle contra los judíos que usan kipá o sombrero negro, completaron este panorama.
Por supuesto no podria dejar de citar a los filo-nazis de izquierda boba de Quebracho, socios ideológicos del Hezbollah.
La comunidad judeo-argentina esta preocupada por la presencia del Hezbollah en el país y los hechos le dan la razón.Banderas del Hezbollah en Córdoba y Cap. Fed., abanderados del Hezbollah en medios de comunicación,dineros de argentinos de origén libanés para que el Hezbollah reconstruya el Líbano(y de paso desvie fondos para la compra de misiles), un programa árabe odioso como El Aljibe en el canal 7 estatal donde se vomita odio antijudío en nombre de la defensa de la causa árabe y todo ello en el marco de una política exterior argentina antiisraelí y genuflexa a las locuras de Chavez el socio del Ahmadinejad hitleriano.A esto debemos sumarle el hecho que la comunidad judeo-argentina le sumó su apoyo a Israel en forma tardía y escasa lo que precipitó no pocos enojos del gobierno israelí con la conducción comunitaria de las instancias centrales.
La reciente guerra entre el Hezbollah e Israel golpeó como pocas veces la precaria tranquilidad de los judíos diaspóricos. Algo ha cambiado para siempre por estas tierras profundizando la soledad y la identidad de los judíos argentinos. No se ve a corto plazo ninguna posibilidad de que esto cambie.Un nuevo problema en una agenda algo ya abultada
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