“Camino a Damasco” es el nombre de la nueva exposición del artista plástico Víctor Chab, que se exhibe en el ¨ AMIA Espacio de Arte ¨, durante el mes de octubre de 2005.
El título no es azaroso. El Medio Oriente con su halo de misterio remite a leyendas fantásticas con lámparas, alfombras y Ali Babás. Damasco debe su nombre a las sedas brocadas así llamadas, cuya fabricación data de tiempo inmemorial. Pero la realidad es que ese título nos lleva a la tierra de los antepasados de Víctor Chab, nuestro artista judeosefardí .
De su condición y orgullo judíos podemos testimoniar, tomando algunos ejemplos al azar: una obra suya donada hace varios años a la Embajada de Israel o a través de sus emotivas palabras en oportunidad de asociarse a la AMIA y hoy, en este noble gesto de entregar a la Kehilá una importante, valiosa y hermosa creación plástica.
Tuve un encuentro con Victor hace cinco años, en circunstancia de haber sido invitados por el Agregado Cultural de la Embajada Griega en la Argentina, Spiros Vergos, a la presentación de su libro de poemas ¨Raíces en el Tiempo¨, primero en la Legislatura de la Ciudad y luego fuimos invitados, a festejar dicho acontecimiento, en un restaurant griego.
Entre brindis y brindis, lejaim y lejaim, así como entre baile y baile, rompiendo infinidad de platos, de acuerdo a la tradición y al folklore griegos, y entrando casi en éxtasis, me revelaba con entusiasmo sus orígenes tradicionales judíos, la casa de sus padres y familiares con una devoción y emoción que llamaban la atención.
Cuando nos reencontramos en AMIA, con nostalgia y fervor recordamos aquellos momentos. Así que, estimado Victor Chab, muchas gracias por hacerme disfrutar de tanta sensibilidad.
El título de la exposición que hoy presentamos en AMIA, alude entonces, a una vuelta a los orígenes, a un regreso a las fuentes y en ese retorno, al reencuentro con lo ancestral.
Todo parece unirse en esta evocación originaria. Sus cuadros son imágenes sub-reales formadas por fragmentos, recortes, retazos de mundos lejanos entremezclados, que puestos a rodar por las calles de Buenos Aires generan una identidad: la de Víctor Chab y su particular forma de expresarse. Con variados trozos de tela de diferentes texturas va armando un nuevo registro de obras, coloridas, desordenadas y con la musicalidad de un mercado judío en el camino a Damasco.
Se podría pensar que los judíos nos unimos en la diáspora en torno a la ¨Kehílá¨, conformando una unidad a partir de la díversidad de nuestros orígenes. De esta manera, Chab va componiendo un rompecabezas que sólo su imaginación conoce y con absoluta libertad reúne formas y colores en una nueva expresión plástica.
Víctor Chab posee una nutrida trayectoria: Fue invitado en dos oportunidades a participar de la importantísima ¨Bienal de Venecia¨, también participó en el Premio Di Tella. Obtuvo el Premio Internacional Rubén Darío en Nicaragua y el Premio María Calderón de la Barca en Buenos Aires, tan sólo por citar algunas referencias de su vasto recorrido plástico.
AMIA se complace de poder exponer en su Espacio de Arte la obra de este admirable artista, maestro y formador de jóvenes talentos, que viene cosechando sin pausa un merecido reconocimiento.
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