En Washington hay preocupación por un nuevo tipo de amenaza proveniente de Irán y Corea del Norte: un ataque misilístico- nuclear al espacio que complique el accionar de decenas de satélites espías de comunicación y navegación aérea.La pesadilla tan temida.
El título Ataque Nuclear al Espacio parecería como tomado de un estante de libros de ciencia ficción de Asimov. Sólo que esta vez no se trata de la mente febril de un escritor sino una proyección atemorizante que preocupa en los últimos años al Pentagono.
Según una investigación de Karl Muller y Alvín Eris, del Instituto de Investigación Estratégica de California, Occidente debe prepararse para un ataque nuclear direccionado no sobre objetivos terrestres sino contra las decenas y decenas de satélites que orbitan sobre el globo.
"No hace falta impactar en el satélite",dicen. Es que alcanzaría con hacer explotar una cabeza nuclear a 150 km de altura para desorbitarlos y dañar sus sistemas.La radiación nuclear complicaría el sistema electrónico de estos satélites. Según Muller la explosión causaría un anillo radiactivo que podría paralizar al satélite por completo. La mayoría de los satélites en órbita no estan preparados para semejante dosis radioactiva.
El país má dañado por este tipo de ataques orbitales serían los EE.UU que tienen 250 satélites en órbita. "Un ataque así no paralizaría por completo a EE.UU. que tiene todo tipo de satélites dispersos en la estratósfera pero podría ser un golpe para el poder militar norteamericano basado en la orientación de los sistemas satelitales",dice Muller.
A pesar del fin de la Guerra Fría y los recortes presupuestarios en los planes de seguridad en la era Clinton, los norteamericanos conocen muy bien los peligros existentes en esa área.
El general Rolf Hilberarth, director de Defensa Aérea de EE.UU. en el Espacio dijo que su país depende en el espacio de las comunicaciones "y por lo tanto debemos hacer los esfuerzos máximos para defender los satélites y evitar la creación por parte del enemigo de un nuevo escenario bélico",
Los dos investigadores, Muller y Eris, difundieron su artículo en la revista Atlantic y ambos puntualizan los peligros de una guerra de las Galaxias como lo avisoró el presidente Ronald Reagan sólo que este consideraba como enemigo principal a la URSS.
El Almirante Thomas Wilson, director de Inteligencia del Pentagono, advirtió sobre los nuevos escenarios. "Los rivales de EE.UU. tendrán capacidad operativa para dañar los sistemas satelitales de EE.UU. ya en el año 2010". dijo. Muller considera que es una visión muy optimista."En sólo 5 años no sólo China y Rusia podrán atacar los satélites sino también Irán, Pakistan y Corea del Norte",dice.
La teconología para un ataque así ya es conocidad en varios países.Según Muller los componentes necesarios para un ataque de este tipo estan disponibles con la capacidad nuclear primitiva con que funcionan algunos misiles".
Pakistán, el primer país islámico en poseer armamento nuclear, ya probó con éxito esta tecnología. Corea del Norte ya tiene armas nucleares y continua su carrera armamentista.Irán tiene problemas para explicar su desarrollo nuclear que no tiene que ver con fines pacíficos. Su misil Shihab 3 probado con éxito, puede llegar al espacio con una carga nuclear. Corea del Norte posee el misil Donong que es el padre de la teconología misilística pakistaní e iraní."La ventaja de un ataque así a los satélites"dice Miller, "radica en que un ataque de este tipo causaría un daño grave a EE.UU. pero no una devastación como un ataque global en tierra, acción que presupondría una devastadora respuesta norteamericana. El ataque a los satélites podría compensar la desventaja estratégica de estos países frente a EE.UU. y sus aliados y lentificar su respuesta".
De acuerdo a hipotesis de guerra de los norteamericanos se fijaron varias posibles formas de defensa frente a esta nueva amenaza: la primera impedir que esta teconología superior llegue a los países hostíles, algo que en estos días parece imposible a pesar de los esfuerzos de Bush. Otro camino sería aumentar la disuasión militar junto a la creación de un sistema misilístico defensivo contra los misiles rivales pero la falta de estos dispositivos cerca de los sitios de lanzamiento implica la imposibilidad a corto plazo de impedir el daño a los satélites.
Abi Ar Even, director de la Agencia Espacial israelí, dice que la amenaza es real y posible "aunque parezca de ciencia ficción". "El equilibrio estratégico de fuerzas es muy cambiante y cuando más desarrollado en lo tecnológico es un país, más peligros soporta",agrega. "La guerra del Golfo es un ejemplo de ello ya que los satélites americanos tuvieron un rol decisivo en cada etapa. De hecho la guerra que se libró en tierra se condujo desde el cielo",dice.
Israel tiene hoy en el espacio 4 satélites independientes. El satélite espía Ofek 5, el de información Amós, el comercial Arus y un satélite experimental operado desde el Tejnión. Sin embargo depende de EE.UU para información,. navegación y comunicaciones. Fuentes de defensa de Israel estiman que un golpe al sistema satelital americano puede dañar la operatividad del ejército israelí.Respecto a dañar satélites israelíes el riesgo es pequeño debido al escaso número de satélites y por eso es que Israel aún no tiene una estrategia defensiva.
La inteligencia norteamericana no comparte los temores de Muller. Según ellos el daño a un satélite sería casual. Muller dice que países como Irán y Corea del Norte son impredecibles" y es imposible saber que pueden hacer".
A pesar de la discusión acerca de la capacidad o no para impactar en los misiles en una cosa estan de acuerdo los diversos especialistas:La lucha en el espacio es inevitable y esta cercana. El gobierno de Bush piensa que la importancia del dominio del espacio sería decisiva para las operaciones militares.Debido al golpe que recibió con la caída de las Torres Gemelas, la administración Bush creó hace algo menos de dos años una comisión para Asuntos Espaciales que esta dirigida por el Ministro de Defensa Donald Rumsfeld que expresara: "EE.UU. no puede permitirse recibir un nuevo Pearl Harbour esta vez no en el mar sino en el espacio".
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