El pasado 6-11, casi coincidiendo con un nuevo aniversario de La Noche de los Cristales de 1938, aparecieron en el cementerio israelita de Ciudadela furiosas y prolijas pintadas antisemitas reivindicatorias del nazismo. Las mismas fueron hechas sin apuro alguno y la policia que debia custiodar el lugar, como es ya casi una costumbre en hechos similares o más graves, no estaba en el momento de la agresión. No se trataba de pintadas espontáneas sino reivindicadas por un autodenominado movimiento Walter Darre, un biólogo argentino que se radicó en la Alemania nazi llegando al cargo de Ministro de Agricultura. También hubo pintadas nazis en el frente de la escuela Maimónides y las hay en otros muchos lugares del país. De hecho las hubo en el cementerio israelita de Mar del Plata y hasta hubo szvásticas en los lookers de laguna importante escuela no judía.Todo esto sucede en un contexto socio-económico grave de la Argentina donde a pesar de cierta reactivación económica subsisten ,como nunca ,grandes sectores sociales hundidos en la miseria por las políticas económicas del menemismo, cavallismo y duhaldismo, hecho que de por si suele ser caldo de cultivo del antisemitismo. Por otro lado estos agravios antijudíos se dan sobre el trasfondo de una agresión racista que sufriera el rabino Daniel Dolinsky, de la comunidad judía de Santa Fe, cuando participaba de un debate sobre temas de bio-ética en un claustro universitario de Entre Rios. "La Argentina es católica y los judíos se deben ir del país",recibió como insulto el rabino de parte de un grupo de neo-nazis organizado. Por otro lado emerge la "disculpa" de la Legislatura porteña hacia la legisladora Mirta Onega a la que se abstuvo de sancionar a pesar del comprobado maltrato racista a un empleado judío. No podemos dejar pasar por alto que en un claro indicio del origen de la violencia juvenil en nuestra sociedad, los psiquiatras que evaluan a Junior, el joven que mató a los compañeros en la escuela de Patagones, surge que era un admirador confeso de Hitler y el nazismo. Esto bien podría complementarse con el retorcido guión racista del programa televisivo Mosca y Smith que hasta hace poco hacia recaer todo lo malo del barrio del Once sobre judíos ortodoxos, bolivianos, coreanos y peruanos por igual.
Todos estos casos "coincidentes" y agrupados parecieran demostrar que a mas de 20 años de recuperada la democracia en la Argentina subsisten en la mentalidad popular y en estructuras de poder y de seguridad, pensamientos antijudíos y racistas incompatibles con la esencia de una sociedad plural y democrática. Tenemos todos los indicios para pensar que por encima de estos hechos "aislados" hay centenas de casos de racismo y antisemitismo que no han logrado la trascendencia por no hacerse eco de los mismos los medios masivos de comunicación. Urge que se implementen entonces cambios en la endeble legislación antiracista vigente, que sirve de muy poco,se trabaje más sobre la toma de conciencia social del mal racista y que la lucha contra la discriminación sea parte de la curricula educativa de todas las escuelas del país. Sólo así podrá aislarse a este virus que rebrota generando enfermedad en todo el cuerpo social. A poco de cumplirse el 70º aniversario de la DAIA, estos temas debería figurar en el orden del día de la entidad.
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