Por 4 años los nazis dominaron Paris bajo el ominoso silencio de la mayoría de sus habitantes.Sólo cuando los aliados llegaron a sus puertas la Resistencia se sublevó salvando el honor perdido de la capital sometida. Con el avance de los libertadores, Hitler ordenó la destrucción de la ciudad.Para suerte de Paris, el comandante alemán se negó a cumplir la orden. De la Francia de ayer a la de hoy.
A los franceses les gusta festejar. Y mucho; y con buen vino. Francés, owi.Sin embargo, los recientes festejos por la liberación de Paris estuvieron impregnados de alegría y preguntas no resueltas.Un festejo envuelto en historias de heroísmo y cobardía por igual.Es que aún hoy no pocos se preguntan porque Paris se rebeló tan tarde. Es más, cuando en Paris se queman sinagogas o se profanan cementerios, o crece el extremismo xenófobo bien pueden buscarse algunas raíces en la Francia de ayer.
Paris festejó su liberación teniendo en cuenta que logró salir casi indemne de la guerra por lo menos si la comparamos a Londres, Roterdam, Dresden y otras ciudades europeas.
Los nazis habían puesto explosivos bajo los puentes que cruzan el rio Sena con la intención de volarlos con la llegada de los aliados. A último momento, por motivos desconocidos, Dietrich Von Schtolentz, comandante militar nazi de Paris, decidió no ejecutar la orden y se rehusó a atender un llamado histérico de Hitler que desaforado preguntaba: "¿Arde Paris?".
A principios de agosto de 1944 Hitler envió un telegrama secreto a Schtolentz:"La pérdida de Paris implicará la pérdida total de Francia. Hay que actuar con dureza contra todo indicio de rebelión.Hay que destruir los puentes sobre el Sena. Paris no puede caer en manos aliadas. Los aliados sólo deben encontrar ruinas".
Hitler visitó una sóla vez la ciudad luz.Lo hizo durante tres horas del 23-06-1940 a una semana de conquistarla. Von Schtolentz, un brutal general que arrasó Rotterdam era uno de los oficiales más fieles de Hitler. Hitler confió en él para llevar adelante una política de tierra arrasada. Schtolenz aplastó todo intento de rebelión en forma sanguinaria pero tuvo miedo de cargar para la posguerra con la destrucción de la ciudad de la cultura. El general se rindió y fue conducido en cautiverio.En apariencias canjeó su vida por Paris. Nunca fue ejecutado a pesar de ser un criminal de guerra.
La historia sobre la conquista y liberación de la ciudad es muy compleja. El historiador americano Robert Paxton, que escribiera el libro La Francia de Vichy, fue el primero que se dedicó a estudiar la colaboración de los franceses con los nazis. Allí devela como 45.000.000 de franceses fueron dominados por tan sólo un ejercito que llego a sumar 50.000 soldados. En su libro Paxton comprueba que el famoso Mariscal Petain, líder de la Francia de Vichy aliada de los nazis, recibió apoyo de la élite francesa. Hasta la aparición de su libro en 1970 ningún serio historiador francés quiso preocuparse del tema. Paxton mismo describe en su libro las dificultades que encontró con los archivistas franceses.
"Francia se opuso a la conquista",dijo en su momento el mítico Charles De Gaulle pero en verdad este tenía el apoyo sólo de una minoría con sede en Londres. En un documento dice De Gaulle que el también esperó que toda Francia se sumara a la resistencia "pero sólo se sumaron los judíos y algunos más". De Gaulle obviaba a los comunistas a los que detestaba por ser competidores del poder. Es más, De Gaulle hizo lo posible para retrasar una revuelta comunista.Daba la impresión que la mayoría de los franceses intentaba pasar la guerra en calma. Francia fue liberada por los aliados y por una pequeña fuerza de franceses libres. El historiados inglés Julian Jackson difundió en el 2000 su atrapante libro "Francia bajo conquista" en la que describió la famosa visita de Petain a la iglesia Notredame de Paris en abril de 1944, pocos meses antes de la liberación. "Cuatro meses más tarde las mismas masas que en la catedral vivaron a Petain, vivavan a De Gaulle". Si bien es cierto que la cantidad de gente era mayor, para el historiador Petain también fue representativo de los franceses. De Gaulle eternizó la liberación de Paris con la famosa frase emitida hace 60 años. "Paris golpeada; Paris quebrada; Paris torturada; Paris liberada".
Desde entonces la visión de los hechos es compleja. En los últimos años Francia ha vuelto a encontrarse con su complejo pasado. Jacques Chirac fue el primer presidente que admitió la responsabilidad francesa en muchos de los crímenes de los nazis. 1700 soldados y civiles franceses muertos costó la ocupación de la ciudad. Es peligroso comparar esos tortuosos días negros de la conquista nazi con la ola antijudía que invade el país desde los últimos tres años. El renovado antisemitismo, ahora islámico, muestra el pasado que se niega a morir.Los festejos de la liberación debieran complementarse con el necesario balance.
Natalio Steiner
co-director de Comunidades
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