A usted le habrá pasado más de una vez de entrar a un supermercado a buscar un producto, y salir comprando otro. Pues bien, esto me sucede a mí hasta cuando voy a escribir mi columna: tengo idea de desarrollar un tema, y de pronto los acontecimientos me llevan a considerar otro.
Un día antes de imprimirse el periódico, llega a mis manos un volante promoviendo "grupos de reflexión para parejas de orígenes culturales diversos -matrimonios mixtos-" denominado "Shaar" (entrada). Los mismos se presentan como "espacios de libertad y protección abiertos a las dudas y creencias de cada uno sin condicionamientos ni obligaciones" tanto para parejas como para padres cuyos hijos han formado una pareja mixta, y luego invitan a comunicarse con un representante (indica nombre y teléfono) en cada una de estas instituciones: B'nai B'rith, CIRA (más conocido como el Templo de la calle Libertad), Club Náutico Hacoaj, Comunidad Bet El, Comunidad Gran Templo de Paso, NCI - Emanu-El - Wolfsohn, Comunidad Pardes, Sociedad Hebraica Argentina. La propuesta cuenta con la participación del Joint, e informan la dirección en internet. Ingresando a dicha página, se lee que Shaar es un programa dedicado a trabajar con "parejas interconfesionales o interculturales", reemplazando a la expresión "matrimonios mixtos" que es "más imprecisa y cargada de significación negativa. Un matrimonio siempre es mixto, siempre implica trabajar para encontrarse en las diferencias y más allá de ellas". Está orientado a dos grupos: asistir a los individuos y a las parejas creando un "espacio confiable, de libertad y protección abierto a las dudas y creencias de cada uno para revisar estereotipos y abrirse a nuevos comportamientos que favorezcan una mejor calidad de vida en el intercambio cotidiano"; y a los padres, ya que "en muchas familias se disparan temas y situaciones inesperadas cuando jóvenes criados como judíos (?) deciden formar pareja con un no judío. Pueden aparecer sentimientos de pérdida, ira, herida que conviene elaborar y compartir con otros". Por otra parte, en el sitio se citan artículos escritos por personas que formaron matrimonios mixtos, y finalmente se señala que la Torá "incluye distintas posturas en relación a los casamientos interconfesionales", aclarando que hay "declaraciones en contra" y "posiciones positivas".
Así como en el Estado de Israel las estadísticas han marcado que fallecen más ciudadanos por accidentes de tránsito que por las guerras, también sabemos que la asimilación es un flagelo que ha generado la pérdida de tanta cantidad de familias judías que se habla de ella como el "holocausto silencioso". El matrimonio mixto, más allá de cualquier eufemismo con que se lo quiera llamar, es la consecuencia, el efecto, la materialización de la asimilación. La continuidad judía sólo se puede ver asegurada con educación judía, con el estudio de la Torá, con la práctica de las mitzvot, con la observancia de nuestros preceptos y tradiciones.
La aparición de este programa Shaar constituye una directa promoción del holocausto silencioso, ya que elabora una dialéctica engañosa para que suene armoniosamente a los oídos de los judíos que se alejaron de sus orígenes, y lo que es más grave aœn, pretende justificar con testimonios y citas bíblicas una actitud absolutamente opuesta a la esencia misma del judaísmo.
La circunstancia que el programa está organizado por instituciones de la comunidad refleja a las claras la importancia de la educación judía que señalamos anteriormente. Mucha gente supone que prescindiendo de esta formación para sus hijos, y enviándolos a entidades que le den el "marco" o el "ambiente" para compartir con otros de su mismo origen, alcanza. La confusión es mayor cuando dentro de este programa se habla de jóvenes que han sido "criados" como judíos. ¿Dónde han sido criados? ¿Qué se les transmitió en su hogar? ¿A qué instituciones fueron?
Cuando los clubes, sinagogas, escuelas, generan un mensaje que se contrapone con la observancia de los preceptos, cuyas prácticas son opuestas a lo que claramente dice la Torá, terminan siendo nocivos porque no sólo transmiten una idea del judaísmo errónea, que luego es más difícil corregir, sino que llevan a la asimilación -a pesar de que se diga ingenuamente que en ellas la persona se cría "como judío"-.
Nuestros dirigentes deben advertir el grave error en que están incurriendo, sea al sostener u organizar actividades que tienden a la asimilación, o al apoyarlas financieramente. Las personas que se han alejado del camino de la Torá lo han hecho por su propia voluntad, y saben a qué se exponen. Debemos comprender que los esfuerzos deben ser volcados en mantener a los que están adentro, a quienes eligen y se comprometen con nuestra continuidad. Para ello hay numerosas instituciones donde se reza, se estudia Torá, se preparan docentes, se brinda ayuda social.
La mejor medicina es la que previene las enfermedades. La ayuda más eficaz para el matrimonio mixto es trabajar para que cada integrante de nuestra comunidad pueda fortalecer sus convicciones, y cada padre y cada madre puedan ver a sus hijos en la Jupá.
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