Posiblemente ningún otro termino esta más en boga que la palabra democracia. Si uno midiera la situación mundial a través de los juramentos democráticos, nuestra generación viviría en el mejor de los mundos imaginables. "Pero las cosas no son así". La frase corresponde a la "Ópera de las Tres Monedas" del famoso autor austrogermano Bertold Brecht. Un moralista en sus obras pero en los hechos un eximio admirador, más
allá de la muerte de aquel, del sanguinario dictador soviético Josef Stalin. Brecht puede pasar de este modo casi como un símbolo de las contradicciones y hasta de las falacias que pululan entre las clases líderes contemporáneos, cuyas obras por más notables , importantes que hayan sido, como es del caso con Brecht, no condicen con sus
conductas y pensamientos en la vida real.
Pero el tema de este comentario no es por cierto Bertold Brecht. La cita de su famosa frase acerca de las diferencias entre teorías y realidades tiene particular vigencia para el tema democracia y más importante todavía respecto de la situación judía. El mundo est
lejos de vivir en democracia y -nos guste o no- tanto Israel como la diáspora judía deben amoldarse a esa verdad. Lo vemos a diario que hasta los lideres más insospechados de simpatías nazis y/o antisemitas no logran abstraerse de la necesidad de asumir, al menos
respecto de Israel, posiciones unilateralmente favorables a los detractores del Estado Judío. No es seguramente ni el más importante ni el más grave hecho en ese contexto, que el mal llamado "Embajador" palestino, que pulula entre nosotros usando un titulo que NO corresponde y de una libertad que no tiene legalmente, se mueve sin ser molestado con un accionar antijudío. Pero es un hecho emblemático de la mala condición en que
tenemos que vivir. Y es más cuestionable aún que sin sonrojarse ese mismo representante del terrorismo pudo afirmar recientemente con motivo de la Navidad cristiana, que Jesús era palestino y que hasta ahora ninguna autoridad cristiana se molestó en contradecirle
y, más importante aún, en rechazar esa intentona de mal usar la figura de Jesús para viles motivos políticos. La curiosa aseveración del "Embajador" (de un Estado aún inexistente) recuerda hechos registrados en la época nazi, cuando algunos curas y/o pastores cristianos sostenían que, "si Jesús viviría llevaría uniforme de las SS y una ametralladora en la diestra". Como se puede apreciar fácilmente, la estupidez humana se mantiene a lo largo de las generaciones - tanto por parte de aquellos que la practican como de aquellos que la toleran.
En la pasada Navidad el Papa, una figura relevante y contemporánea seguramente digna de todo respeto, brego con emoción por la paz del mundo y contra toda forma de discriminación. Menciono particularmente al conflicto del Medio Oriente, del que dijo, que es solucionable con solo buena voluntad y mesura de las partes en conflicto. Un
concepto con el que todos podemos coincidir. Pero lo que el Jefe de la Iglesia Católica NO dijo es, como se puede lograr esa posición de moderación y buena voluntad. Es que ni Juan Pablo II ni los tantos otros lideres de nuestros días se atreven de tomar al toro por las astas y señalar a aquellos que con sus actitudes abortan, cada vez que hay amagos de un acercamiento de partes, las posibilidades de éxito. Y en ese sentido el Papa y/o el Vaticano est n en falta: Por ejemplo hace dos o tres años en ocasión de la visita papal a
Siria el Presidente de aquel país No tuvo empacho de repetir una de las mas repugnantes falacias antijudías esgrimidas muchas veces a partir de la Edad Media: El Presidente Bashir Assad declaró durante la visita papal que "los judíos usan la sangre de niños cristianos para preparar las mazot de Pésaj". Tal barbaridad se pudo leer hasta
entonces en los tiempos modernos tan solo en el ominoso periódico nazi "Der Strmer" del maldito Julius Streicher, ejecutado en 1946 como criminal de guerra luego de los juicios de Nuremberg. En boca del Presidente sirio esa aseveración es doblemente repudiable, por cuanto el Sr. Assad no es, como su padre y antecesor, un camellero arribado al poder sino un personaje educado en Europa y médico oculista graduado en Gran Bretaña. Una persona al fin y al cabo de la que se puede esperar que sea dueña de cierto nivel cultural, que le imponga límites hasta dentro de sus ideas odiosas. Pero lo que es tan grave como el hecho de marras en sí, es, que hasta hoy NO se conoce un rechazo papal y/o vaticana de tamaña barbaridad y provocación, ni tampoco reacciones ante esos hechos de las partes judías, que tanto se esmeran en buscar la cercanía del Vaticano.
Y tenemos a importantes círculos y personalidades judías que más que preocuparse por las fechorías del terrorismo palestino se esmeran en atacar al Premier israelí Ariel Sharon y su política. Así leímos días pasados en el diario "La Nación" de esta Capital una extensa nota del famoso director de orquestas argentino-israelí Daniel Barenboim
con fuertes criticas contra la política israelí en los territorios palestinos. Daniel Barenboim intenciones son seguramente honestas, pero evidentemente fuera de lugar. habida cuenta de que serán usadas como argumentos contra Israel por los no pocos detracciones del Estado Judío. Sin lugar a duda alguna, la política de Sharon es bastante
discutible en muchos aspectos, pero un tan talentoso como meritorio personaje como Daniel Barenboim haría bien dedicarse a la música, de la que evidentemente entiende muchísimo, y abstenerse de opinar acerca de cuestiones en las que de ninguna manera es experto. Pasa seguramente como positivo la creación por parte de Barenboim de una
orquesta juvenil mixta entre talentos palestinos, israelíes, un hecho que puede contribuir a la creación de un mejor clima entre ambos pueblos, pero ese evento -por elogioso que sea- no legitima a Barenboim en erigirse en juez en materia política. Los hechos que se
verifican en el conflicto del Cercano Oriente son de por si lo suficientemente graves como para dar lugar a juegos intelectuales de algunos judíos, para los que vale el dicho del poeta: "Si te hubieras mantenido callado, habrías sido un sabio".
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