La Voz Judía


La Voz Judía
Nuestros padres, los refugiados

Todos los años conmemoramos en Iom HaShoá a los 6 millones de judíos y a 1.5 millones de niños que fueron asesinados por los nazis. Sin mebargo, hasta no hace mucho, desconocíamos las historias de los refugiados judíos que vivieron en los países árabes. Recientemente se realizó una recopilación de historias, y gracias a una organización sin fines de lucro y dedicada a la educación, The David Project Center for Jewish Leadership, que contrató al director israelí de IsraTV Mijael Grynzspan, se pudo producir un invalorable film documental que lleva por título Los refugiados olvidados.
Entre todos, realizaron un trabajo destinado a echar luz sobre un capítulo a menudo obviado de la historia de nuestro pueblo.


Masacre en Libia

“Yo corrí y ellos me estaban persiguiendo hasta que finalmente me agarraron. Me golpearon hasta que se cansaron. Me querían cortar las piernas y los brazos. Incluso mi cabeza…con un hacha. Entonces creyeron que estaba muerto y me dejaron”.

Este testimonio corresponde a Itzjak Dvash, un sobreviviente de las redadas de los libios en 1945 en las cuales fueron masacrados 130 judíos.
Lidia Hayoun otra sobreviviente, llora mientras hace su relato de lo vivido: “Los manifestantes árabes mataban e incendiaban. Irrumpían en las casas matando, destruyendo y saqueando. Y nosotros teníamos mucho miedo…”.
En Libia tuvo lugar un horror semejante a un genocidio. En un país donde alguna vez hubo 38.000 judíos viviendo, y donde se erigía la imponente Sinagoga de Trípoli, no quedó ni un judío.


La esclavitud en Egipto del Siglo XX

Después de la Guerra de los Seis Días, los judíos que vivían en Egipto fueron arrestados y llevados a campos de concentración. Ellos fueron obligados a vivir en barracas, rodeados de suciedad y expuestos a elementos peligrosos. Ellos también perdieron sus trabajos. La Ley de Compañías de Egipto de 1947 exigía que el 40% de todos los directores de las compañías y el 75% de los empleados fueran ciudadanos egipcios, lo cual excluía a los judíos de dichos puestos dado que no tenían la ciudadanía egipcia. Era común que los judíos del lugar mantuvieran una ciudadanía extranjera, por lo cual la mayoría de los judíos egipcios caían bajo el peso de esa ley y no podían conseguir trabajo.
Los padres de Caroline Shushan eran ciudadanos franceses que vivían en Egipto en 1956 cuando repentinamente, sin aviso previo, fueron echados de sus hogares. Les dieron 48 horas para irse. Esa situación tuvo lugar durante la crisis del Canal de Suez.
“Ellos no tenían nada, dinero, joyas, nada valioso. Solo algunas ropas.” Ellos lograron huir a Suiza, donde tenían familiares. Si bien los padres de Caroline nunca creyeron realmente que habían sido blanco del antisemitismo, veían alarmados que muchos judíos eran llevados a prisión pensando que eran sionistas. Las personas que tenían vinculación con israelíes eran internados en campamentos a fin de atemorizarlos y forzarlos a hacer confesiones.


Una larga historia de persecuciones

La relatora del film estima que la opresión sufrida por los judíos en tierras árabes empezó allá por el año 622, con la creación del Islam y la conquista árabe de medio oriente. Bajo el dominio árabe, a los judíos se les daba el status de dhimmi, que literalmente significa “pueblo protegido”, pero que en verdad no tenía nada parecido a una protección. A los judíos se les garantizaba que durante la guerra se resguardaría sus vidas, pero bajo la consición de que nunca pretendieran sobrepasar a sus vecinos musulmanes y siempre recordaran el lugar que les correspondía como una clase inferior. Los judíos no podían montar caballos y quedar a mayor altura que un transeúnte musulmán. Ellos no podían construir nuevas sinagogas, y las que ya tenían, debían ser más bajas que las mezquitas. También las casas tenían que ser lo más bajas posibles, e incluso, los judíos tenían que usar un distintivo amarillo cosido sobre sus ropas. El distintivo de la Estrella Judía –así como muchas otras medidas antisemitas- no fue un invento de los nazis sino que ya existía en el siglo VII.
Muchos siglos después de esa opresión, a comienzos de los años 1930, los nacionalistas árabes tomaron el poder, lanzaban feroces diatribas contra los judíos acusándolos de todos los males del país. En Irak se estableció un gobierno pro-nazi. El gran Mufti de Jerusalem, Haj Amin Al Husseini, se encontró con Hitler para intercambiar planes de crear una “solución final” para el “problema” de los judíos en Medio Oriente. En una radio nazi pronunció su discurso que decía “Maten a los judíos dondequiera que se encuentren!”.


A la sombra del conflicto árabe-israelí

Afortunadamente, había un estado judío en construcción, y en 1948 los refugiados judíoa comenzaron a llegar el flamante Estado de Israel donde pensaron que podían estar a salvo. Pero para aquellos que habían quedado atrás, la creación de un estado judío enfureció aún más al mundo musulmán llevando a que hubiera más masacres y angustia.
En el film se muestra un titular del 16 de Mayo de 1948 del diario New York Times que decía: “Judíos en grave peligro en todos los países musulmanes”. El artículo detallaba la persecución que se extendió a todos los lugares de Medio Oriente a partir de que los judíos obtuvieron su independencia. Las cuentas bancarias de los judíos fueron bloqueadas y utilizadas para financiar la resistencia contra la causa sionista, los judíos a los que se consideraba sionistas activos fueron encarcelados, y el gobierno iraquí no permitió que ningún judío dejara el país antes de pagar una enorme suma de dinero como compensación.
Los judíos de Siria comenzaron a sufrir incluso antes de la creación del Estado, cuando en las Naciones Unidas se resolvió la Partición de Palestina, en 1947. Una turba comenzó a manifestar en Aden y en Alepo y los judíos fueron echados de sus trabajos. El gobierno también les negó a los judíos la libertad de movimiento haciéndoles imposible abandonar su convulsionado país.
Los autores del film afirman que la intención es difundir estas y otras historias que muestran los padecimientos de estos refugiados de los cuales los medios no se ocupan de hablar y de buscar para ellos justicia para la que fue una de las expulsiones étnicas más grandes de la historia.

 

La tribuna Judía 41

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