La Voz Judía


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La Ministro Livni quiere facilitar el trámite de las conversiones
Por Ben Moshé



Las estadísticas que recibimos mes tras mes respecto al aumento del porcentaje de no judíos existente entre los nuevos inmigrantes a Israel, son sumamente preocupantes.

Los laicos están preocupados por el aumento del número de judíos ortodoxos, y el gobierno antirreligiosos lanzó muchos decretos que afectan a estos últimos. Nosotros pensamos que el aumento de judíos ortodoxos es el resultado de la promesa sagrada de Shmot, del Jumash: “Cuanto más los asediaban, ellos más crecían y se multiplicaban”. Así como consta en el Jumash que cuando los egipcios asediaban a los Bnei Israel éstos crecían enormemente, así también, a pesar de los decretos en contra de las familias religiosas numerosas, los judíos ortodoxos están, gracias a D”s aumentando.

Una de las formas a través de las cuales el liderazgo secular está tratando de disminuir el poder del judaísmo ortodoxo, es el estímulo dado a la inmigración masiva que incluye un alto porcentaje de no judíos. Así esperan aumentar el poder de los laicos en Israel.

Con gran asombro hemos escuchado las declaraciones de la Ministro de Relaciones Exteriores en la reunión de gabinete donde informa que sólo uno de cada diez inmigrantes que llegan a Israel por la Ley del Retorno es judío.

El objetivo de la Ley del Retorno –también conocido como “¿Quién es judío?”- fue el de designar el carácter del Estado de Israel en tanto estado Judío, y ayudar a que todos los judíos vengan a Israel y reciban automáticamente la ciudadanía a su arribo. Sin embargo, la ley nunca fue enmendada adecuadamente de acuerdo a lo pedido por los judíos ortodoxos. A lo largo de los años, cientos de miles de no judíos inmigraron a Israel a través de dicha ley.

En 1970 la ley fue enmendada para darle una definición religiosa al término “Judío”, al menos en todo lo relativo a los derechos para inmigrar a Israel. Los partidos religiosos pidieron que se agregue a la ley que un Judío es alguien nacido de madre judía o convertido según la Halajá. Sin embargo la Knesset no aceptó la expresión “según la Halajá”, que no entraba en el lenguaje de la ley. La ley permite inmigrar a cualquiera que haya pasado por cualquier tipo de conversión. El número de quienes son aptos para la inmigración fue ampliado más tarde por una cláusula que permite la inmigración de los nietos de un judío, incluso si los padres no son judíos.

Años atrás, cuando Rabi Itzjak Peretz era Ministro de Absorción, él declaró que el 30% de los nuevos inmigrantes que llegaban a Israel según la Ley del Retorno no eran judíos. En esos momentos él fue fuertemente criticado por el gobierno por hacer semejantes declaraciones; los ministros consideraban que eran sumamente exageradas. Ahora tenemos cifras dadas por la Ministro de Relaciones Exteriores Livni, que dicen que el 90% de los inmigrantes llegados por la Ley del Retorno no son judíos. Esa estadística es verdaderamente alarmante, y es mucho peor que la que había informado Rabi Itzjak Perez años atrás.

La Ministro de Relaciones Exteriores Livni tuvo la desfachatez de venir con un pedido de que el proceso de conversiones sea más sencillo. Si, D”s no permita, se acepta el pedido de la Ministro Livni, esto podría llevar a una situación en la cual no vamos a saber quién es realmente Judío.

La Ministro Livni, en lugar de sugerir una forma de evitar que los no judíos lleguen a Israel como judíos, ella sugiere realizar un proceso de conversión secular para hacer que los no judíos sean judíos. Ella dijo que respetaría y reconocería la cultura de la cual proceden los inmigrantes y que los alentaría a que se integren en Israel.

Las autoridades Rabínicas salieron a responder fuertemente en contra de ese pedido de la Ministro de Relaciones Exteriores Livni para que se facilite el proceso de las conversiones, y también contra la inmigración masiva de no judíos que se produjo en los últimos años. Esta es una situación sumamente peligrosa.

Ahora más que munca debemos fijar nuestra atención en el judaísmo de la ortodoxia y oponernos con firmeza al pedido de la Sra. Livni. Debemos tomar medidas para impedir la implementación de conversiones más fáciles en desacuerdo con la Halajá. Si el Gobierno de Israel da lugar a lo sugerido por la Ministro Livni, la situación podría volverse muy peligrosa. Esto podría provocar, D”s no permita, un problema real: el de no saber quién es Judío.



 

La Voz Judía nro. 435

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