La Voz Judía


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La fiesta de Shavuot

La fiesta de Shavuot se celebra en el mes de Siván (o tercero) de acuerdo a la cuenta de los meses judíos. Ella dura apenas dos días, el 6 y 7 de Siván. En Israel sólo un día, el 6 de Siván. Es la más corta y la del medio de las tres “fiestas de peregrinación”, cuando las masas del pueblo de Israel acostumbraban a subir a Jerusalem para asistir al servicio sagrado Beit Hamikdash (Templo de Jerusalem).

En nuestros días??, debido a que no existe el Beit Hamikdash, Shavuot no tiene Mitzvot (Mandamientos) específicos de la Torá que caracterizan el significado de esta fiesta como de las otras: Pesaj (la prohibición de Jametz o el precepto sobre la Matzá); Sucot (el precepto de las cabañas y las cuatro especies: lulav, etrog, hadás y aravá). A pesar de ello, esta fiesta se destaca por un rico y elevado contenido espiritual expresado por medio de un valioso bagaje de costumbres y grandes ideas que se consolidarían a lo largo de los siglos en el corazón de las comunidades judías diseminadas en el mundo. El significado multifacético de la fiesta de Shavuot se refleja en los diferentes nombres que aparecen en antiguas fuentes: Fiesta de la Cosecha, Fiesta de las Primicias, Fiesta de Entrega de la Torá, Fiesta de las Semanas, Atzeret (Conclusión) y otros. Cada nombre expresa un aspecto característico de la fiesta.
La Torá no menciona una fecha exacta para Shavuot como lo hace para las otras fiestas. Sus fechas se vinculan al “Sefirat Haomer” (la cuenta de días entre Pesaj y Shavuot). Comenzamos la “Cuenta del Omer” a partir del segundo día de Pesaj – día 16 del mes de Nisán – contando 49 días, es decir siete semanas, y en el quincuagésimo día festejamos Shavuot. Tenemos por costumbre pronunciar una “beraja” (bendición) especial, todas las noches, durante el rezo de Arvit, sobre la cuenta: ¿Porqué contamos esos días?

La “Cuenta del Omer” tiene doble significado: agrícola y espiritual. Las tres fiestas de peregrinación se caracterizan también en la Torá según las estaciones vigentes en Tierra Santa. La época de la cosecha comienza en Pesaj cuando la primera siega, de la cual se ofrenda un “Omer” (nombre de una medida de capacidad de más o menos cuatro litros) al Beit Hamikdash, en señal de gratitud. A partir de esa fecha comienzan a madurar el resto de los productos de la tierra.

En Shavuot termina la cosecha con la recolección del trigo. La Fiesta de Sucot, a su vez, que la Torá define como la Fiesta de la Cosecha culminan todos los trabajos agrícolas del año. El segundo precepto de la Torá: todo dueño de tierra que cosechara cualquiera de las siete especies más destacadas en Eretz Israel – trigo, cebada, uva, higo, granada, aceituna y dátil – estaba obligado a llevar las primicias de sus productos (bicurim) al Beit Hamikdash en la persona de los “cohanim” (sacerdotes). El plazo para llevar bicurim al Beit Hamikdash se prolongaba desde Shavuot hasta Sucot. Ello se debe a la cosecha, que llega a su punto más alto en esta época, llamada “Fiesta de la Cosecha”, conforme está escrito: “y la fiesta de la recolección de los primeros frutos, que tuvieréis sembrados en el campo” (Ex. 23:16).

En tiempos del Beit Hamikdash, cuando la mayoría de nuestro pueblo vivía en paz en Tierra Santa y labraba la tierra, la agricultura marcó profundamente el carácter de la fiesta. La época de bicurim era inaugurada con una impresionante ceremonia de presentación de la “ofrenda de los panes”, que la Torá llama “ofrenda nueva” (Num. 28:26).

Volvamos ahora al aspecto espiritual-intelectual de la “Cuenta de Omer” que une a Pesaj y Shavuot. El conjunto de ambas fiestas simboliza la entereza de la redención. Pesaj marca la libertad física y Shavuot significa la libertad espiritual-intelectual. La salida de Egipto abre el proceso de redención, cuya primera etapa fue la libertad física de la esclavitud y el éxodo, a ser completada en Shavuot, cuando recibimos la Torá junto al Monte Sinai. El pueblo recibe su contenido espiritual y su bagaje cultural que iluminaron el camino de su vida. No basta ser libre para hacer lo que se desea hacer, pero es menester ser libre para hacer lo que se debe hacer, puesto que no hay realmente diferencia entre quien es esclavo de alguien o el que es esclavo de sus instintos.

Después de la destrucción del Templo, cuando nuestro pueblo se dispersó entre los pueblos del mundo, o se alejó de su patria, la alegría del recibimiento de la Torá, la cual nos fue dada en Shavuot, se tornó en el principal contenido de esta fiesta. El propio nombre “Fiesta del Otorgamiento de la Torá” se originó en los Miembros de la Gran Asamblea que vivieron y actuaron al inicio de la era del Segundo Templo, época en que fueron escritas nuestras oraciones.

“Atzeret” es también un nombre de esta fiesta según aparece en fuentes rabínicas. La palabra “Atzeret” significa abstenerse, es decir de toda obra, que hoy en día, desde la destrucción del Templo, es la única imposición de la Torá que está en vigor. Hay quienes consideran la insistencia de nuestros sabios en llamar a esta fiesta por el nombre de Atzeret a causa de la gran polémica fundamental que hubo entre las saduceos, más tarde sucedidos por los karaítas, aquellos en la época del Segundo Templo, éstos en la de los gaonitas (Siglo VI-XI), y los fariseos en lo tocante a la fecha de esta fiesta. Debido a una interpretación errónea de la expresión de la Torá “mimajorat Hashabat”, los saduceos y los karaítas consideraban a Shavuot una fiesta móvil, que siempre debía caer en el primer día de la semana después del Shabat. A fin de marcar su discordia, nuestros sabios usaron el nombre de Atzeret para dejar en claro que era diferente del Shavuot de los saduceos y los karaítas y era celebrado siempre cincuenta días después de Pesaj.

Realmente, Shavuot no cuenta con preceptos específicos, como Pesaj y Sucot. Con todo, las comunidades judías del Este y del Oeste, suplieron esta falta a lo largo de los siglos y dieron expresión al significado del día a través de costumbres y símbolos que expresan, en una atmósfera singular, el carácter íntimo de la fiesta.

Una de las costumbres más difundidas en Shavuot es comer alimentos hechos a base de leche y queso. Hay para ello varios motivos. Uno de ellos es que el Pueblo de Israel al volver del Monte de Sinaí, luego de haber aceptado las leyes de la Torá, incluso las referentes a la Kashrut, no podía usar más sus utensilios, y tuvieron que recurrir a alimentos lácteos.
Otra costumbre es la de adornar las sinagogas con plantas y flores, y con adornos de papel simbólicos llamados según el folklore judío “Shoshantot” (lirios). El verde simboliza el pasto que rodeaba el Monte Sinaí y las plantas y árboles expresan lo que suelen decir nuestros sabios: que los frutos de los árboles son benditos en Shavuot, hecho mencionado en la liturgia poética de esta fiesta. A su vez, los judíos orientales acostumbran a jugar entre ellos lanzando perfume uno sobre el otro.

Una costumbre conocida aceptada en todos los rincones del mundo judío, es el estudio de la Torá durante toda la noche de Shavuot. Esta costumbre es muy antigua. Los eruditos estudian y profundizan acerca de la sabiduría de la Torá con gran entusiasmo y alegría. Otros, recitan el “Tikún Leil Shavuot”, colección de versículos del Tanaj (la Biblia) y Midrashim (Enseñanzas) de nuestros sabios compuestas por los cabalistas de Safed en el siglo XVI. Terminando el estudio, al amanecer, concluye la vigilia con una oración matinal festiva. Las comunidades ashquenazitas tienen por costumbre leer la poesía escrita en arameo, conocida bajo el nombre de Akdamot (introducción), que comprende noventa estrofas, todas las cuales terminan con la sílaba “ta”. Su contenido es una canción de loa a D-s por haber escogido a Israel como su pueblo, una definición del carácter de su fé en relación a los otros pueblos y expresión de la esperanza del pueblo de Israel por su redención futura. Su autor es el Rabí Meir, hijo de Itzhak Nahorai, quien vivió en Alemania en la época de las cruzadas (siglo XI). Es excitante pasear en las ciudades de Israel, la noche de Shavuot, recorriendo las sinagogas y las yeshivot, de las cuales se escuchan agradables voces que corean trozos de la Torá y de hermosos cánticos. Otra costumbre sagrada consiste en la lectura del libro de Ruth, uno de los “Cinco Rollos” del Tanaj. Hay diversas explicaciones para ello. El acontecimiento central del libro ocurre en época de la cosecha, que coincide con Shavuot. El personaje principal es Ruth, quien aceptó la fé judaica, así como nuestro pueblo aceptó su identidad judía en la fiesta de Shavuot. Además, el libro de Ruth detalla la ascendencia del rey David, que era bisnieto de Ruth, y quien, de acuerdo con la tradición, nació y murió en Shavuot. Hubo comunidades que en Shavuot acostumbraban introducir un nuevo Sefer Torá en las sinagogas, y otras, que en ese día iniciaban a los niños pequeños en la enseñanza de la Torá, por medio de letras hebraicas en un cuadro adornado, ilustrado y colorido, sobre el cual lucían las palabras “Torá Tsiva Lanu...” Moisés nos ordenó la Ley, por herencia de la congregación de Jacob (Deut. 33:4). Otro significado especial es el que tiene Shavuot para los Jasidim, ya que ese día es el aniversario de la muerte de su fundador, el maestro, Rabí Israel Baal Shem Tov.

 

La Voz Judía nro. 432

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